

Por Carlos Villota Santa Cruz
Bogotá, agosto de 2025. News Press Service. Para ejercer el periodismo, se requiere preparación, pasión, trabajo en equipo, conocimiento de Colombia desde las regiones. Ese, fue el sello profesional de Edgar Polanco Monje, un huilense, que se atrevió a soñar, alrededor del poder de la palabra elevada a la comunicación en radio, prensa escrita, televisión y maestro de ceremonias.
Cuando el tiempo pase, sus hijos, sus nietos y quienes tuvimos el privilegio de contar con su amistad, apreciaremos quién fue en vida, un hombre que se ganó a pulso, un lugar en nuestros corazones, desde la magia de medios de comunicación y entidades públicas que hizo grandes como Colmundo Radio, la Revista del Transporte o Registraduría Nacional del Estado Civil.
Con la tristeza que nos embarga, a los aquí presentes, a los que están a distancia, entre ellos; a tú familia y amigos en el departamento del Huila y las 20 localidades de Bogotá, aplaudimos el paso por la vida, de un huilense, único e irrepetible, que supo registrar con su grabadora, su voz y su pluma, la época de la violencia de Colombia de la década de los ochenta, en el siglo XX.

El apellido, Polanco en el periodismo colombiano trascendió con Edgar, continuará con su hijo José Miguel, en la era de hiperinflación informativa e inteligencia artificial.
Colombia, es uno; antes y después de Edgar Polanco Monje… No te olvidaremos. Fuiste un «tsunami» de autenticidad, con una personalidad arrolladora desde el Festival del Bambuco en Neiva, los Congresos del sector de Transporte y las largas sesiones el Concejo de Bogotá.
Regresa a la Casa de Dios, para ser la luz que guíe desde el cielo, a tú familia, en un mundo, donde el periodismo, se eleva como un testigo de excepción, desde la búsqueda de la verdad, bajo alto sentido de humanidad.
En tú metro cuadrado Edgar Polanco Monje, fuiste un maestro.