
El dinamismo de la demanda interna, especialmente el consumo de los hogares (3,7%) y el gasto público (3,9%), explica la mayor parte de la expansión del PIB en el segundo trimestre de 2025.
Segmentos que habían caído en 2024, como restaurantes, hoteles, prendas de vestir y recreación, mostraron recuperaciones significativas, lo que evidencia una mejora en la confianza del consumidor.
La formación bruta de capital fijo apenas creció 1,7% y su participación en el PIB sigue baja (16%), afectada por la caída en vivienda y edificaciones, lo que limita la sostenibilidad del crecimiento en el mediano plazo.

Bogotá, agosto de 2025. News Press Service. El PIB en el segundo trimestre de 2025 creció 2,1%, por encima del 1,7% observado un año atrás.
La composición del crecimiento muestra cambios significativos, impulsados por la demanda interna, que pasó de 1,8% a 4,2% en el mismo período.
El gasto de consumo final de los hogares experimentó una notable aceleración, registrando un crecimiento de 3,7% anual frente al 0,9% observado en el segundo trimestre de 2024.
Esta mejora de 2,8 puntos porcentuales representa el principal motor del crecimiento económico y evidencia una recuperación de la confianza del consumidor, luego del impacto que tuvieron en 2024 las altas tasas de interés y la presión inflacionaria, que obligaron a los hogares a moderar su consumo.
El análisis por finalidad del gasto revela una reversión significativa de las tendencias contractivas observadas en 2024. Segmentos que habían mostrado desempeños negativos el año anterior experimentaron recuperaciones notables; restaurantes y hoteles pasaron de una variación de -5,3% a 1,7%, y bienes y servicios diversos crecieron 4,8% tras contraerse 2,0% un año antes.
De igual forma, el gasto en prendas de vestir y calzado aumentó 5 5,0%, en contraste con la caída de 4,1% del periodo previo
El dinamismo del consumo privado también se reflejó en la oferta, a través del aporte positivo del comercio, transporte y alojamiento (5,6%, contribución de 1,1 p.p.).

Dentro de este grupo, el comercio al por mayor y al por menor lideró el crecimiento, impulsado por una mayor comercialización de alimentos, electrodomésticos, productos de informática y automotores.
Por su parte, el gasto de consumo final del gobierno también contribuyó al dinamismo de la demanda interna, con un crecimiento anual de 3,9%, superior al 3,5% observado en 2024.
Este aumento se explicó principalmente por el gasto de consumo final colectivo (4,8%, contribución de 3,1 p.p.).
No obstante, el componente más preocupante del lado de la demanda fue la formación bruta de capital fijo (FBKF), que se desaceleró de manera significativa al pasar de un crecimiento de 3,1% en 2024 a apenas 1,7% en 2025.
Esta moderación es especialmente relevante si se considera que la participación de la FBKF en el PIB se mantiene en 16%, aún por debajo de los niveles prepandemia, cuando rondaba el 20%.
La composición de la inversión muestra dinámicas mixtas: mientras maquinaria y equipo, que concentra el 47,5% de la FBKF, creció de forma robusta (11,6%), la inversión en vivienda se contrajo 10,6% y la de otros edificios y estructuras cayó 1,2%.
Esta composición sugiere que, aunque las empresas mantienen dinamismo en la renovación de equipos productivos, persisten debilidades en la inversión inmobiliaria y en proyectos de infraestructura.
Esto se refleja en el desempeño por el lado de la oferta, en donde a pesar del crecimiento en la construcción de carreteras y obras civiles con 9,6%, este no fue suficiente para contrarrestar la caída de 9,7% en edificaciones residenciales y no residenciales, lo que llevó a que la actividad de construcción en su conjunto cayera 3,5%.
Los resultados del segundo trimestre de 2025 muestran una economía en proceso de rebalanceo, donde el fortalecimiento del consumo privado y público compensa parcialmente la debilidad de la inversión.
La recuperación del consumo, aunque positiva, deberá complementarse con un fortalecimiento sostenido de la inversión para consolidar una senda de crecimiento más robusta.
ANIF