El Banco Central Europeo mantiene inalteradas sus tasas de política monetaria.
Dada la dinámica reciente de la inflación y el crecimiento del PIB, se espera el primer recorte en la próxima sesión de junio.
Los datos de inflación e inflación núcleo en marzo fueron positivos.
Los principales bancos centrales mantuvieron estables las tasas de política monetaria en el primer trimestre del año.
El dólar puede acabar fortalecido con las próximas decisiones de la FED y el Banco Central Europeo.
ANIF
News Press Service. El pasado jueves 11 de abril, por quinta sesión consecutiva, el Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener inalteradas sus tasas de política monetaria. En el marco de su función de mantener la estabilidad de precios en la Unión Europea, el BCE tiene a su disposición tres tasas de interés oficiales, que tienen funciones distintas dentro de las operaciones del emisor central: la tasa para las operaciones principales de financiación, la tasa de facilidad marginal de crédito y la tasa de facilidad de depósito.
En la última reunión, las tres se mantuvieron constantes en 4,5%, 4,75% y 4,0%, respectivamente. Aunque la decisión era anticipada por los mercados, la sesión dio indicios sobre la nueva ruta de política a la que el emisor le apuesta. Con la inflación a la baja y los últimos datos de crecimiento, sumados al ligero cambio en el discurso de la pasada reunión, se esperaría tener la primera reducción en las tasas para la próxima sesión en junio.
Recordemos que el ciclo de política monetaria restrictiva del BCE comenzó desde mediados de 2022, con aumentos consecutivos de tasas en cada una de las sesiones hasta septiembre de 2023. En ese entonces, la tasa para las operaciones principales de financiación, que se encarga de proporcionar liquidez al sistema financiero semanalmente, llegó a niveles no vistos desde 2001 (cuando se ubicó en 4,75%).
El mercado apuesta por recortes también en septiembre, octubre y diciembre. Con eso, se espera que el descenso a los niveles prepandemia (0,25%) sea lento, aunque el BCE no se ha comprometido a una senda en particular. Ahora bien, las futuras decisiones del BCE sobre su postura monetaria responderán a los nuevos datos disponibles para la siguiente reunión de decisión de tasas.
En particular, se espera tener la actualización de las proyecciones para la Eurozona, que se presenta de manera trimestral. Por el momento, se estima una convergencia de la inflación a su objetivo del 2% simétrico a mediados de 2025. Los últimos datos de marzo para la inflación total y la inflación núcleo (sin alimentos ni regulados) ofrecen buenas noticias en ese frente, con 2,4% y 2,9%, respectivamente, inferior a lo esperado por los analistas.
Si se analiza un panorama más amplio, los principales bancos centrales mantuvieron estables las tasas de política monetaria en el primer trimestre del año. Lo más probable es que ya los tipos de interés a nivel global hayan alcanzado un máximo y se encuentren a la espera de nuevos datos antes de empezar los recortes.
En el caso del BCE, como ya se mencionó, dados los buenos datos de inflación recientes y los bajos niveles de crecimiento económico de la región (se proyecta un crecimiento económico de 0,6% en 2024, 1,5% en 2025 y 1,6% en 2026), se espera que empiece la reducción de tasas pronto.
De esta manera, lo más probable es que el BCE inicie el ciclo de recortes antes que la Reserva Federal (FED), pues los últimos resultados en materia de inflación de la economía estadounidense son mayores a lo esperado, lo que hace improbable un recorte de tasas en las próximas sesiones. Esto fortalecería el dólar, dado un spread de tasas mayor con la zona euro.
Además, el dólar sigue siendo un activo seguro ante la incertidumbre sobre las próximas decisiones de la FED, reforzando aún más su apreciación. Dadas las implicaciones de las decisiones de política monetaria de los principales bancos centrales en la tasa de cambio de las divisas y la reactivación económica, los mercados están particularmente atentos a las próximas reuniones.