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Banco Mundial
La estructura de los mercados eléctricos ha evolucionado mucho en las últimas décadas en el mundo. Hace 40 años, en general, se consideraba que el sector de electricidad cumplía una función de utilidad pública.
Desde entonces, en todos los países —pequeños y grandes, avanzados y emergentes—, se han implementado diseños alternativos a los monopolios integrados, entre ellos la libre entrada, la competencia por el mercado y la competencia en el mercado.
Pueden extraerse lecciones valiosas de las experiencias pasadas y actuales de los países que aplican diferentes opciones de diseño.
Sin embargo, no ha habido un seguimiento sistemático de las estructuras del mercado eléctrico, hasta ahora.
La nueva base de datos sobre estructuras de los mercados eléctricos en el mundo aborda esta carencia de datos, al analizar la organización de estos en 230 economías entre 1989 y 2024.
El objetivo de la base de datos es presentar diferentes diseños estudiados a nivel mundial sobre la estructura de los mercados de energía.
Además de esta información, la base de datos documenta la desagregación del sector, la existencia de un ente regulador sectorial y la entrada de un productor independiente de energía eléctrica (PIE).
La base de datos destaca que muchos países aplicaron diferentes estructuras para mejorar la eficiencia del sector y, al mismo tiempo, mejorar el acceso, la asequibilidad, la calidad del suministro y la sostenibilidad de la electricidad.
En la actualidad, 71 economías mantienen la organización que tenían en 1989. Por el contrario, 159 economías utilizaron diferentes estructuras en los últimos 35 años.
La tendencia dominante ha sido la adopción de diseños de mercado que, en diversos grados, ampliaron el papel del sector privado en el sector eléctrico.
En 1989, el modelo de empresa de suministro integrada verticalmente, en el que una entidad única desempeña todas las funciones en el sector eléctrico, era la estructura de mercado predominante adoptada por 215 economías.
Hoy en día, ese número se ha reducido significativamente a 72 economías. Algunos mercados utilizaron esta estructura para garantizar que las decisiones y operaciones de inversión estuvieran coordinadas y para alcanzar los objetivos de seguridad energética y sociales, como la electrificación rural.
Sin embargo, algunas economías con modelos VIU han experimentado retrasos en la inversión, falta de competencia, desempeño financiero deficiente, niveles de eficiencia bajos y pérdidas más elevadas.
En la actualidad, el modelo de comprador único (SBM) es la estructura del mercado eléctrico más utilizada en el mundo: el sector eléctrico de 89 países y territorios funciona de esta manera.
En virtud de los modelos SBM, el Estado autoriza a los productores independientes de energía eléctrica (PIE) del sector privado a generar electricidad y venderla a la compañía eléctrica nacional o a una agencia de compras mayorista.
Este diseño del mercado permite una competencia por el mercado limitada, en el que los generadores privados compiten para suministrar electricidad a los compradores centrales a través de contratos. Es relativamente fácil de implementar y adaptar a los contextos de los países.
Sin embargo, pueden producirse resultados subóptimos en el sector si el comprador único no tiene solidez financiera y no puede cumplir con los términos de sus contratos con los generadores de energía.
Algunos países han intensificado aún más la competencia en el sector eléctrico al permitir la participación en el mercado de las empresas de generación de luz eléctrica públicas y privadas, las empresas de distribución y suministro, y los usuarios finales.
Los precios de la electricidad determinados por el mercado ayudan a habilitar la determinación de precios y permiten señales transparentes para las inversiones, al tiempo que abren oportunidades para el sector privado. Este tipo de competencia en el sector eléctrico solo estaba presente en un país en 1989 (Chile), pero ha aumentado hasta abarcar 69 países.
Los mercados eléctricos bien diseñados pueden incentivar las inversiones a la escala que se necesita para lograr una integración generalizada de la energía renovable y el acceso a electricidad limpia, asequible y confiable.
Existe una variación importante en los diseños del mercado eléctrico adoptados por los países a nivel mundial. No existe un modelo “único”, que permita que un diseño funcione bien: el país y el contexto político y económico son importantes.
La base de datos sobre estructuras de los mercados eléctricos en el mundo es una herramienta valiosa para los responsables de la formulación de políticas, los inversionistas y los investigadores, que les puede servir para realizar un seguimiento de la actual evolución de las estructuras de los mercados de electricidad.
Esta proporciona una perspectiva global única e información detallada sobre las características del diseño de los mercados eléctricos de los países.
Los usuarios pueden encontrar datos de panel sobre el tipo de organización aplicada en las economías entre 1989 y julio de 2024. La base de datos también documenta si hay una combinación de estructuras de mercado dentro del mismo país, por ejemplo, Canadá e India, donde diferentes estados y provincias han adoptado sistemas distintos para el sector eléctrico.
Además, contiene otras variables clave de las estructuras del mercado de energía, entre ellas: el año de la desagregación del sector y el tipo de desagregación; el año de creación del ente regulador sectorial, con un enlace al sitio web del organismo y una descripción de las principales funciones de este; el año en que empezó a funcionar el primer productor independiente de energía eléctrica (PIE), el tipo de tecnología que utiliza el PIE, y si la construcción del primer PIE está en curso.
La base de datos solo se basa en fuentes de información pública. Se consultaron más de 2500 fuentes para crear el conjunto de datos. El punto de partida siempre fue el sitio web de las empresas nacionales de suministro de energía eléctrica, los entes reguladores del sector, los ministerios pertinentes y otras entidades gubernamentales.
Esta información se complementó con una amplia investigación sobre los países, tanto en inglés como en los idiomas nativos de dichos países. Se consultaron diversas fuentes, entre ellas artículos académicos, informes de bancos regionales de desarrollo, información de organizaciones intergubernamentales y artículos periodísticos, tanto internacionales como locales-