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El escritor y académico tolimense Gerney Ríos González, ganó el premio en la modalidad de poesía narrativa que concede la organización literaria» Ugo Foscolo » y » Giovanni Meli «.
El Premio di Poesia e Narrativa Ugo Foscolo «Rugero II» y Premio di Poesia Giovanni Meli, por medio de La Commissione Giudicatrice, tras haber examinado los méritos intelectualesdel profesor Gerney Ríos González, por unanimidad otorgó el primer puesto. Las conocidas entidades culturales de Italia le entregaron al ganador el respectivo documento que lo acredita como figura de las letras latinas.
Ugo Foscolo a cuya memoria se instituyó el galardón, fue escritor y poeta italiano que buscó con sus obras la sublimación de la persona a través de la fé en el futuro. Su producción literaria se sitúa equidistante entre el neoclasismo y el romanticismo y su inspiración es fundamentalmente política y sentimental.
Giovanni Meli fue un intelectual y poeta de Italia que en época temprana descubrió a los poetas bucólicos. Sus obras bien conocidas por su condición humana de filósofo y médico, son de consulta universal.
Ríos González fue distinguido por su trabajo sobre la mujer desconocida en el cual resalta las cualidades y calidades de la mujer latina.
(Tomado de IL MESSAGGERO)
AMOR Y OLVIDO
He aquí la mesa. Aun sobre el olvido
de su bondad, está el amor, sediento
del agua de las ánforas, y hambriento
del noble pan por el amor partido.
Soledad de la mesa en que servido
quedó el manjar, intacto en su aislamiento.
En las copas el agua es un memento
y en la casa la voz un alarido.
Te ungí de gloria y te mostré mi cielo.
Mas tú vertiste en mi profundo anhelo
el vino cruel de tu palabra inerte.
Y tu palabra huyó por mi destino
como el aire glacial por un camino
que se angustió de sombras y de muerte.
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AMOR Y VIDA
Nadie dirá que en esta misma mesa
fue servido el convite apasionado;
ni que en el vivo cáliz humanado
estuvo el agua de la vida ilesa
Nadie dirá que la señal impresa
por el amor, la entraña ha taladrado.
Nadie sabrá que aguardo lo esperado
por la senda que a nadie me regresa.
Yo fui la vida y fui la idolatría.
Y tú el amor, tranquilo en su osadía,
terrible en sus verdades luminosas.
Tú el amor. Yo la vida solitaria
que se abre hacia una dicha imaginaria
y cierra sus ventanas espaciosas.
CORAZÓN EN PAZ
Nada de ti. Tu ser es semejante
a un jardín clausurado que visita
por las tardes el ánima infinita,
inmersa en los silencios del instante.
Trémulas hojas, viento delirante
huyen por el jardín en que gravita
como una pena secreta y maldita,
enclavada en la sombra sollozante.
Occiduo sol aterciopela a veces
la majestad azul de los cipreses,
en cuya cima un vuelo está suspenso.
Se ahonda en la tiniebla el alarido
y la amargura fluye hacia el olvido,
sobre la paz del corazón inmerso.