Bogotá. News Press Service. Aunque el proyecto de Hidroituango “es técnicamente recuperable”, como lo resalta el informe de la firma Pöyry, lo cierto es que el peritaje de estabilidad geológica deja sobre la mesa cinco hallazgos críticos que tienen en jaque a la megaobra.
De acuerdo al contenido del estudio, este número de hallazgos demuestra que todos ellos podrían potencialmente resultar en una rotura de la presa, lo cual sería un evento catastrófico que se debe evitar de todas maneras. “Tal escenario catastrófico afectaría no solamente el tramo del río Cauca entre la presa y Nechí, sino potencialmente hasta la confluencia con el río Magdalena, poniendo en peligro una gran cantidad de centros poblados ubicados en la Llanura del Caribe”, subraya el peritaje. Los cinco puntos críticos a los que hace referencia el informe de la firma Pöyry son: daños en el muro de cemento-bentonita en la parte superior de la presa; daños de la losa del vertedero; taludes en el cuenco amortiguador; el derrumbe en la zona sur de la caverna; y el Tsunami causado por deslizamientos en el embalse. “Los hallazgos pueden resultar, directamente o indirectamente, en la rotura de la presa, con las respectivas consecuencias catastróficas. La mitigación más eficaz para solucionar este riesgo catastrófico consiste en acelerar, en lo posible, la puesta en marcha de las ocho unidades de generación”, indica el informe. De acuerdo al primer hallazgo, los daños en el muro de cemento-bentonita en la parte superior de la presa están generando el agrietamiento y la erosión del muro pantalla que podrían producirse debido al asentamiento a largo plazo de la presa y a los procesos de lixiviación del calcio. “La erosión interna que se puede producir pone en peligro la seguridad general de la presa (…) “en caso de daños esperados o inesperados, actualmente no existe la posibilidad de bajar eficazmente el nivel del embalse por debajo del umbral de la estructura del vertedero”, dice el informe. Precisamente, el peritaje revela que a la fecha el vertedero es la única forma de controlar el nivel del embalse y de garantizarla entrega del caudal ecológico, pero que esta estructura “normalmente” no está diseñado para operar de forma continua durante muchos meses o años, lo que originaría “un deterioro o desgaste con el tiempo, de la estructura de hormigón”, indica el contenido del estudio. El tercer hallazgo crítico, es el relacionado con el cuenco disipador del vertedero, ya que “e identificó una erosión en forma asimétrica en el fondo”. Al respecto, Jorge Andrés Carrillo, gerente general de EPM, señaló que “el vertedero no fue diseñado para esa condición pero se ha comportado bien, pero para mitigar ese riesgo la siguiente vía para evacuar esas aguas son las unidades de generación, esto nos permitiría hacer las inspecciones y mantenimientos, incluido al cuenco amortiguador”.
Es nuestra preocupación ya que el vertedero no fue diseñado para esa condición pero se comporta bien
El cuarto punto, es con respecto a las obras subterráneas, ya que la gran zona o volumen de roca que causa mayor preocupación, es la de la zona sur de las cavernas y aducciones que llegan a esta; y que consiste en un volumen grande, “de por lo menos 200.000 m3”, de roca descomprimida, con vacíos, bloques sueltos e inestable, como un derrumbe in situ. “Cabe señalar que este volumen se conecta con el embudo inicial del deslizamiento Romerito, donde aún falta exploración adicional para definir la continuación de este volumen de roca descomprimida hasta la superficie”, agrega el peritaje. Finalmente, la estabilidad de las laderas en superficie en la cercanía de la presa constituye un posible riesgo para las obras del proyecto y para las personas y equipos que se encuentren en este sector. “Las consecuencias de la contingencia afectan el potencial de la gestión de riesgos asociados con deslizamientos en el reservorio”, resalta el peritaje geológico. ALFONSO LÓPEZ SUÁREZ PORTAFOLIO