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12 de octubre día global aborigen
Por Gerney Ríos González
A Cristóbal Colón lo acompañó el dualismo al referirse a los nativos; en los meses pares afirmaba que eran seres excelsos, bajados del cielo, sin par, de marca mayor, y en los impares los descalificaba de feroces, atroces, bárbaros, brutales, crueles e indomables, lo cual impidió verlos como seres humanos, además de la complejidad por su autenticidad. Su propuesta fue esclavizarlos, oprimirlos, tratarlos en condición de parias e ilotas.
Desde tiempos remotos ha existido el antagonismo y la dualidad entre poderosos y débiles. El problema conceptual nunca termina y cada día toma nuevos perfiles. La hegemonía de unos sobre otros ha sido constante de la humanidad, principalmente indoamérica en ebullición que no escapa a éste axioma.
El teórico del capitalismo económico, Adam Smith, constataba que el descubrimiento de América significó demasiado para la estructura imperante: “Elevó el sistema mercantil a un grado de esplendor y gloria que de otro modo no se hubiera alcanzado jamás”. Confirmado en su obra “Economía de la sociedad colonial, ensayo de historia comparada de América Latina”, por el escritor, periodista, abogado, sociólogo e historiador argentino, Sergio José Bagú Bejarano, en la cual expresa:
…el más formidable motor de acumulación europeo fue la esclavitud americana; a su vez ese capital resultó “la primera piedra fundamental sobre la cual se construyó el gigantesco capital industrial de los tiempos contemporáneos. La resurrección de la esclavitud grecorromana en el nuevo mundo tuvo propiedades milagrosas: multiplicó las naves, fábricas y bancos, que hicieron que Europa construyera el capitalismo comercial a través de la plata de Potosí en Bolivia, la de México en Guadalajara y Zacatecas, de la producción de oro que desde Colombia y México llegaba a la metrópoli por Cádiz, metrópoli intermedia del tráfico, cuyo fin fue pagar las deudas de lujosos imperios (España y Portugal) y de guerras sin cuento, el entregar a Holanda e Inglaterra la dignidad del comercio de carne humana, las que atizando y presionando a España y Portugal como necesarios instrumentos de “comercio libre”, cuando estas colonias se independizaron del “comercio ilegal de contrabando y piratería”, cuando todavía no habían firmado los respectivos tratados con el imperio portugués, o el caso de Francia con su rey Sol Luis XIV, no había comprometido al rey de España en la mitad de las ganancias de la compañía de Guinea, formada en 1701 para el tráfico esclavo hacia América, teniendo Colbert, su ministro, sobrada razón como artífice de la industrialización francesa al postular que la trata de negros era “recomendable para el progreso de la marina mercante nacional”.
Cristóbal Colón encontró oro en cantidades alarmantes en Centroamérica y, La Española, hoy empobrecida con el nombre de Haití, por lo que la existencia de dinero dorado era una realidad. La riqueza y fortuna del precioso metal llegado del Caribe fue suficiente para alentar la “fiebre del oro” que aumentó el interés en venir al Nuevo Mundo.
La colonización europea de América se inicia a finales del siglo XV cuando Colón arriba en 1492 con el patrocinio de los Reyes Católicos, punto de partida de la conquista e invasión de los imperios de España, Portugal, Francia, Holanda e Inglaterra.
El imperio español fue el pionero y más extenso, establecido en América del Norte, América Central y en América del Sur, focalizado en el área andina y, concentrado en los dominios de los aztecas, chibchas e incas. Posteriormente aparecería Portugal en Brasil apoyado en el Tratado de Alcácovas, las Bulas Alejandrinas y el Tratado de Tordesillas.
Inglaterra comenzó la ocupación con un siglo de retraso respecto a España, instaurando trece colonias en la costa oriental de América del Norte y parte de Canadá, arrebatándole a España varias islas del Caribe, verbigracia, Jamaica.
Francia se apoderó de su actual departamento en ultramar la Guayana Francesa, Luisiana en el Golfo de México; en el Caribe Oriental las islas de Martinica y Guadalupe, Dominica, Marie-Galante, Saint-Barthélemy y San Martín, que configuran el llamado Caribe Francés.
Holanda, actual Países Bajos, implantaron colonias en Norte América con la denominación de Nueva Amsterdam, hoy Nueva York. En Sur América establecieron la Guyana neerlandesa, vigente como Surinam y en el Caribe las islas de Aruba, Bonaire, Curazao, denominadas por los españoles Islas Inútiles, por carecer de oro. Estaban pobladas por los indios caquetíos de la familia arahuaca; fueron descubiertos por Alonso de Ojeda, quien en 1499 desembarcó en Aruba. El 6 de junio de 1508 el rey lo nombró gobernador de Nueva Andalucía, que incluía las tres porciones de tierra incrustadas en el mar.
La Compañía Neerlandesa de las Islas Occidentales durante la Guerra de los Ochenta Años, en expedición al mando de Johannes van Walbeeck conquistó Curazao en 1634 y Aruba y Bonaire en 1636, desalojando por siempre a los españoles.