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Por Alejandro Márquez
Un 17 de julio de 1968, el estadio del Campin de Bogotá fue el escenario en donde el Rey Pelé, tricampeón del mundo, el más grande futbolista de todos los tiempos, recién fallecido, fue expulsado por el árbitro central Guillermo “El Chato” Velásquez y vuelto a reintegrar a la cancha por presión del público.
El insólito hecho del fútbol profesional seguro no hubiera trascendido en la historia del deporte de multitudes por excelencia si sus dos protagonistas hubieran sido otros, porque El Rey Pelé jugando siempre súper talentoso, un fuera de serie y porque el juez Guillermo Velásquez, además de ser excelente réferi también tenía antecedentes de pendenciero e incluso, había terminado a los golpes con algunos jugadores en el campo de juego.
Pero en la noche de julio de 1968, en el juego de la selección Colombia que se preparaba para los juegos Olímpicos de México contra el poderoso Santos de Brasil, liderado por Pelé, el partido se calentó, según versiones periodísticas, por el gol de Alfredo Arango del equipo colombiano, el cual para los brasileños había sido en fuera de lugar.
Se recuerda que acto seguido Antonio Lima, capitán de Santos, además de airados reclamos a Velásquez, lo agredió con una patada. Sin embargo, el juez central respondió con un puñetazo al estómago del jugador brasileño. Posteriormente, antes de terminar el primer tiempo y luego de un tiro de esquina Pelé reclamó airado una falta que el árbitro ignoró.
Velásquez dijo que el jugador lo había insultado y reaccionó pidiéndole que abandonara el campo de juego, toda vez que en esa época los árbitros no utilizaban tarjetas. Ello desencadenó una agresión colectiva de parte de los jugadores de Santos contra el juez central y el reclamo de cerca de 50.000 espectadores por haber expulsado al Rey Pelé, por quien habían pagado sus entradas.
Ante esa situación la Federación Colombiana de Fútbol y en medio de un juego caótico, decidió ponerle su ingrediente, remplazando a Guillermo Velásquez por uno de los jueces de línea y permitiendo el reingreso al campo del Rey Pelé. Se dice aún que el relevo del juez de línea fue uno de los directivos colombianos.
La historia de la expulsión de Pelé en Colombia terminó con un triunfo de Santos sobre la selección Colombia 4-2; con la permanencia obligada de la delegación brasileña durante dos días en la capital del país, en donde respondieron a una demanda penal por lesiones interpuesta por el árbitro Guillermo Velásquez y el pago de una compensación económica.
Se comenta que Pelé sólo fue expulsado tres veces en su carrera futbolística y que con el árbitro Guillermo Velásquez se encontraron en Estados Unidos años después del bochornoso encuentro en Colombia, en un juego amistoso cuando la estrella brasileña jugaba en Cosmos. Se afirma que el Rey carioca le quitó la tarjeta roja a Velásquez y se la llevó como recuerdo.