

Bogotá, octubre de 2025. News Press Service. La tasa de interés de política del Banco de la República (en adelante, la tasa de intervención, que es como la llamamos en los bancos centrales) es actualmente 9,25 %.
De acuerdo con el Banco de la República, la tasa de intervención es la que el Banco usa como referencia para prestar o recibir dinero de los bancos comerciales a plazos muy cortos y, al igual que para otros bancos centrales del mundo, es el principal instrumento de política para alcanzar la meta de inflación anual.
La meta de inflación es el objetivo que determinan las autoridades y, para el caso de Colombia, se estableció en el 3 % desde 2010.
La Junta Directiva del Banco de la República toma decisiones sobre la tasa de intervención (subirla, bajarla o mantenerla) y así influir sobre otras tasas de interés del mercado financiero, lo cual tiene efectos sobre el consumo de los hogares, la inversión de las empresas, el precio del dólar y las expectativas de empresarios y expertos sobre cómo cambiarán los precios en el futuro.
Cuando el consumo, la inversión y las exportaciones (demanda) superan la capacidad productiva de la economía (oferta), se generan presiones al alza sobre los precios, que los bancos centrales pueden moderar a través de incrementos en su tasa de intervención.

Estos incrementos son efectivos para moderar la subida de los precios porque se hace más caro pedir prestado y es más rentable ahorrar que gastar. Adicionalmente, se abarata el dólar al llegar más recursos del exterior porque las inversiones en pesos se vuelven más atractivas.
Igualmente, importante es que quienes fijan o negocian los precios y salarios en la economía se dan cuenta de que el banco central ajusta la tasa de intervención para que la inflación llegue a la meta, lo cual hace que esos precios y salarios se comporten de acuerdo con ella.
En el caso del Banco de la República, como en el de otros bancos centrales que operan con una inflación objetivo, las decisiones sobre el nivel de la tasa de intervención apuntan a que la economía alcance la meta de inflación, tratando de evitar aumentos muy grandes del gasto de firmas y hogares, así como caídas muy pronunciadas de gasto y pérdidas fuertes de empleo.
En este contexto, la tasa de intervención del Banco de la República (y de los bancos centrales en el mundo) responde, entre otras cosas, a la diferencia entre la inflación observada (la que ya ocurrió) o la inflación esperada (la que se espera que ocurra hacia adelante y que llamamos expectativas de inflación) y la meta. Cuanto mayor sea la distancia entre estas medidas de inflación y la meta, mayor será el esfuerzo requerido por parte del Banco para reducirla.
¿Cómo medir ese esfuerzo? Típicamente se utiliza la tasa de interés real, es decir, la diferencia entre la tasa de intervención y la inflación.

Se resta la inflación para tener en cuenta que, por ejemplo, lo que le interesa a un ahorrador es lo que puede comprar con la ganancia que recibe por su inversión.
La tasa de interés puede ser alta, pero si la inflación lo es también, entonces lo que se puede comprar con las ganancias de esa inversión es menos que si la inflación fuera menor. Por esta razón, una comparación adecuada de tasas de interés entre países con diferentes niveles de inflación requiere restar la inflación de las tasas de interés.
Comparamos las diferencias entre la inflación observada y la meta en ocho países de la región con política monetaria similar a la de Colombia y sus niveles de tasas de interés reales, calculadas como las diferencias entre las respectivas tasas de interés de política y la inflación observada.
Como puede verse, hay una relación positiva entre la tasa de interés de intervención medida en términos reales (en el eje vertical) y las diferencias de la inflación observada con respecto a la meta (en el eje horizontal).
En otras palabras, en economías en las que la inflación tiende a estar alejada de su meta, los bancos centrales fijan tasas de interés reales más altas. Esto ocurre precisamente porque los bancos centrales toman decisiones que responden a su objetivo principal de controlar la inflación.
La tasa de interés real en Colombia es más alta que la de países que tienen la inflación más cercana a la meta, como Paraguay o Chile, o incluso por debajo de la misma, como Perú.
Por su parte, la tasa de interés real de Colombia es considerablemente inferior a la de Brasil, cuya tasa de inflación se distancia más de la meta si se compara con la de Colombia.

De esta manera, puede esperarse que cuando se alcance una tasa de inflación baja y estable, la tasa de intervención también será más baja.
Resulta interesante observar, en cualquier caso, que la tasa de interés real que tiene Colombia en la actualidad no difiere de manera fuerte de las que tienen Uruguay o Costa Rica, pese a que en el primero de esos casos la inflación es cercana a la meta y en el segundo es considerablemente inferior a la misma.
Los cálculos anteriores se hicieron con las tasas de interés reales considerando la inflación observada. No obstante, los bancos centrales se interesan no solamente por las desviaciones de la inflación respecto a la meta, sino también por la distancia entre las expectativas de inflación y la meta.
Esto se debe a que quienes fijan o negocian precios y salarios en la economía toman en cuenta lo que esperan que sea la inflación en el futuro.
Así, por ejemplo, desde el punto de vista de un ahorrador, lo importante es la cantidad de bienes y servicios que la ganancia de su ahorro le permite adquirir en el futuro, lo cual se mide con la inflación que se espera y no con la que ya ocurrió.
Por la misma razón, la tasa de interés real calculada teniendo en cuenta la inflación esperada puede ser la más relevante para una persona que contrae una deuda.
También se muestra que el caso para el mismo grupo de países, las tasas de interés reales se obtienen teniendo en cuenta la inflación que se espera y se comparan con las diferencias entre las expectativas de inflación y la meta.
Se aprecia que los bancos centrales que enfrentan una diferencia grande entre la inflación esperada y su meta tienen tasas reales más altas.
Fuente: Cálculos propios con base en datos de inflación y tasas de interés extraídos de Bloomberg y expectativas de inflación obtenidas de Focus Economics.
Datos a agosto de 2025.
Como se puede observar, el caso de Colombia es normal dentro del grupo de países considerados.
De acuerdo con esta medición, Colombia tiene un nivel de tasa de interés real acorde con su diferencia entre las expectativas de inflación y la meta, muy inferior a la de Brasil, y cercana a la de México y Uruguay.