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El Espectador
La reforma tributaria está a punto de convertirse en ley. Después de superar los debates en las plenarias del Senado y la Cámara de Representantes solo debe surtir el proceso de conciliación entre los textos aprobados en cada plenaria.
Esta es una de las grandes victorias legislativas del gobierno Petro, no solo por su aprobación per se, sino porque el espíritu de la norma salió intacto a pesar de los múltiples intentos de la oposición por hundir la iniciativa, aplazar los debates o introducir modificaciones que alejarían la meta de recaudo, que hoy está fijada en unos $20 billones (en espera de la conciliación).
Los gremios de la producción, en particular las compañías minero-energéticas, siguen insistiendo en que el impacto de la reforma en las industrias extractivas será devastador.
Sin embargo, las cifras que muestra José Antonio Ocampo, principal figura detrás de la iniciativa, cuentan otra historia. El ministro asegura que no ha habido un proyecto de su tipo con más trabajo de conciliación y negociación. Fruto de esto, por ejemplo, fue la salida del impuesto a las pensiones de más de $10 millones, una decisión con la que no comulga el propio Ocampo.
En esta entrevista, el ministro hace un balance después de una semana de fuego para la cartera que lidera y les pide a los empresarios y a la oposición “que no generen pánico”.
¿Qué es lo más positivo de la reforma tributaria?
Conseguimos unos recursos para poder financiar los programas sociales del Gobierno. Infortunadamente, con el presupuesto que fue presentado por la administración anterior, los programas de inversión, como se llaman en la jerga presupuestal, que son muchos, se tenía una reducción del 10 % y si uno lo ajusta por inflación era del 20 %. Con la adición aprobada por el Congreso conseguimos un aumento del 6 % y no una reducción del 10 %. Lo que hace esta reforma es, precisamente, generar los recursos para poder destinarlos a los programas sociales.
Algunos sectores consideran la reforma la raíz de todos los males por venir. ¿Qué opina de esta crítica?
Muchos de los rumores que se han generado son totalmente falsos. Entonces, lo que hemos estado tratando de aclarar es que es una reforma que no afecta al grueso de la población. Por ejemplo, el impuesto de bebidas saludables, que en realidad no afecta a la población, lo que hace es promover
patrones de consumo para que las personas tengan menos enfermedades. No es en contra de la población, es a favor de sus patrones de salud. Nuestra estimación es que el efecto sobre la inflación era solo de 0,27 puntos en 2023. Ahora, con las normas nuevas en que esos impuestos comienzan el 1.° de noviembre y serán graduales, el efecto será mínimo sobre el grueso de la población.