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Por Elías Prieto Rojas
Un jugador danés de fútbol profesional por estos días cayó desmayado, tendido cuán largo es sobre la grama; no ha sido el primero que sufre por exceso de competición, y que en buen castellano significa fatiga, ni será el último que claudica ante el estrés, o miedo a la derrota, pero sin ser adivino, es fácil suponer que el cansancio, de una u otra forma, hace mella en cualquier atleta de la vida, y más cuando las exigencias laborales, así lo demandan.
Por lo anterior, ningún “homo sapiens”, se debe echar a morir; al contrario, piense, dicen los psicólogos, porque donde las responsabilidades superan cualquier tipo de vocación, he aquí algunas ideas que nos pueden servir para recuperarnos y recargar baterías.
Pues así, como la rutina aniquila individualidades, la creatividad permite hallar descanso, e inspira, si sembramos amor y dulzura: trate bien a los otros y hallará Usted, paz, lo que significa disfrutar de la vida.
Y saque fuerzas de donde no las tenga; y no se reviente, complacerse debe ser su destino; hágalo usted mismo, cuídese: declárese el hombre más importante del planeta, porque nadie lo hará por usted… “cuando pueda, péguese su escapadita para reencontrarse con su otro yo, y si se le antoja, anímese a bailar solito, o con su pareja, y arme su propia fiesta, porque de cualquier forma el contoneo le ayudará a lubricarse y a comprender que sigue vivo, así sea de puro milagro”.
Invítese a contemplar vitrinas; eso sí, con mucho cuidado y la bioseguridad del caso, y así no compre, pero al dedicar tiempo para sí mismo y soñar con el vestido Ives Saint Laurent, o las gafas Ray Band, y la camisa de seda Nike y la alfombra roja… písela para usted, pero no su ropa, mi compita, o mi comadre: ese elemental ejercicio de caminar para su beneficio y sentirse perseguido por varias cámaras y reflectores, le quitarán años de encima.
E imagínese firmando autógrafos, así se rejuvenecerá; en otras palabras, concédase la importancia que usted se merece.
Medite, medite, medite, siquiera cinco minutos diarios. La introspección, el hacer un viaje directo a su corazón le ayudará a conocerse; los grandes maestros siempre se han dedicado al conocimiento propio. Así sabrá cuáles son sus fortalezas e intentará, y de una vez y para siempre, acabar con sus debilidades.
Y haga una lista de todas sus virtudes y también del sinnúmero de dones que la generosa naturaleza le ha otorgado; otros, ahora mismo sufren lo indecible para obtener una cama, o un empleo, o siquiera un plato de comida. Seamos agradecidos y ayudemos desde nuestra posición y estado a que otros encuentren su propia felicidad; es por eso que servir al prójimo debe ser una buena política, y más en esta época cuando se necesitan ministros y sobretodo de Hacienda.
Y si algo le queda grande, pida ayuda, siquiera al sastre para que le reduzca su talla, porque si se le caen los pantalones, que vergüenza; apriete, y utilice el cinturón para mostrar sus bíceps o sus tríceps, pues con ellos y exhibiéndolos, atraerá, otra vez, a su ser querido.
Y, por último, y si se siente un poco mal por las tantas dificultades que debe sortear, “amigo”: descargue su furia en algún muñeco, o trapo; solo se le recomienda ir despacio porque un puño contra las paredes, no es aconsejable. Mejor ríase y con sorna y así sea falsa su sonrisa, pero luzca sus cincuenta dientes, que de seguro carne dura no le ha de faltar en estas épocas de escasez y sobreprecio.
Por lo demás, ánimo, que los grandes días están por venir…
Martes 15 de junio, 2021.