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Por Gerney Ríos González
La corona española fue consciente de la necesidad de avanzar hacia las tierras más allá de los Andes y utilizó las comunidades religiosas con expediciones de misioneros con alma de colonizadores. Es conocida la labor de los jesuitas, quienes llevaron catequesis y obra civilizadora, junto a la presencia de la autoridad española en defensa de su territorio en áreas profundas de la selva. En este contexto se enmarca la aventura de Orellana que partió de Quito.
En el aspecto político la vocación amazónica de los Andes está caracterizada por los puntos siguientes:
– Falta de integración y desarrollo de sus áreas amazónicas y la ausencia de obras para consolidar la unidad geopolítica en la región actualmente dividida en condominios territoriales vecinos.
– Necesidad de conformar la viabilidad hídrica de sus territorios con el río Amazonas, a fin de integrar sus economías y afianzar los viejos vectores de comercio del Atlántico y las cambiantes situaciones de África Occidental, incentivando así la factibilidad de la promocionada alianza del Atlántico Sur, consolidando de paso las relaciones con el mundo árabe a través del Reino de Marruecos.
– Obligación de modificar el sentido centrípeto del desarrollo amazónico- brasilero hacia un concepto bifocal, teniendo como eje común al Amazonas.
Conceptos perfilados
Desarrollo integrado. El territorio amazónico de los países bolivarianos pertenece a la misma entidad geográfica, su desarrollo obedece a un criterio regional unitario y no a la particularidad político-administrativa.
De allí la importancia de la carretera marginal de la selva o los canales interiores para la comunicación directa entre las hoyas de los ríos amazónico-andino, que abrirían paso a una colonización controlada, dentro de la tipología colonización de ribera.
Conectividad fronteriza. En las áreas limítrofes de la amazonia andina, deberían extenderse en su prospectiva a toda la región, a fin de producir no solo la unión física-económica de nuestros territorios, sino la disminución de costos; la composición y ensamble de las obras que desarrollarían una economía de escala.
Vector amazónico-andino-atlántico. Los vectores de movilización y utilización de las vías hídricas amazónica-andina se dirigen y confluyen en el gran rio. En consecuencia, dichos vectores deben continuar a través del rio y finalizar en el punto de desembocadura natural en el Océano Atlántico. Esta constante indica que la geografía ha determinado que el territorio de los Andes utilice al Amazonas como ruta para conectarse con la fenomenología económica, emergente en el Atlántico, océano históricamente eje del acontecer económico mundial; y es a partir de las bocas del Amazonas donde surgen flujos naturales de conexión e intercambio con el Atlántico Norte, Mediterráneo, costa occidental africana y la vía oceánica del Cabo de Hornos, considerada de vital importancia geoestratégica. En la parte sur del Atlántico aparecen por separado de las costas del Uruguay y argentina (con la desembocadura del Río de La Plata), las cadenas insulares subantárticas – mencionadas anteriormente-, base y puerta de entrada hacia el dominio del continente antártico.
Las vicisitudes político-históricas contemporáneas presionan hacia la necesidad de formar una alianza del Atlántico Sur, con el fin de defender la mencionada área geopolítica vital, de la intromisión y manejo de intereses hostiles en nuestro Continente. Al afianzarse la presencia de Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela y Bolivia en el Atlántico, por intermedio del Amazonas, su voz tendrá que ser escuchada en el concierto internacional.