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CNN
El objetivo inicial de primera línea de defensa en las protestas antigubernamentales en Colombia fue repeler los ataques y la violencia por parte del Escuadrón Móvil Antidistubios (Esmad) a finales de 2019 contra los manifestantes y protegerlos.
«Empezamos a ver obviamente la represión que hubo en ese momento y se crea la primera línea defensiva, obviamente para defender a las personas que están manifestándose», le dijo a CNN en Español «Pablo», un joven que hace parte del grupo Primera Línea Bogotá, un grupo de defensa de manifestantes creado hace dos años en las manifestaciones contra el gobierno de Iván Duque. «Pablo» es un seudónimo para identificar a este joven que no reveló su identidad por cuestiones de seguridad.
«Principalmente del Esmad, porque el Esmad no mira a dónde va disparar», dice él sobre a quienes protegen en las manifestaciones. «El Esmad le va disparando a todos y pues hay personas que están haciendo un plantón pacífico y pues llega y se despliega la represión. Entonces se hace para proteger a toda esa gente».
En las últimas semanas los grupos de primera línea han estado en el centro de la atención en diferentes ciudades del país, especialmente en Bogotá y Cali, donde se les ha llamado a negociar con las autoridades para detener las manifestaciones.
Desde el inicio de las protestas manifestantes han denunciado violencia sistemática por parte de la fuerza pública, algo tanto el presidente de Colombia Iván Duque, como el Ministerio de Defensa y la Policía han rechazado. La organización Human Rights Watch denunció que la Policía de Colombia ha cometido «abusos gravísimos” en contra de los manifestantes durante las protestas y dijo que dichos abusos habrían ocasionado la muerte de al menos 20 personas.
¿Qué es la Primera Línea?
«La primera línea se crea como un símbolo de unión, como seguridad después de la muerte de Dilan Cruz», le dijo a CNN «Menticol», integrante de los escudos azules en 2019, otro grupo de primera línea. Dilan Cruz fue un manifestante que murió por un disparo en la cabeza por parte de un integrante del Esmad. El caso pasó, por orden de la Corte Constitucional, a la justicia ordinaria después de meses de estar en manos de la justicia penal militar.

«Nuestra primera línea se dedica a la defensiva, no a la ofensiva», agregó «Menticol», en 2019. «Cuando vemos que hay vandalismo de por medio nosotros no intercedemos porque nosotros no somos una autoridad».
El nombre de «primera línea» tiene que ver con que son los que están más cerca al Esmad cuando este está lanzando bombas aturdidoras o gases lacrimógenos contra manifestantes. Este tipo de grupos también surgieron en las manifestaciones de Chile o Hong Kong en años anteriores.
«Pablo» es un joven de 23 años. Vive en Bogotá y tiene estudios técnicos de informática pero no un trabajo formal, por lo que vive del día a día. No reveló más de su identidad, ni si quiera el sector de Bogotá dónde vive, por cuestiones de seguridad, le dijo.
Explica vía telefónica que la primera línea no es un grupo cohesionado. Existen tantos de estos grupos en tantas ciudades como sea necesario. No es un grupo único y otros se identifican con el espíritu del mismo. Se pueden entender como grupos de personas que se reúnen en diferentes puntos del país para defender a los manifestantes si hay acciones violentas de la fuerza pública en las protestas.
«Aquí hay muchas primeras líneas en Bogotá, hay muchas. Entonces esas se vinieron a crear últimamente con este paro; este grupo de personas se empezó a articular y empezaron nuevas primeras líneas. Pero nosotros, Primera Línea Bogotá, no tenemos el control de esas líneas que se han creado», dice «Pablo».
Según el secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, se trata de un grupo muy heterogéneo con agendas diferentes.
«Existen unos con una formación política de un nivel, otros con muy baja formación política. Existen algunos con un nivel de radicalismo excesivo, otros más moderados que quieren construir», dijo a Red +Noticias
Según «Pablo», hay personas de diferentes clases sociales, de diferente formación —ricos, pobres, sin estudios hasta personas con altos estudios académicos— que se han unido a ellos para defender a los manifestantes.
El grupo tiene como objetivo contrarrestar la violencia de la fuerza pública en las manifestaciones y utilizan protección como escudos artesanales, casos, gafas, guantes, entre otros.
«Una caneca de basura o una lata cualquiera puede convertirse en un escudo para nosotros», dice, negando que tengan armas de fuego u otro tipo de armas no letales. Tampoco tienen un lugar para entrenamientos, ni formación militar o técnica para saber cómo desafiar las bombas aturdidoras, los gases lacrimógenos o a los policías mismos que tienen armamento no letal, según dijo.
Pero todas esas primeras líneas tienen un objetivo común:
«Si no hay quienes defiendan a los que protestan, luego no va haber quién proteste», dice él.
¿Qué pide la primera línea?
La primera línea en la ciudad Bogotá ha cobrado visibilidad en las últimas semanas, pues a pesar de que el Comité Nacional del Paro anunció el cese del paro nacional, la primera línea desconoció el liderazgo del Comité.
«Pablo», de Primera Línea Bogotá, dice que ellos no se sienten representados por ese comité porque ellos tienen «intereses políticos» (de cara a las elecciones), en cambio en primera línea no tienen líneas partidistas, ni obedecen a los lineamientos de líderes políticos reconocidos, como han señalado algunos.
Ellos mismos, dice «Pablo», no tienen líderes y cualquiera puede ser interlocutor ante medios de comunicación, ante la Alcaldía, en cualquier institución. Él mismo dice que no es líder de su grupo, sino solo integrante. «No tenemos líderes visibles. Cualquiera puede hablar», dijo.
Esta semana jóvenes de la primera línea presentaron un pliego de peticiones en el que, entre otros, piden que se les reconozca como actores políticos; que el Estado y los medios de comunicación pidan excusas por, según ellos, estigmatizar a los manifestantes como actores violentos; que se aceleren los procesos de investigación frente a los casos de «desaparición forzada» y detenidos; brindar atención en salud a las personas que han resultado heridas en el marco de las manifestaciones por parte de la fuerza pública y una mesa de conversación con el gobierno de Bogotá.
«Hacemos un llamado al gobierno distrital (de Bogotá), un diálogo que haga la diferencia, buscando salvaguardar la vida y no pasando por encima de ella», dijo un joven de uno de los tantos grupos de primera línea a medios de comunicación.
«Me preguntan si fue un error reunirme con integrantes de la Primera Línea viendo lo radicales y heterogéneos que son», escribió Luis Ernesto Gómez en Twitter. «Les respondo: Error es desistir de algo porque es difícil. Error es cerrar las puertas del diálogo en una sociedad que ya no se escucha».