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El futuro macroeconómico de América Latina jugará su suerte en los próximos meses del año en curso, los cuales serán claves para determinar si la región será arropada por los fenómenos de la estanflación o la recesión, como han podido experimentar algunas de las economías más importantes del mundo.
El
primero, la estanflación, sucede cuando se combina una elevada inflación y un
estancamiento económico, mientras que la recesión es un decrecimiento de la
actividad económica en su conjunto durante un período determinado.
El contexto no es nada sencillo. Si bien el continente ya venía
experimentando una espiral inflacionaria desde el año pasado, motivo por el
cual los bancos centrales comenzaron a incrementar sus tasas de interés, el
estallido de la guerra en Ucrania y sus consecuencias en las cadenas de
suministros han puesto el pie sobre el acelerador del costo de vida.
En la actualidad, esta política alcista se
mantiene férrea en aras de controlar el incremento del costo de vida en la
región. Muchos de los niveles actuales de esas
tasas de interés, como en el caso de Perú, son valores históricos.
Por si poco faltara, a esto se le suma la política alcista en tasas de interés
que está realizando la Reserva
Federal (Fed) de Estados Unidos, la
mayor economía del globo, y cuyo dólar dicta las pautas internacionales. Aunque
si bien la región ha sorteado bien estas alzas, el futuro no es tan claro.
“Es cierto que las economías de la región
están frente a una situación muy compleja y es probable que la mayoría de las
economías grandes sufran una recesión en el próximo año y medio. Principalmente
porque los bancos centrales se ven obligados a subir rápidamente las tasa de
interés para controlar la inflación”, explicó Theodore Kahn, economista senior internacional de la
consultora Control Risks.
Para Kahn, el factor de normalización de la Fed juega un rol importante “porque
las altas tasas de interés en Estados Unidos desincentivan la inversión en
mercados emergentes”.
Por otro lado, Diego Camacho,
economista internacional de Credicorp Capital, descarta, por el momento, el surgimiento de
ambos fenómenos en la región de América Latina.
“No vemos un escenario de estanflación o de
recesión. En América Latina lo que vemos es un escenario de tasas de
crecimiento aun positivas que se deberían moderar desde los datos altos que
hemos visto recientemente, todo esto en un contexto de alta inflación”, apuntó Camacho.
Una recesión en Estados Unidos, el
factor macroeconómico más claro a nivel mundial, si podría afectar a la región, aunque a juicio de
Camacho, esta no llegaría al punto de generar estos efectos en América Latina.
En la actualidad, la región continúa con previsiones positivas de su tasas de
crecimiento. En la más reciente reevaluación de la Comisión Económica para
América Latina (Cepal), el pronóstico del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este
año es de 1,8%, recortado desde
el 2,1% producto de la guerra. En 2021, el repunte fue del 6,1%.
Según el Fondo Monetario Internacional, la región tendría un crecimiento
económico del 2,5% para finales del año, una leve mejora desde el 2,4% de la
medición anterior.
Ambos organismos coinciden en que la región puede sacar provecho del actual
contexto de altos precios de las
materias primas, como el cobre, el gas o el petróleo, así como de los granos, donde el continente
tiene un gran potencial.
Ernesto Revilla, economista jefe de Citi Research para Latinoamérica, comentó
que ellos no ven un escenario
de recesión para la región, ya
que aún se espera un crecimiento positivo para este año, pero sí están
contemplando distintos escenarios en donde la estanflación juegue un papel
clave. “Aunque la posibilidad aún es baja, es más
probable que ocurra primero acá que en otra región”.
¿Cómo está el mundo?
Los
vientos de recesión cada vez soplan más fuertes en todo el mundo, aunque en
especial en los Estados
Unidos.
Cada vez son más las firmas que se suman a los pronósticos sobre una contracción en la economía más
importante del mundo, la
segunda en menos de dos años, luego de la pandemia de la covid-19.
“El caso más claro del que se habla es el
de Estados Unidos, y de momento, se trataría de una recesión técnica. La gran
preocupación es si el ciclo acelerado de normalización de la Fed estaría
llevando hacia una recesión más grave”, apuntó Camacho.
El PIB de EE. UU. se contrajo en 1,6% en
el primer trimestre de 2022 y
el estimado de la Fed de Atlanta para el 2T es de -1,2%.
ROBERTO CASAS LUGO
Periodista Portafolio