
En su última reunión, la Reserva Federal mantuvo la tasa de interés en 4,25%-4,50%, adoptando un enfoque prudente ante los riesgos inflacionarios derivados de las medidas comerciales de la administración Trump.
En el primer trimestre de 2025, la economía de Estados Unidos se contrajo un 0,3% anualizado, afectada principalmente por la incertidumbre comercial y un fuerte aumento en las importaciones.
Las políticas arancelarias de Trump complican el trabajo de la Reserva Federal al intentar equilibrar el pleno empleo y la estabilidad de precios, pues elevan la incertidumbre y amenazan con frenar el crecimiento y aumentar las expectativas de inflación, incrementando entonces el riesgo de estanflación.

Bogotá, mayo de 2025. News Press Service. En línea con las expectativas del mercado, en su reunión del miércoles 7 de mayo el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) decidió mantener sin cambios el rango objetivo para la tasa de interés de los fondos federales, que se mantiene entre el 4,25% y el 4,50% desde diciembre de 2024.
Con esta decisión, la Reserva Federal (Fed) reafirma una postura prudente ante el desafío de balancear sus objetivos de fomentar el pleno empleo y controlar las presiones inflacionarias.
Esto particularmente en un contexto donde han aumentado los riesgos de desaceleración de la actividad económica en medio de las medidas arancelarias del presidente Donald Trump, lo que podría llevar a la economía a enfrentar un escenario de estanflación.
Aunque la Fed expresó que, pese a las fluctuaciones que han presentado las exportaciones netas, la economía ha seguido creciendo de manera firme, los datos del primer trimestre encendieron señales de alerta. De acuerdo con el U.S. Bureau of Economic Analysis (BEA), durante ese periodo la economía estadounidense se contrajo 0,3% en términos anualizados.
Esta caída fue atribuida, en parte, a la incertidumbre generada por las medidas de política comercial del presidente Donald Trump, que afectaron las decisiones de inversión y producción del sector empresarial.
Se trata del primer trimestre con crecimiento negativo desde comienzos de 2022, aunque se espera que la economía retome un crecimiento positivo en el segundo semestre.
Además, esta contracción fue explicada, en buena medida, por un fuerte repunte de las importaciones, que aumentaron un 41,3% trimestre anualiza do y restaron 5 puntos porcentuales (pp) al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Diversas empresas adelantaron sus compras del exterior ante la inminente imposición de aranceles, en un intento por evitar los mayores costos derivados de esas nuevas barreras comerciales.

A esto se sumó una marcada reducción en las compras del gobierno federal (-5,1%), como resultado de los recortes implementados a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Estos dos factores en conjunto contribuyeron a la débil cifra de la actividad económica.
Por su parte, la inflación medida a través del índice de precios al consumidor (IPC), se ubicó en 2,4% en marzo, por debajo del 2,8% registrado el mes anterior, aunque aún se mantiene ligeramente por encima de la meta de largo plazo del 2%.
En cuanto al mercado laboral, la tasa de desempleo se ha estabilizado en niveles bajos en los últimos meses, situándose cerca del 4%.
En el contexto de la política arancelaria impulsada por la administración Trump, alcanzar el equilibrio entre los objetivos duales de la Fed, pleno empleo y estabilidad de precios, se ha vuelto una tarea cada vez más desafiante.
Según Jerome Powell, presidente de la Fed, la reciente volatilidad en los mercados, en un entorno marcado por alta incertidumbre, ha influido de manera significativa en las decisiones de política monetaria.
La imposición de aranceles representa un riesgo doble: podría entorpecer el proceso de desaceleración inflacionaria con un aumento en las expectativas para los meses siguientes y, al mismo tiempo, frenar el crecimiento económico, configurando un posible escenario de estanflación, fenómeno que no se presenta en Estados Unidos desde principios de los años ochenta.
No obstante, la Fed aún conserva cierto margen de maniobra, ya que la economía se mantiene resiliente mientras se ajusta gradualmente el rumbo de la política monetaria.
ANIF