
La balanza de pagos en el segundo trimestre de 2025 registró mayores desequilibrios externos, con profundización de los déficits en cuenta corriente y financiera dado un entorno de mayor incertidumbre y crecientes presiones en el frente fiscal.
La cuenta corriente registró un déficit de -US$2.595 millones (-2,5% del PIB trimestral), superior al registrado el trimestre anterior, explicado por un mayor desbalance comercial de bienes y servicios.
El déficit de la cuenta financiera se amplió a -US$1.924 millones (-1,8% del PIB trimestral), explicado por un incremento en las inversiones extranjeras de cartera asociadas a mayores necesidades de financiamiento del Gobierno.

Bogotá, septiembre de 2025. News Press Service. Los resultados de la balanza de pagos en el segundo trimestre de 2025 evidenciaron un mayor deterioro de los desequilibrios externos, reflejado en la profundización de los déficits de la cuenta corriente y de la cuenta financiera, según las últimas cifras del Banco de la República.
La cuenta corriente prolongó la trayectoria ascendente de su déficit desde el segundo trimestre de 2024, en un contexto definido por la recuperación gradual de la demanda interna, la volatilidad de los términos de intercambio y la marcada incertidumbre en el frente externo.
Estos factores configuraron un escenario en el que el dinamismo de las importaciones y la dependencia de recursos externos incidieron de manera determinante en el desempeño de la balanza de pagos durante el periodo.
En este contexto, el déficit de la cuenta corriente, que recoge el balance de las transacciones de bienes y servicios, así como de rentas y transferencias corrientes, se amplió a -US$2.595 millones en el segundo trimestre de 2025 (-2,5% del PIB trimestral), superior en 0,5 puntos porcentuales (pp) al registro del trimestre previo (-US$2.091 millones, -2,0% del PIB trimestral).
Este comportamiento respondió principalmente al déficit de la balanza comercial de bienes, que alcanzó -US$3.624 millones (vs. -US$3.060 millones en el primer trimestre del año) debido al mayor crecimiento de las importaciones frente a las exportaciones.

La balanza de servicios también registró un saldo negativo de -US$132 millones (vs. US$387 millones). En cuanto a la renta de los factores, el déficit se situó en -US$2.990 millones, mostrando una reducción frente al trimestre anterior (-US$3.847 millones).
Esto fue compensado parcialmente por el mayor superávit en transferencias corrientes, que ascendió a US$4.151 millones (vs. US$3.846 millones).
De manera paralela, el déficit de la cuenta financiera, que refleja las fuentes de financiamiento externo y la capacidad del país para proveer recursos al resto del mundo, se amplió al registrar entradas netas de capital por -US$1.924 millones (-1,8% del PIB trimestral), superiores en 0,3pp al trimestre previo, lo que representó un incremento absoluto de US$310 millones.
Las entradas de capital extranjero ascendieron a US$6.555 millones (vs. US$4.632 millones en el primer trimestre del año), impulsadas por el fuerte crecimiento de la inversión de cartera, que alcanzó US$6.189 millones (vs. US$1.207 millones), en parte por nuevas operaciones de financiamiento del Gobierno en un contexto de estrechez fiscal.
Así, la inversión extranjera directa también se incrementó hasta US$3.444 millones (vs. US$3.135 millones).
Finalmente, el resultado global de la cuenta se vio atenuado por el incremento de las salidas de capital de residentes al exterior, que ascendieron a US$4.555 millones (vs. US$2.877 millones), y por el aumento de las reservas internacionales en US$525 millones.

De este modo, en el primer semestre de 2025, el déficit corriente del país ascendió a -US$4.686 millones (-2,2% del PIB semestral) explicado principalmente por la ampliación en el déficit comercial de bienes.
Entre tanto, la cuenta financiera del país registró entradas netas de capital por -US$3.538 (-1,7% del PIB semestral) dado por un mayor ingreso de capital extranjero.
En síntesis, los resultados del segundo trimestre de 2025 reflejan una profundización de los desequilibrios externos del país, con un déficit creciente en la cuenta corriente impulsado por el dinamismo de las importaciones y un déficit financiero marcado por la dependencia de capitales de portafolio y la persistencia de salidas de recursos.
Si bien el incremento en la inversión extranjera directa y en las transferencias corrientes contribuyó a mitigar parcialmente estos desbalances, la combinación de mayores necesidades de financiamiento externo, un entorno fiscal desafiante y condiciones internacionales volátiles plantea retos adicionales para la sostenibilidad de la balanza de pagos en el corto y mediano plazo.
ANIF