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Por Elías Prieto Rojas
La vida enseña a diario que no es con afanes, sino más bien con calma, y que todo puede realizarse, siempre y cuando la tranquilidad se imponga. Es claro hacer un estudio previo de las circunstancias, porque antes de lanzar su ataque, el general precisa un reconocimiento previo del terreno, para que la victoria aparezca cuando se recrudece el combate. Es por eso que las mejores opciones de victoria se presentan cuando la planeación, y por ende el conocimiento, hacen parte de cualquier empeño de superación. En otras palabras: no le podemos sacar mayor provecho a la realidad, sino procuramos indagar, proponerse y conocer (son palabras claves), para vivir y ser felices. Y entre otras, y variadas posibilidades, es bueno destacar la importancia de la lectura, y de la iniciativa propia, que ayudan, como tareas decisivas, diarias y constantes, en la búsqueda, elemental, de la comprensión del mundo. Pero no sólo leer y ser creativos, como hábito, sino intentar una vez más, la capacidad de análisis – comprender-, y esa profundidad del pensamiento, no es otra cosa que aprender a pensar; pero si el mundo vive de afán ¿entonces cuándo? De nuevo la calma, y como es poco el tiempo libre, aparece la rosa del enamorado con su clásico «me quiere… no me quiere»… De ahí que también cada uno de los mortales -se impone-, debe sacar espacio para la introspección, o la meditación, que es lo mismo, y acá resuenan las rotundas palabras del célebre griego:»Conócete a ti mismo», buscando para ello posicionar el discurso, mediante el cual, nadie va más allá de lo que cada uno y su razón quiera defender, y porque si es bueno, lo acepto, y lo proclamó, y aspiro que todos sigan por «mi camino»: filosofía y eterno desafío del no visionario, de aquel que no ve, ni procura, ni saca provecho, porque son muchos los conformistas, millones; aunque y para empatar, esos desdichados prefieren el canto de la lechuza; «más vale pájaro en mano que cien volando»; pero, si, y de atrevido, alguien se sale del camino, entonces usted hágalo pronto, será innovador, porque necesitamos con urgencia de los emprendedores; sólo que, y para efectos de este razonamiento, encontramos a cualquiera procurando trabajar obsesivo para ganarse la vida, asediado con su propia espada de Damocles, y con su único escudo, trabajar y trabajar y trabajar (porque el hombre actual como un camello labora mucho), entonces ¿cuándo éste pobre ser sacará tiempo para adquirir conocimiento y atreverse y crear su propio medio de producción? Vivimos de afán porque no hay otro chance sino para procurar el sustento. Vemos a diario millones de empleados que se enferman de tanto trabajar, porque y si no cuidan su lonchera… Tenemos que hacer jornadas laborales más flexibles, y hacer legislaciones motivadoras y precisas que ayuden a crear empresa: sólo así el hombre podrá sacar tiempo para sí mismo… Pero dirá el burrito, cuando el Estado le dice que sí puede crear empresa… «pero con tanta tramitomanía», muchos emprendedores tuercen la boca y gritan: ¿será cierta tanta belleza?
31 de enero de 2022.