News Press Service
La noticia impactante proviene de Brasil. El mundo entero vio cómo una multitud de seguidores de Jair Bolsonaro asaltó las sedes de los tres poderes públicos: el palacio presidencial, el congreso y el tribunal supremo. ¿Qué quería esa gente? Pedían a los militares que dieran un golpe de Estado para sacar a Lula Da Silva de la presidencia de la República. Así como se lee, Lula le ganó limpia y contundentemente las elecciones a Bolsonaro el 2 de octubre, pero el “bolsonarismo” decidió que no aceptaría esa derrota y no estaría dispuesto a ceder el poder. En el camino, destrozaron todo a su paso: obras de arte, documentos, muebles, paredes, vidrios, etc.
¿Recordemos de lo que hicieron los seguidores de Donald Trump en Washington hace dos años? Asaltaron el capitolio con la intención de impedir que se formalizara la proclamación del triunfo electoral de los demócratas, o sea la derrota de Trump ante Biden.
Como se sabe, Bolsonaro siempre implementó una suerte de copia de Trump, en discurso y acción. Y esto llegó al extremo con lo que pasó el domingo.
Esta comparación fotográfica, donde se ve al icónico asaltante del capitolio de Washington (el de los cachos) y a un brasileño que evidentemente lo imitó durante el asalto a los poderes de Brasil.
Se evidencia que la policía del Distrito Federal permitió a los bolsonaristas cometer el asalto. De hecho, circularon imágenes donde los policías escoltaban la marcha y hasta se tomaban selfies con el ataque a los edificios públicos de fondo. Por eso el presidente Lula cuando se pronunció al respecto lo primero que hizo fue decretar la intervención del sistema de seguridad del Distrito Federal.
El ejército y la policía militar al final de la tarde tomaron el control de los edificios asaltados y se llevaron presos a varios cientos de bolsonaristas.
El gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, trató de hacerse de evadir responsabilidades repudiando los hechos y pidiendo disculpas, pero el Supremo Tribunal de Brasil no lo perdonó y esta mañana lo apartó de su cargo por omisión en la seguridad.
El Tribunal también ordenó que las fuerzas de seguridad disuelvan los campamentos de bolsonaristas que están fuera de las sedes militares en varias partes del país, prohibió la entrada a la capital de autobuses con manifestantes y ordenó desbloquear las vías que los bolsonaristas intentan trancar también en varios lugares del país.
El mundo condena
Las reacciones internacionales fueron unánimes: el mundo condenó los hechos. Hubo mensajes de apoyo a Lula desde los gobiernos de Venezuela, Colombia, Argentina, Chile, Bolivia, Honduras, EEUU, España, Francia, la Celac, el Alba, entre otros.