News Press Service
Por Gerney Ríos González
Tendencia definida por varios elementos destacándose lo ecológico, geográfico, político, antropológico e histórico. Vocación confirmada con la proyección futurista, emergida de los intereses espaciales de la subregión en el Siglo XXI.
La conectividad del triángulo geopolítico dada por los ecosistemas de los Andes, la Amazonia y la Orinoquia, la posibilita la dimensión geoestratégica del Área de Manejo Especial de la Macarena (AMEN), una de las regiones más valiosas del mundo y de salvaguardarla depende el equilibrio climático de Colombia y el orbe.
En el AMEN convergen las vocaciones amazónicas, andinas y orinoquenses, hábitat de 5.555 especies de flora y fauna, túnel natural de vientos húmedos con dirección a los andes y el Caribe-Atlántico. Esta región es el último corredor biológico con mayor área selvática que conecta y acciona los Andes con la Amazonia. Asimismo, integra el Camino de las Anacondas, espacio multinacional prospectado como una obra cultural y ecológica de diversos colores de las más inmensas de la Tierra.
El Área de Manejo Especial de la Macarena contiene ecosistemas de agua dulce, conformadas por zonas estables, con una especial belleza, producto de sus inmensos y rapidísimos caudales, pozos y cataratas prehistóricas de múltiples matices y olores. Sus montañas y sierras permiten percibir las huellas dejadas por aborígenes del siglo XVI, auténticos propietarios de estos terruños, sinónimo de vida.
En los Referentes geográficos, subrayamos los elementos siguientes:
– Los ríos andinos alimentan significativamente el flujo hídrico del Amazonas.
– El porcentaje de territorio soberano de los países bolivarianos dentro de la hoya amazónica es dominante y representativo.
– Amazonia y Orinoquia están integradas a través de un canal natural situado en Venezuela, unido a su vez con el río Guaina en zona limítrofe con Colombia.
Ríos andinos tributarios del Amazonas
Si observamos desde la zona de límite común de Paraguay, Bolivia y Brasil, hasta el sitio de confín de Venezuela, Guyana y Brasil, encontramos que el inmenso arco de la frontera occidental de Brasil con el Pacto Andino está cruzado por un sinnúmero de ríos que tienen su origen en el Macizo de los Andes de la subregión y que van inequívocamente a alimentar el caudal del Amazonas.
Las aguas son originarias de los Andes, pero el río Amazonas y buena parte de la cuenca amazónica, formada por el caudal de diferentes ríos y los avatares de la historia, es brasilera. De Bolivia surgen los ríos Mamor, Beni y Guapore, que alimentan el río Madeira, gran tributario del Amazonas; del Perú fluyen el Purús, Jurúa, Javari, Ucayali y Huallaga, aparte del propio Amazonas que nace en la serranía peruana con el nombre de río Marañón; de Colombia aflora el Vaupés que alimenta el río Negro, así como los ríos Caquetá y Putumayo que tributan al Amazonas: y del Ecuador brotan el Napo, el Tigre, el Pastaza y el Morona.