News Press Service
Por Elías Prieto Rojas
Utilizar palabras con un sentido específico y que expresen el pensamiento y sus ideas siempre en la búsqueda de orientar o plasmar caminos nuevos e indicados para seguir en la búsqueda de la paz, es el objetivo de la política como quiera que su contundencia radica en hacer que los demás se identifiquen con lo que el líder y su partido defienden como ideología y bien común. He ahí el meollo del asunto. Pero si el personaje y sus cuadros directivos no saben para dónde dirigirse entonces la ruta se torna harto complicada. Resumiendo: al posicionar el discurso hacia la izquierda en un país de seres ubicados por más de un siglo a la derecha es un desafío para sus antagonistas que no tiene parangón alguno en nuestra historia. Y si a lo anterior se le agrega que a nuestros vecinos – aquellos que han decidido marchar a la siniestra -, no les ha ido tan bien como algunos lo quieren hacer ver, entonces que entre el diablo y escoja. Porque a «la diabla» cualquiera puede acertar si se empeña en utilizar el azar, y sus medidas populistas, a ver qué sale de ahí; pero si el verdadero objetivo es hallar un verdadero camino de paz, justicia social y reconciliación, nada debe dejarse al amparo de fuerzas y pensamientos sociales «misteriosos» que pueden incluso acabar con lo poco que se ha venido construyendo durante siglos. ¿Dónde están los líderes de la izquierda que pueden acompañar al nuevo Mesías? porque sí va a pasar como actualmente sucede en Venezuela, Nicaragua, o Cuba, donde, y por culpa de unos aviezos y traviesos dirigentes de la izquierda, por citar sólo unos pocos, de quienes detentan el poder en estos sacrificados países, entonces es mejor apagar e irnos y el «sálvese quien pueda», se diría es el mejor camino para el caos y la anarquía. En otras palabras y para no hacer más largo este panfleto: no existe una izquierda, ni clase dirigente fuerte, ni mucho menos preparada para asumir el mando de un país que carece de lo fundamental… de una mayor capacidad de análisis de sus habitantes para elegir a sus gobernantes; de ahí la indiferencia y por supuesto que la corrupción, y el mal gobierno, y por eso seguiremos como estamos, porque el atortole, pero también el «beneficio» de la clase media es seguir inscrita en «mejor malo conocido que bueno por conocer»… y por eso no se vaticina cambio alguno en nuestro país porque también el lugar común está ahí para defender a ultranza el credo del conformismo: «¿Y para qué buscar otros dirigentes si seguiremos en las mismas y con los mismos?». Y entonces pare de contar… y mejor y para no enredar aún más éstas disquisiciones: «estemos atentos y vigilantes a ver quién gana la contienda» dirán algunos intelectuales, porque los otros, los «vende patria» seguirán empecinados en defender la guerra…
24 de enero de 2022.