News Press Service
Por Carlos Villota Santacruz
Twitter @villocol
Bogotá. News Press Service. El mundo que viene en la pospandemia tendrá que ver mucho con el amor y la cultura. El reto de la sociedad, en su conjunto, es hacer una vida mejor, bajo el idioma dl consenso y la construcción de puentes solidario, que derrumben la frontera del individualismo.
Este escenario, se gestó en los meses de cuarentena preventiva y obligatoria en Estados Unidos y América latina, que ha dejado a una generación sin empleo, en la pobreza e incertidumbre. Con más preguntas que respuestas, alrededor de su presente y su futuro. En particular, en relación con sus hijos, nietos, padres, abuelos y tíos.
El “tsunami” de la emergencia sanitaria, nos obligó a escuchar cada 12 o 24 horas por televisión, radio, redes sociales y a leer en los periódicos, las estadísticas de personas contagiadas por el Covid-19 y el número de personas fallecidas- Atrás quedaron los indicadores económicos. El comportamiento de la bolsa de valores. De la cotización del dólar y el euro.
El mundo que viene no tiene receta. Lo que es claro, es que en la agenda pública de los países estará en primer lugar la salud, la educación, la seguridad alimentaria y el buen uso del tiempo libre (niños, niñas, personas de la tercera edad), bajo estrictos protocolos de bioseguridad. Tanto en casa como en la calle.
La riqueza colectiva de valores, principios y economía colaborativa se levantan en el mundo que viene, en la relación del Estado con los ciudadanos. Un estado que debe ser más funcional, trasparente y eficiente.
Si se quiere avanzar como sociedad en un terrenos seguro, debe existir un compromiso individual y colectivo de enterrar el “egoísmo y la envía” para dar paso a una un trabajo en equipo, que está naciendo desde la casa, como lugar de ejercer el conocimiento y las competencias laborales. En esencia, en la segunda década del siglo XXI, el mundo que viene debe construirse con estos elementos, más una vida espiritual que otorgue paz interior.
Otra de las tareas a emprender, debe concentrarse en el fortalecimiento de la educación, desde el ejemplo. Esa, será la inspiración de una generación que reclama nuevos liderazgos con su protagonismo. Este es, el mundo del mañana que se construye en cuarentena, en los cinco continentes.
Es el nacimiento de una nueva ERA. Estamos en comunión como raza humana, en este instante de historia. En la soledad que nos acompaña, en la pospandemia debe traducirse en integración y solidaridad. Los héroes de hoy, son los médicos, enfermeras e infectologos. Son los “ángeles de la guardia” de los pacientes Covid-19. Incluso, a costa de su propia vida.
La historia de la humanidad se escribe aquí y ahora. Cuando regrese la normalidad, recordaremos a quienes se fueron. Si estamos vivos, será la oportunidad para mejorar desde nuestro rol en sociedad. En ese momento sabremos, si la lección aprendida en cuarentena dio sus frutos o por el contario, debemos afrontar otra pandemia, para valorar lo que Dios nos regala, desde el nacimiento. Entre ellos, la familia que nos recibió con los brazos abiertos. Con el amor incondicional del corazón.
El tapabocas, los guantes y batas. Los trajes antifluidos, nos recordará que el mundo se detuvo en enero de 2020. Que nos hizo callar para escucharnos desde el interior.