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Por Elías Prieto Rojas
Por estos días tuve la fortuna, acá en Bogotá, de subirme a un alimentador de Transmilenio con escasos pasajeros, y fue tal mi asombro que aproveché la oportunidad para dialogar con el conductor sobre las nimiedades de la vida, para concluir los dos, luego de cierto tiempo, del enorme beneficio que produce el intercambio de ideas, porque a los dos “comunicadores” se nos calmaron los nervios y el viaje se hizo más placentero.
Y de inmediato recordé épocas pasadas cuando quien escribe estas líneas programaba, con pocos intervalos de tiempo, dos conferencias para padres en colegios, distantes, uno del otro, y en medio de mi afán por cumplir no culminaba bien ninguna de las dos charlas, puesto que la ansiedad dificultaba mi labor. Salir de un colegio, de afán, para llegar al otro, de afán, aceleraba mi corazón, lo cual iba en detrimento de mi calidad de vida y además nunca era, ni será, bien visto.
AÑOS QUE NO PASAN EN VANO
Ahora se me hace claro señalar que la vida con sus exigencias diarias nos convierte en esclavos sometidos al capricho de los vaivenes cotidianos, pues al asumir compromisos (responsabilidades), de continuo se nos olvida recordar que lo más importante es vivir, disfrutar, sonreír; gozar de los pequeños placeres que nos depara la existencia; ese es el objetivo, a pesar de todo. “El que mucha abarca poco aprieta” reza el refrán. Uno de mis maestros decía que las uvas es necesario comerlas una por una, con el fin de aprovechar su sabor y sus aromas; si engullimos demasiadas uvas a un mismo tiempo no degustamos ni aprovechamos sus beneficios y hasta podríamos ser víctimas de una posible indigestión.
EL CONSUMISMO MATA
Hoy el consumismo nos anestesia. Las redes sociales nos asaltan. Los medios de comunicación irrumpen en nuestras vidas y nos someten a sus veleidades arrasando privacidad, tranquilidad y sosiego, lo que acelera el ritmo cardiaco; nos asalta el estrés: demasiadas cargas que nos debilitan. Tendremos que hacer un alto en el camino, mirar para observar todas las aristas de la ruta y disfrutar de un atardecer, de un concierto, o de la lectura de un buen libro; aprovechar el arte y sus diversas manifestaciones nos sirve también para desconectarnos de la realidad. Crear es el camino. Jugar a ser dioses con la invención de un cuento, una poesía o una novela. Pintar para jugar con los colores y darle luz o sombra a la misma creación.
LA MÚSICA NOS PONE A BAILAR
Cantar, bailar, reunirse con los amigos intentando fraternidad y diálogo. De cualquier manera, ya un popular compositor nos recordaba que la idea no es llegar primero sino saber llegar. Y otro alguna vez también lo afirmó: “Despacito y buena letra”. Y uno más dijo: “Del afán no queda sino el cansancio”. Y Antonio Machado escribía: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. La pregunta de ¿por qué las tortugas viven demasiados años? no debe ser gratuita. Ellas se han acostumbrado a realizar todas sus faenas de manera lenta. Tal vez nosotros debemos aprender también, una vez más, de las otras criaturas del universo, pero en especial, y de acuerdo con las actuales circunstancias, de aquellos insectos como las hormigas, pues ellas no intentan generar complacencias al realizar esfuerzos individuales (poder, dinero, egocentrismos), sino más bien ¡oh mortales! debemos fijarnos un poco más en su generosidad, en dar, ser solidarios, compartir; nunca será tarde para servir; además lo fundamental de la vida estriba en ser feliz y consiste en hacer lo que a cada cual le gusta, sólo que ese empeño debe ir acompañado de cautela, y prudencia y el deseo honesto de hacer la tarea bien hecha y sin hacerle daño a nadie.
EL PORCINO SE CANSA PRONTO
Por eso no es necesario correr en demasía. En la alforja debemos llevar provisiones para ese largo viaje que emprendemos todos los días y no queda de más advertir que usted mi querido ciudadano caminas por el mejor sendero, que no es otro sino apreciar su recorrido y sus constantes aventuras, que son los desafíos diarios; sólo comprender que, con la suma de los pequeños momentos, de pronto –y debemos estar alertas-, se nos aparece la belleza, siendo ella una diosa de singular hermosura. Hoy en determinado momento una albricia, cierta resplandecencia de luminosa energía inundará tu vida. Y tendrás regalos. Sé optimista: que todo está puesto para tu bien. Nunca lo olvides…
26 de marzo de 2023.