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Banco Mundial
Durante décadas, los mercados de carbono han sido considerados como parte de la solución al cambio climático. En su mayoría han sido gestionados por el sector privado, pero esto cambiará pronto. Más de dos tercios de los países planean usar los mercados de carbono para cumplir con sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) estipuladas en el Acuerdo de París. Países como Chile, Ghana, Jordania, Singapur y Vanuatu ya están desarrollando infraestructura digital completa y de última generación para respaldar su participación en los mercados internacionales de carbono.
Estas soluciones digitales innovadoras están evolucionando rápidamente a medida que el nuevo mercado internacional del carbono se acerca a la realidad. Los delegados en la reunión mundial sobre el cambio climático de 2021, COP26 en Glasgow, aprobaron el Artículo 6 (i): el reglamento del Acuerdo de París que rige los mercados mundiales de carbono. La aprobación dio luz verde a un mercado en el que los países pueden comprar y vender créditos de carbono generados por la reducción o eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la atmósfera, por ejemplo como consecuencia de la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables o del aumento o la conservación de las reservas de carbono en ecosistemas tales como los bosques.
La reducción de las emisiones de GEI se torna urgente a medida que los países de todo el mundo experimentan los impactos cada vez más intensos del cambio climático (i). “El ritmo de la descarbonización y la adaptación debe acelerarse y los mercados de carbono brindan una opción para compensar los costos de dejar de utilizar los combustibles fósiles y avanzar hacia una transición económica verde”, dijo Monali Ranade, especialista sénior en Energía del Banco Mundial.
Los mercados de carbono ayudan a movilizar recursos y reducir los costos para darles a los países y las empresas el espacio que les permita facilitar la transición hacia menores niveles de emisión de carbono. Se estima que el comercio de créditos de carbono podría disminuir el costo de implementación de las CDN en más de la mitad, es decir en hasta USD 250 000 millones para 2030 (PDF, en inglés). Con el tiempo, se espera que los mercados de carbono se vuelvan redundantes a medida que los países logren la meta de cero emisiones netas (i) y la necesidad del comercio de emisiones disminuya.
Según el Artículo 6, los países podrán cooperar de diferentes maneras para lograr sus objetivos climáticos. La clave para reducir con éxito las emisiones mundiales de GEI mediante los mercados de carbono puede ser una infraestructura digital que mantenga seguros los datos verificados y garantice que las reducciones se contabilizan y monitorean con precisión.
La clave para reducir con éxito las emisiones mundiales de GEI mediante los mercados de carbono puede ser una infraestructura digital que mantenga seguros los datos verificados y garantice que las reducciones se contabilizan y monitorean con precisión.
Esta infraestructura digital incluye sistemas de medición, notificación y verificación (MNV) con datos de emisiones y reducción de emisiones de GEI vinculados a los registros nacionales o internacionales. Las tecnologías nuevas y de rápida evolución, como la cadena de bloques, pueden ayudar aún más a garantizar la transparencia y que los créditos de carbono solo puedan ser reclamados por un país: ya sea el país que evitó o eliminó las emisiones de GEI, o el país que las compró en forma de créditos de carbono para diferentes usos.
El camino pionero de Jordania para abordar la crisis climática:
El país enfrenta importantes desafíos climáticos: aumento de la temperatura, disminución de las precipitaciones, aumento de los incidentes de sequía y pérdida de agua por evaporación. Al mismo tiempo, sigue dependiendo en gran medida de las importaciones de combustibles fósiles, con recursos naturales limitados y un suministro de agua extremadamente escaso para una población de 10,3 millones de personas, incluidos más de 1 millón de refugiados. El calor extremo y la escasez de agua aumentan la demanda de energía, creando una carga fiscal y afectando la competitividad económica.
Jordania fue el primer país en desarrollo que creó sistemas de MNV y de registro de GEI según estándares internacionales que son componentes clave del futuro comercio de emisiones en el marco del programa Climate Warehouse y la Alianza para la Implementación de los Mercados de Carbono (PMI) (i) —ambas iniciativas del Banco Mundial— para desarrollar y poner a prueba esta infraestructura digital.
Para prepararse para su sistema de MNV, Jordania promulgó un reglamento sobre el cambio climático en 2019 que establece el marco institucional y regulatorio sobre el cambio climático en todo el Gobierno. Con la ayuda de la Alianza de Preparación para los Mercados de Carbono (PMR) (i), precursora de la PMI, Jordania creó su sistema de MNV para realizar el seguimiento de las emisiones en sectores como la energía, el transporte y la agricultura; calcular las emisiones y las reducciones de emisiones, y agregar los resultados en sus CDN. Su sistema de registro fue creado para apoyar las transacciones de proyectos elegibles en los mercados internacionales de carbono. En medio de este proceso, se decidió que el software fuese de código abierto y ofrecerlo a todo país interesado.
La tarea continúa también en Jordania. El país está formulando una estrategia a largo plazo de reducción de emisiones para lograr un crecimiento económico sostenible, a largo plazo y con bajas emisiones de carbono. En 2020, Jordania puso en marcha una estrategia nacional para el sector energético, que abarca un período de 10 años, con el propósito de mejorar su combinación energética y reducir las emisiones de carbono en un 10 % para 2030, disminuyendo su dependencia de las importaciones. En el marco de un nuevo proyecto, el Programa por Resultados sobre Inversiones Inclusivas, Transparentes y Sensibles al Clima (i) de Jordania, el sistema de MNV se amplía a 22 organismos y ministerios. El proyecto ayudará a integrar el cambio climático en la toma de decisiones y permitirá que mediante el sistema de MNV del país se calculen las reducciones de emisiones de proyectos que tengan en cuenta el clima para determinar si son elegibles para el mercado del carbono.