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El Colombiano
Por melquisedec torres – @Melquisedec70
Nada representa mejor la desigualdad mediante el dominio de las élites políticas de Colombia que el sistema pensional público.
Entre congresistas, presidentes, ministros y magistrados, han construido un esquema de pirámide financiera en la que los únicos que ganan, y muchísimo, son ellos cuando se retiran. Los demás les pagamos sus multimillonarias prebendas, como perfectos idiotas útiles.
Mediante normas constitucionales, leyes, decretos y sentencias (jurisprudencia) han logrado mantener y aumentar sus enormes privilegios pensionales; algo les recortaron en 2005 con la reforma constitucional del gobierno Uribe que las limitó a 25 salarios mínimos mensuales. Eran tan altas que la máxima cifra sigue siendo altísima, hoy $32,5 millones mensuales. Pero tal límite opera desde ese año de modo que quienes tenían más, lo conservan para su beneficio o si ya falleció, para cónyuges o hijos estudiantes.
Cuenta simple: si le pagamos a ese pensionado o a su superviviente durante 20 años tal pensión, recibirá en total unos $10 mil millones. Si hubiese estado en fondo privado, a valores presentes tendría que haber cotizado $27 millones mensuales (sin recibir intereses) por 30 años para tener derecho a ese dinero. Por supuesto jamás cotizó, ni de lejos, tal suma. Hoy, del salario mensual de un congresista, unos $48 millones, se aportan apenas $3 millones a pensión; tendrían que aportar esos $3 millones durante ¡277 años! para recibir la pensión máxima permitida hoy.
Un ejemplo de la magnitud absurda, odiosa y violenta con la que ha funcionado el sistema para la casta minoritaria del alto poder colombiano. A esa casta se opusieron dos personas que el país desconoce: Diana Margarita Ojeda y Francisco Ramírez Rivera, quienes durante 20 años manejaron, hasta 2008 Diana, el Fonprecon, fondo de pensiones y cesantías de los congresistas y sus funcionarios; allí dieron una de las batallas más silenciosas y efectivas para el bolsillo de todos los colombianos tapando los enormes huecos de las mega pensiones con fabulosas victorias. De unas 800 mega pensiones que encontraron en 2004, lograron a hoy tumbar cerca de 500 tras complejos procesos jurídicos en los que se detectaron anomalías putrefactas de corrupción, como aquellos que rebajaban hasta 8 y 10 años con libros “chimbos”.
Diana y Francisco fueron respaldados, contra un poderoso tráfico de influencias, por Uribe, Santos y Duque, quienes les dieron toda la autonomía para su titánica tarea. Pero llegó el gobierno del “cambio” y decidió que ya era suficiente, que Francisco era un funcionario indeseable para Gustavo Petro y Guillermo Jaramillo, el ministro de Salud, y lo echaron, lo declararon insubsistente sin ninguna razón oficial. La no oficial es que a este gobierno le molesta que sigan acabando esas indecentes mega pensiones, estorba un funcionario que nos ha ahorrado, él con Diana hasta 2008, decenas de billones de pesos eliminando o rebajando pensiones fraudulentas de ex congresistas que torcieron el cuello a las leyes para enriquecerse con las pensiones públicas.
Al gobierno del “cambio”, el de los “nadies”, le encanta que una casta minoritaria del poder político siga viviendo muy sabroso, o más sabroso, a costillas de nuestros impuestos.
Diana Ojeda, Francisco Ramírez, mil gracias, billones de gracias por su silencioso trabajo.