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A pesar que el gobierno de Gustavo Petro dijo que cerró el déficit en el Fondo de Estabilización de precios del Combustible, debe apretarse más el cinturón porque no será el último incremento que verá este año.
Muchos se sorprendieron porque la gasolina ya acumula dos alzas luego de que el Gobierno anunciará un incremento final de $600 en enero para cerrar así la brecha con los precios internacionales.
Muchos esperaron sentir un alivio en el bolsillo, sin embargo, el 1 de febrero la Federación Nacional de Distribuidores de Combustibles y Energéticos (Fendipetróleo) informó de un alza de $164,49 en el galón. Ese ajuste obedeció a las indexaciones de los impuestos y costos para los distribuidores minoristas.
Y este sábado el precio volvió a variar cerca de $100. La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) expuso que se debe a una mejora en la mezcla del combustible. Este incluirá un 2% más de alcohol carburante para fortalecer su calidad y dejar menos huella en el medioambiente.
Lo cierto es que un galón de corriente cuesta en promedio $15.416, un 5,8% más frente a los $14.564 que costaba en diciembre del año pasado. Eso quiere decir que ha subido $852 en solo dos meses de 2024.
¿Subirá más?
En enero el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aclaró un punto relevante en todo este asunto: al cerrar el déficit de la gasolina corriente su precio bajará o subirá de acuerdo a los valores internacionales.
Sin embargo, la realidad de esa ecuación es que alguna rebaja en el costo está muy lejos, mientras que la carestía continuará. Así lo explica José Alberto Arias, vocero nacional de Fedipetróleo, quien argumentó que la Tasa Representativa del Mercado, el precio del barril de petróleo, y los cambios en la mezcla, son solo algunas variables que determinar el precio del galón.
El dólar no es la preocupación del momento. Esa divisa esta estable en un promedio de $3.920 según datos del Banco de la República. El dolor de cabeza de los mercados y el comercio internacional apunta a Medio Oriente, donde los bombardeos y disparos ensordecedores no cesan desde hace más de cuatro meses.
El transporte marítimo está afectado porque los hutíes, un movimiento rebelde y armado respaldado por Irán, se involucró en el conflicto de la Franja de Gaza. El grupo armado bloqueó el Mar Rojo, por el que se desplazaba cerca del 15% del tráfico marino.
El objetivo del saboteó y los ataques a las embarcaciones no es otro que evitar suministros y armas a Israel. Lo cierto es que la afectación es para todos, dado que los buques están navegando por el sur de África para llegar a sus destinos y evitar problemas en el Mar Rojo, lo que supone unos 10 días más de trayecto que se traducen en mayores costos de transporte y, por ende, aumentos en el precio del barril de petróleo.
“Si se agudiza el conflicto en Gaza, entonces se afectará aún más el precio del barril de petróleo y es una de las variables en el precio de la gasolina”, dijo José Alberto Arias.
Y agregó que lo más seguro es que el galón supere la barrera de los $16.000 a finales de este año.