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ANIF
La tasa de desempleo (TD) para febrero de 2024 fue de 11,7%, lo que representó un incremento de 0,3pp respecto de febrero de 2023.
Por su parte, la tasa de desempleo desestacionalizada se ubicó en 10,7 %, 0,3pp superior a enero de 2024. Eso significa el retorno de la tendencia positiva del indicador presentada desde septiembre del año pasado.
El incremento en la TD obedece a la caída en la tasa de ocupación que no logró ser compensada por los cambios en la tasa general de participación.
Las ramas de actividad que presentaron mayor contracción en el número de ocupados fueron el comercio, las actividades profesionales y la construcción, resultado que está en línea con el desempeño del valor agregado de esas actividades al cierre de 2023.
En marzo, el DANE presentó las cifras de desempleo para febrero de 2024, la cual se ubicó en 11,7%.
Así, la TD promedio para los últimos 12 meses se mantiene en 10,1%. Si bien el resultado se acerca a los niveles pre pandemia, este tuvo un incremento de 0,3pp respecto a febrero del año pasado, dando un primer indicio de deterioro del mercado laboral.
Ese resultado responde a un incremento en la tasa general de participación (63,7% en febrero de 2023 y 63,8% en febrero de 2024) y un decrecimiento en la tasa de ocupación (56,5% en febrero de 2023 y 56,4% en febrero de 2024).
En otras palabras, en febrero ingresaron más personas al mercado laboral, situación que no logró compensarse con nuevos puestos de trabajo y que derivó en más personas en situación de desempleo.
Por su parte, las ramas de actividad económica que más contribuyeron a la reducción de ocupados fueron, las actividades profesionales (-115 mil), el comercio (-97 mil) y la construcción (-50 mil). Lo anterior es preocupante pero esperado. Dos de esas tres actividades económicas fueron las de peor desempeño en términos de crecimiento al cierre de 2023.
Eso reafirma la transmisión del bajo desempeño económico al mercado de trabajo y que además lo hace de forma rezagada. En contraste, los sectores que contrarrestaron el decrecimiento fueron la industria manufacturera (+149 mil), las actividades artísticas (+141 mil) y la administración pública (+86 mil).
Por otro lado, una cifra positiva es el aumento del empleo particular (+ 356 mil) y la disminución del trabajo por cuenta propia (-42 mil). Lo anterior indica que hay una mayor cantidad de ocupados cercanos a las dinámicas formales del empleo, dada la relación que existen entre esta y el empleo particular.
No obstante, preocupa la diferencia entre hombres y mujeres. Si bien la brecha en la tasa de desempleo se redujo 1,1pp respecto de febrero de 2023, esto se debe a la disminución en la tasa general de participación de las mujeres y un aumento en la de los hombres.
Dicho de otra forma, la reducción en la brecha se da por una menor participación de mujeres en el mercado laboral, lo que resulta en una reducción de la TD para este grupo poblacional. Finalmente, la tasa de desempleo desestacionalizada se ubicó en 10,7%, lo que la lleva a retomar la senda de crecimiento que presentaba desde septiembre de 2023 y que había tenido un alivio en enero de este año.
Lo expuesto implica que, quitando el efecto calendario, hay un deterioro claro en los niveles de empleo del país.
Como lo mencionamos, la convergencia entre la dinámica económica y el mercado laboral se hace cada vez más visible y augura un 2024 retador para la generación de empleo.
Con base en esa dinámica, en ANIF proyectamos una tasa de desempleo de 11,3% para cerrar 2024 y de 11,9% para el 2025. S
Si bien las cifras de crecimiento para el primer mes del año resultan más alentadoras de lo esperado, consideramos que la bonanza de crecimiento registrada en 2022 y la primera mitad de 2023 se diluyó y tendrá un impacto en el nivel de ocupados. No obstante, mantenemos un monitoreo constante de los demás indicadores económicos para evaluar su impacto en el mercado de trabajo