Por Ximena Martínez León
Experta en sicología sistémica, publicista y escritora.
Bogotá, septiembre de 2024. News Press Service. «Nunca pensé mis hijos murieran por una ola en el mar. Desde ese día hasta hoy, la vida cambió para siempre. Sigo elevando respuestas. Muchas no tienen respuesta».
Estas palabras son del centenar de pacientes en Colombia, Estados Unidos, América Latina y Europa que he atendido, a lo largo de mi vida profesional.
Lo que puedo decir, desde de la órbita de la sicología sistémica es que para los padres de hijos que fallecen bajo las circunstancias, anteriormente descritas, aparece lo que se llama un «duelo».
Lo que nunca se imaginan, es que la transformación es tan grande que afecta a los valores, los principios y las creencias. «El inicio del viaje del duelo, significa dolor y batalla».
Los protagonistas de estas historias, escuchan su «Yo Interior». O lo que llamo en mis palabras, «Su Voz».
El duelo es un proceso de recogimiento. De soledad. Rituales que ocurren en cualquier momento, incluso alrededor de familiares a la puerta de fallecer.
Lo que aparece es el diálogo. Son momentos únicos y preciosos. El duelo propone la mente y el corazón, a la pérdida de un ser querido.
Desde Colombia, les digo a mis pacientes y quienes se sientan identificados con estas palabras, a que trabajen la emoción desde la unificación. «Adaptar el duelo a un nuevo estadio de vida».
A veces, se necesita llorar. Llorar mucho. Guardar silencio prologando. Es un proceso para cada persona único. Hay que dejar aparezca el duelo en sus diversos estadios.
El duelo sabe cómo comunicarse con sus protagonistas. Lo que viene entonces, es una fase motivacional que se debe expresar.
Una vez aparece, es cuando aparece el proceso del duelo en toda su dimensión. Un proceso creativo. Nace desde la culpa, la rabia y enfado.
La palabra que se escucha de quienes se queda en el plano físico es: «te fuiste demasiado rápido»
La vida puede tener en este momento ningún sentido. Sin embargo, de la nada, aparece un vacío creativo.
La vida y la muerte, se debe entender en toda su dimensión. Los invito a dar importancia, a lo que es relevante, desde el amor.
Todos pasaremos en algún momento de la vida por la etapa del duelo. Tenemos que prepararnos desde la fe. Desde nuestras creencias. Desde nuestro rol en la sociedad.