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El Economista
Hay un grave problema para los precios del petróleo. El mercado afronta un sensible superávit que está arrastrando los precios y abocando al mundo a una era del petróleo más barato, a pesar de los esfuerzos de la OPEP.
Al hablar de esta situación siempre se explica cómo la debilidad inesperada de la demanda china, por encima de todas las estimaciones, ha sido la clave, sin embargo, hay una gran sorpresa que ha trastocado por completo el equilibrio energético mundial: las petroleras de EEUU.
Es bien conocido que el boom petrolero de Estados Unidos ha sido una de las bases que han presionado al mercado durante los últimos años, convirtiéndose en el mayor productor de todo el planeta con el 20% de todo el suministro.
Sin embargo, muchos veían que el impulso de la nación norteamericana tendería a ir moderándose. A comienzos de año empresas, expertos e instituciones hablaban abiertamente de que veían el techo en la Cuenca Pérmica, la joya de la corona del petróleo mundial, muy cerca y creían que podría ralentizarse la perforación.
Esto sumado a un petróleo en retirada en cuanto los precios, destrozando la rentabilidad de las empresas, daba el argumento perfecto para pensar en una ralentización de la actividad para centrarse en reorganizar su negocio y no seguir impulsando la oferta. Sin embargo, las empresas, de forma contraintuitiva para muchos, han perforado más que nunca ofreciendo los datos de producción más altos de toda la historia.
En ese sentido, al margen de la producción, el número de plataformas ha sorprendido también ante su resistencia a la caída del crudo. El número de plataformas petroleras no ha parado de crecer en los últimos meses, situándose en la semana del 13 de septiembre en las 590 (8 más que el mes anterior).
Todo esto ha llevado a que desde la Agencia Internacional de la Energía apuesten a que no solo no habrá una desaceleración, sino que aumentará de forma ostensible.
La institución elevó en su último informe las perspectivas de producción de EEUU en 20.000 barriles diarios más para 2024. Es decir, esperan que bombee cerca de 13,35 millones de barriles diarios y que aumente en 2025 hasta los 13,67.
Las estimaciones de la Administración de Información Energética son prácticamente idénticos, con una previsión de 13,3 millones de barriles diarios para este año.
Para argumentar este cambio, la AIE habla de una Cuenca Pérmica más boyante de lo esperado, con una reposición completa.
Según la misma, solo los pozos nuevos están produciendo cerca de 433.000 barriles diarios en su primer mes de actividad, mucho más de lo esperado. «La creciente productividad de los pozos sugiere que los operadores del Pérmico están implementando con éxito técnicas de perforación y terminación más avanzadas, incluidas longitudes laterales más largas, espaciamiento optimizado de los pozos y diseños de fracturamiento mejorados», concluyó la AIE.
Lo de EEUU con el petróleo es una historia de auténtico éxito. En 2011, la producción de crudo americano rondaba los 5,5 millones de barriles diarios.
En junio de 2024 esta cifra se había casi triplicado hasta los 13,3 millones de barriles diarios gracias a la revolución del fracking (fracturación hidráulica).
Ahora que el crudo está bajando de precio, se pone en duda la rentabilidad de las empresas americanas que extraen el petróleo y la sostenibilidad de este boom. Aunque las opiniones son diversas, la industria de EEUU podría soportar hasta cierto nivel una caída de los precios del ‘oro negro’.
Es más, desde la Administración de Información Energética de EEUU prevén que la producción de crudo aumente hasta los 13,7 millones de barriles diarios para 2025.
Para este año, la EIA ve la producción en unos 13,3 millones diarios de media, una cantidad similar a la que produjo en junio. EEUU está produciendo la mitad de todo el petróleo ‘nuevo’ que bombea el mundo, mientras que de cara a 2024 se espera que produzca alrededor del 40% de toda la nueva oferta global.
Aunque el petróleo extraído por pie (unidad de medida) perforado en las cuencas de esquisto de Estados Unidos disminuyó un 12% desde su pico y el número de plataformas ha caído un 22% (o 137 plataformas) desde el pico en diciembre de 2022, «la eficiencia operativa, que comenzó a implementarse de una forma notable y más visible el año pasado, han compensado con creces la disminución de la productividad y el número relativamente bajo de plataformas: entre diciembre de 2022 y junio de 2024, la producción total de líquidos de Estados Unidos aumentó en 1,7 millones de barriles diarios», aseguran los economistas de JP Morgan.
«Creemos que Estados Unidos es capaz de generar otros 385.000 barriles más por día de crecimiento en 2026»
Los analistas JP Morgan coinciden y explica que aunque las dudas sobre la capacidad de los productores estadounidenses para seguir aumentando la producción dado unos niveles de inversión y la perforación limitados, «creemos que Estados Unidos es capaz de generar otros 385.000 barriles más por día de crecimiento en 2026, después de aumentar en 820.000 barriles diarios en 2025 (y 730.000 barriles en 2024)».
No obstante, estos expertos matizan y aseguran que de toda esa cantidad, el suministro de crudo será solo una parte, mientras que el grueso vendrá de los líquidos (condensados y derivados) y del gas natural.
La historia ha cambiado mucho en EEUU. Es cierto que los productores no pueden enfrentarse a un precio del petróleo muy bajo, pero aún tienen fuerzas para resistir temporalmente la caída actual. «Los productores han reducido aún más los costes al operar en zonas que presentan unos puntos de equilibrio (el punto en el que el barril resulta rentable al precio actual) relativamente bajos.
Hasta el primer trimestre de 2024, el 90% de los pozos perforados en EEUU tenían un coste de equilibrio de medio ciclo del WTI por debajo de los 60 dólares por barril, mientras que el 86% de los pozos perforados tenían un coste de equilibrio por debajo de los 50 dólares por barril», señala el documento de JP Morgan al que ha tenido acceso elEconomista.es
Además, los productores Estados Unidos puedan flexibilizar sus ubicaciones de perforación (buscando y reabriendo las que presentan un coste de producción más bajo) para lograr un inventario (de pozos) de equilibrio más bajo durante un período de 1 a 2 años con el fin de sostener las operaciones de perforación si el precio del barril de West Texas a la previsión de 60 dólares por barril que maneja JP Morgan.
Con todo, la producción en 2026 probablemente verá ligeras disminuciones interanuales en todas las principales cuencas de petróleo de esquisto, exceptuando la Cuenca Pérmica.
«Esperamos que la Cuenca Pérmica siga presentando un crecimiento de producción en los próximos años». Pero la duda de estos analistas es si la producción de esta cuenca logrará compensar al completo la caída en el resto.
El ‘gasoducto’ que garantiza el ‘boom petrolero’
Sin embargo, no es solo una cuestión de incentivos. Ha habido un elemento que ha puesto de manifiesto que la potencia petrolera de EEUU se mantendrá en todo lo alto.
El motivo es un factor de infraestructura. Hasta ahora la enorme de producción de la Cuenca Pérmica se había encontrado con un gran dique de contención: no había suficiente capacidad de transporte para bombear al ritmo que el potencial de región requería.
Esto ha paralizado en buena medida la posibilidad de nuevos proyectos que aumenten la producción.
En ese sentido este mismo mes se ha puesto en marcha un enorme nuevo sistema de oleoductos y gasoductos que puede transportar cerca de 2.500 millones de pies cúbicos por día.
Esto se ha hecho a través de un consorcio de EnLinl, Midstream, Whitewater, Devon y MPLX.
Además, este es solo el aperitivo de una cascada de proyectos. En concreto se espera que la segunda oleada llegue con tres proyectos que se estrenarán en 2027, el gasoducto Blackcomb, el Apen y el Saguaro. En total los tres sumarán cerca de 7,300 millones de píes cúbicos diarios.
Pero volviendo al proyecto que ya se ha puesto en marcha, desde RBN Energy explican que «hasta ahora los proyectos han estado limitados en la región por la capacidad de transporte de crudo y de gas«. En ese sentido anticipa que a medida que se vaya generando más músculo en cuanto en infraestructura, la producción irá aumentando paralelamente. «La capacidad está realmente al biorde del abismo y, si hay mucha sobreproducción, se tienen que dar prácticas, como la quema a gran escala, que actualmente no son aceptables para las empresas».
Las empresas sufren
En ese sentido, la construcción de grandes estructuras supone una prueba clara para los expertos de que la actividad de las empresas de EEUU irá ‘increscendo‘ en el medio plazo. Un factor, tal y como se ha visto en los datos de producción, clave para entender el superávit petrolero que está ahogando el precio del petróleo.
Con menores riesgos y más garantía, las empresas perforarán más e inyectarán al mercado más barriles.
En cualquier caso, ese poderío está haciendo sufrir a estas petroleras, especialmente considerando que venían de una edad dorada en el crecimiento de sus beneficios, donde han podido expandir con contundencia sus respectivas portfolios y productos, al tiempo que el precio se ha mantenido alto por la guerra de Ucrania y, posteriormente, los esfuerzos de la OPEP.
En resumen, el S&P Oil and Gas exploration, que recoge a todo el sector, muestra una caída del 20% desde sus máximos de abril.
Este descenso acelerado de última hora ha hecho que lo que parecía otro año de buen desempeño se torne en pérdidas, con unas caídas en 2024 del 4,8%. El gigante Chevron ya se deja cerca de un 4% en el año tras el desplome final. ConocoPhillips ha vivido una situación similar con una caída en lo que va de año del 7,9%.
Occidental Petroleum es otra de las que más ha sufrido con caídas del 13%. Por su parte, Exxon Mobil. De las tres grandes, solo Exxon se salva con una potente revalorización del 11% gracias al crecimiento de su negocio con diferentes descubrimientos.
En cualquier caso, los analistas ya están esperando que ese dolor se manifieste en sus cuentas. Morgan Stanley estimaba que los beneficios caerán entre un 9% y un 14% para el sector a nivel mundial debido a no solo a los precios de la materia prima, sino a la menor inflación y el entorno de tipos.
En cualquier caso, desde US Bank inciden en que incluso con las caídas, esperan que se produzcan unos márgenes sólidos de beneficios».