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Un grupo de investigadores chinos ha logrado vulnerar una clave criptográfica con un ordenador cuántico de uso comercial. Aunque Bitcoin aún se mantiene a salvo, el estudio revela que el ecosistema de las criptomonedas está más cerca que nunca de una amenaza real impulsada por el avance cuántico.
La seguridad de las criptomonedas siempre se ha sostenido sobre algoritmos de cifrado complejos que, en teoría, tomarían millones de años en ser descifrados. Sin embargo, un reciente experimento llevado a cabo en China podría cambiar esta realidad.
El uso de computación cuántica para vulnerar claves de protección revela un escenario preocupante: ¿cuánto falta para que incluso Bitcoin sea alcanzado?

El hallazgo fue liderado por Wang Chao, profesor en la Universidad de Shanghái, y publicado en la revista Chinese Journal of Computers. Su equipo logró descifrar una clave RSA de 90 bits, tecnología aún presente en varios sistemas de seguridad digital.
Lo sorprendente no fue solo el resultado, sino el método: utilizaron un ordenador cuántico accesible llamado D-Wave Advantage, equipado con 5.760 qubits.
Este ordenador logró lo que uno convencional jamás podría en tiempos razonables: factorizar grandes números, la base del cifrado RSA, con ayuda de un procedimiento llamado temple cuántico.

¿El inicio del fin para la seguridad cripto?
Aunque Bitcoin no usa RSA, sino el sistema ECDSA —basado en curvas elípticas—, el experimento chino abre una ventana inquietante. Si una clave RSA ya puede ser vulnerada con tecnología cuántica básica, es solo cuestión de tiempo para que otras formas de cifrado estén en riesgo.
El D-Wave Advantage no es un dispositivo experimental ultrasecreto, sino una plataforma accesible para ciertas instituciones. Su efectividad plantea preguntas serias sobre la seguridad de carteras de criptomonedas, cuentas bancarias e incluso redes de datos cifradas actualmente protegidas con sistemas similares.
Por ahora, el algoritmo de Bitcoin permanece fuera de peligro. Pero el ritmo al que avanza la computación cuántica hace que los días de inmunidad digital estén contados.
La advertencia no es solo para los inversores cripto, sino para toda la infraestructura basada en criptografía convencional: ningún sistema es impenetrable ante el poder emergente de los qubits.
En otras palabras, lo que ha demostrado China no es que Bitcoin esté roto… sino que el tiempo para reforzar su seguridad ha comenzado a agotarse.