
Entre enero y julio de 2025 la producción de petroleó cayó 4,3% anual, con su nivel más bajo registrado en abril (–9,6%).
Los conflictos geopolíticos y la decisión de la OPEP+ de aumentar la producción presionaron los precios del crudo a la baja (60–70 USD/barril), reduciendo la competitividad de las exportaciones colombianas.
Entre noviembre de 2022 y julio de 2025, la actividad de taladros usados en la exploración disminuyó 27,7%, y la inversión exploratoria proyectada para 2025 (USD 740 millones) se sitúa en su nivel más bajo de los últimos cuatro años.
El valor agregado de la actividad de minas y canteras se contrajo 7,6% en lo corrido de 2025, explicado principalmente por la caída de la extracción de petrolero (–5,3%), que representa cerca del 60% de la actividad.
El sector petrolero colombiano atraviesa uno de sus períodos más desafiantes, enfrentando factores internos y externos que han deteriorado la producción y rentabilidad.

Bogotá, septiembre de 2025. News Press Service. Las tensiones geopolíticas, las decisiones de la OPEP+ y problemas operativos internos han configurado un panorama complejo para la industria nacional.
Para iniciar, el entorno geopolítico de 2025, marcado por los conflictos persistentes entre Hamas-Israel y Rusia-Ucrania, junto con las políticas de la administración Trump, han generado volatilidad en los mercados energéticos globales.
Los precios del crudo se han mantenido en un rango de $60-70 USD por barril, nivel que, aunque estable, representa un desafío para la viabilidad de nuevos proyectos exploratorios en Colombia y la sostenibilidad d actuales de producción.
La decisión de la OPEP+1 de incrementar en 411.000 barriles diarios su producción desde mayo presionó aún más los precios, afectando las exportaciones de Colombia, donde el petróleo representó el 30,3% de las ventas externas en 20242.
En lo corrido de 2025, el valor de las exportaciones de petróleo y derivados cayó 15,4%, mientras el volumen disminuyó 2,5%.

Lo anterior se refleja en los datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos que evidencian la caída de la producción.
Entre enero y julio de 2025, el promedio fue de 746.826 barriles diarios, 4,3% menos frente al año anterior.
Abril registró la menor producción en el año con 714.229 barriles por día, 9,6% por debajo del mismo mes de 2024, siendo a su vez, el nivel más bajo visto desde junio 2021 (694.200 barriles).
Particularmente para abril, dicho comportamiento fue consecuencia de los atentados al Oleoducto Bicentenario que afectaron campos estratégicos como Caño Limón en Arauca, mientras en Meta los bloqueos comunitarios impactaron la producción en Rubiales y Caño Sur Este.

Esta tendencia negativa se materializa en el valor agregado de la actividad de minas y canteras, que en lo corrido de 2025 disminuyó 7,6%. Aunque la extracción de carbón, que representa el 20% del sector cayó 10,7%, es la extracción de petróleo que concentra el 60% de la actividad de minas quien explica principalmente este comportamiento.
El subsector de petrolero cayó 5,3% en lo corrido de 2025, aportando -3,5 puntos porcentuales aproximadamente a la caída total del sector. En línea con lo anterior, la dinámica de inversión confirma este panorama, pues la actividad de taladros, considerado un termómetro del sector, muestra un retroceso importante.
Según Campetrol, para julio de 2025 la actividad había disminuido 27,7% frente a noviembre de 2022, cuando alcanzó su punto más alto con 155 equipos activos, lo que equivale a 42 equipos menos.

La mayor reducción se dio en los equipos destinados a perforación, que pasaron de 60 a 31, lo que refleja una menor capacidad de reponer reservas y muestra cómo los desincentivos de nuevos contratos de exploración y explotación por parte del ejecutivo afectan las decisiones de inversión.
Los efectos de esta situación también se reflejan en las proyecciones financieras del sector. La Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) proyecta que la inversión en exploración en 2025 totalizará USD 740 millones, 18% inferior a la registrada en 2024 (USD 900 millones), siendo la inversión más baja de los últimos cuatro años.
A la caída en la inversión se suman la minería ilegal, los bloqueos recurrentes y los atentados terroristas, que han consolidado un entorno adverso para la operación del sector.
A nivel macroeconómico, la contracción del sector se traduce directamente en la reducción de los ingresos fiscales, deterioro de la balanza de pagos y presión sobre el peso colombiano frente al dólar.
Durante el primer trimestre de 2025, las regalías por hidrocarburos disminuyeron 5,3% frente al mismo periodo del año anterior, reflejando el impacto fiscal inmediato de la crisis productiva.
En síntesis, esa serie de situaciones pone al país en una encrucijada, pues mientras busca acelerar su transición energética, se queda sin recursos para financiarla.
La realidad actual exige medidas urgentes para estabilizar un sector que sigue siendo fundamental para las finanzas públicas y la estabilidad macroeconómica.
ANIF