
News Press Service
El escritor ruso, León Tolstói, nos invita a centrarnos en lo que podemos mejorar dentro de nosotros mismos. Porque solo por medio del ejemplo podemos construir un mundo mejor.
Un vistazo rápido a las noticias revela todos los defectos de nuestra sociedad. Somos consumistas, individualistas, el odio campa a sus anchas y nos estamos cargando el planeta. No hay quien no se eche las manos a la cabeza al menos una vez por semana pensando: “¿a dónde vamos a parar?”.
Más allá de si esta visión catastrofista es cierta o no —filósofos como Marina Garcés afirman que quizá sea solo una percepción histórica—, hay una cosa muy clara: no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiarnos a nosotros mismos. Nos lo dijeron los estoicos como Marco Aurelio, nos lo dijo Tolstói, y es una realidad que urge recordar en tiempos de crisis.
Dicen que de las peores crisis conseguimos las mejores ideas, y sin duda fue el caso de Tolstói. El escritor llegó a su culmen tras publicar Guerra y paz. Había conseguido cuanto había deseado: éxito profesional y material, reconocimiento por su obra, su familia bien posicionada en la sociedad. Y, sin embargo, se sentía inmensamente vacío. Una pregunta lo acosaba, nos cuenta Agnes Callard en su libro Sócrates al descubierto: ¿por qué?

¿Por qué él y no otros? ¿Por qué existía? ¿Para qué debía seguir existiendo? ¿Qué venía a continuación? ¿Y por qué había una sensación de vacío tras la consumación de todos sus deseos?
La crisis de Tolstoi lo llevó al borde del suicidio. Pero finalmente, encontró una verdad personal que le permitió salir adelante: estamos en este mundo para mejorarnos a nosotros mismos.
La cita que nos atañe, ampliamente atribuida al pensador, resume a la perfección su conclusión: “Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.
Un pensamiento muy estoico
La conclusión a la que llega Tolstói es similar a la que llegaron antes que él otros grandes sufridores: los estoicos. Zenón de Citio tras su naufragio, Marco Aurelio al frente de una guerra interminable y Epicteto como esclavo liberado, alcanzaron la misma conclusión: no sirve de nada concentrarte en aquello que no puedes controlar.
A todos nos gustaría que el mundo fuera mejor, que las cosas funcionasen de otra manera, que el cielo fuera más azul. Pero lo cierto es que eso no está bajo nuestro control. Lo que sí podemos controlar es nuestro propio comportamiento, es ese nuestro único campo de acción disponible.
Tolstói va un paso más allá con su pensamiento para recordarnos que, de hecho, no solo es lo único que podemos hacer, sino que además es lo más útil. Y lo es, porque podemos inspirar con el ejemplo.
Inspirar con el ejemplo
Hay un famoso refrán que dice: “haz lo que yo digo, y no lo que yo hago”. Pero por más que lo repitamos, no conseguiremos que haga mella. Los seres humanos, desde que nacemos hasta que morimos, aprendemos por el ejemplo.
“Las palabras se las lleva el viento”, dice otro famoso refrán. Y es cierto. Por más que oigamos a alguien predicar sobre la bondad, solo cuando le vemos ser realmente bueno conectamos con su mensaje. Solo al ver que nuestros padres se esfuerzan, aprendemos a esforzarnos. Solo cuando un amigo se sacrifica, aprendemos a sacrificarnos.
El ejemplo inspira y cambia para siempre a quienes les rodean. Además, nos diría Rafael Narbona, la felicidad debe ser ética. Solo cuando actuamos bajo la virtud, cuando hacemos lo mejor que podemos con nuestras herramientas, nos ganamos el derecho a ser felices.
Cómo ser mejor persona gracias a TolstÓi
Si el mensaje de Tolstói te ha inspirado, es hora de pasar a la acción. Y para ello, el pensador nos dejó grandes lecciones. Para él, el proceso de automejora se centraba en tres ejes: la introspección, la superación de las propias pasiones y el cultivo de la verdad personal.
Inspirándonos en estas ideas, hemos preparado estos cinco consejos para trabajar en tu automejora y así, cambiar el mundo:
Cultiva la humildad. Tolstói recomendaba evitar la arrogancia y el orgullo, insistiendo en que el verdadero valor está en reconocer nuestras imperfecciones y aprender de ellas para mejorar cada día.
Practica la empatía y ayuda a los demás. Ponerse en el lugar del otro y ayudar con generosidad, sin esperar nada a cambio, era uno de los pilares de su ética. Para Tolstói, servir de corazón a quienes nos rodean, ennoblece el alma y contribuye al bienestar colectivo.
Prioriza la sencillez en tu vida. Tolstói vivió austeramente y defendió la importancia de no atarse a lujos ni necesidades materiales. Liberarse del deseo nos conduce a la libertad interior, y nos permite disfrutar de lo esencial, alejándonos del consumismo y el exceso.
Sé coherente con tus valores. El autor ruso aconsejaba vivir en consonancia con los propios ideales, aunque resulta difícil o desafiante. Ser fiel a tus convicciones y actuar con autenticidad es clave para vivir con paz interior.
Valora el presente. Tolstói sugería que nos centráramos en el aquí y el ahora, apreciando cada momento y esforzándonos, aunque el objetivo parezca lejano o insignificante. El esfuerzo fortalece el carácter, por lo que nunca es en vano. Nos acerca a la automejora, a la vida plena.
CUERPOMENTE
