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Por ENRIQUE RAMÍREZ YÁÑEZ
“Benditas seas, democracia, aunque así nos mates”. La frase es del maestro Guillermo Valencia, el más grande poeta colombiano, ante el cadáver del general Rafael Uribe Uribe, asesinado en las gradas del Capitolio Nacional, en 1914.
Lo mismo pienso hoy, tratando de entender y de asimilar los absurdos resultados electorales de ayer. Estoy acongojado, estoy triste por el futuro de mi país. Pero cada nación tiene el destino que se merece, y como escribió don José Ortega y Gasset, el gran pensador español, “Dios enloquece primero a quienes quiere perder”.
Lo primero, es inevitable hacer un juicio de responsabilidades. Aunque la historia, claro, se encargará de hacerlo, yo señalo tres grandes culpables de esta catástrofe nacional: El presidente Duque, el expresidente Uribe y el candidato Fico. Explico: Duque, porque logró, con su arrogancia, miopía política y un pésimo manejo de los asuntos nacionales, acabar con el uribismo, que hace cuatro años lo llevó, impulsado por una avalancha de votos, a la presidencia. Duque fue un inmenso bacalao que Fico se echó encima torpemente, y cuya consecuencia, lo vimos ayer, fue el hundimiento de su candidatura. Era imposible que Fico ganara, estando sindicado de ser el candidato del gobierno y del continuismo.
El presidente Uribe, por su torpeza a la hora de escoger candidatos, increíble en un hombre que en otros aspectos ha demostrado una brillante agudeza y un talento político innegables. Uribe se equivocó, primero, al atajar a Noemí Sanín, sin razón alguna, para imponer a Santos, que lo traicionó y traicionó a quienes lo eligieron desde el mismo día de su posesión. Nos repitió la dosis al imponer a Duque, un anónimo burócrata internacional que gobernó solo con sus amigos personales, algunos santistas, y unos cuantos uribistas, traicionó los principios sostenidos por la Derecha que lo eligió, y permitió, por su falta de carácter y de compromiso, que un paro injusto dañara la economía y sumiera al país en la anarquía y la falta de autoridad. Y, finalmente, aunque sabemos que los uribistas purasangre detestan a Duque, Uribe no tuvo la grandeza de reconocer que se había equivocado y lo siguió apoyando, al menos públicamente.
Uribe se equivocó al escoger a Fico, que no es un hombre de Derecha, que trató de recoger frutos en las huertas ajenas, coqueteando con la Izquierda, incorporando a su campaña personajes nefastos como Carlos Negret, el exdefensor del pueblo que escribió, en pleno paro, un “informe” contratado por Claudia López, en el que trató a los policías de asesinos, al reclutar reconocidos santistas como el exministro Henao y Aurelio Irragorri entre su poco brillante y desconocido equipo de asesores, al no entender que era el candidato de la Derecha y tratar de conquistar un “centro” que no existe, al rechazar el apoyo de los partidos que quisieron acompañarlo, al menospreciar la necesidad de tener una infraestructura de campaña sólida….Por todo esto el tercer gran responsable de la derrota es el mismo Fico.
Por todo ello ahora, como escribí en una nota anterior, los colombianos quedamos forzados a escoger entre el cáncer y el sida, entre dos populistas, uno de extrema Izquierda que amenaza la Democracia y ha mostrado en varias oportunidades su talante de dictador, y el otro, un populista indefinido que nadie sabe qué orientación tiene…
Votaré por Rodolfo. Prefiero un populista que haga pendejadas inofensivas, como prohibir el tinto en las oficinas públicas o transportarse en Transmilenio y no en camionetas blindadas, y no a uno que destrozaría la economía y la Democracia….