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El Colombiano
Rodeado de todo su gabinete ministerial, el presidente Gustavo Petro sancionó entre un comité de aplausos –en la hacienda Hato Grande– la prórroga de la Ley 418, que define el marco jurídico para ejecutar su “paz total”. Más allá de tratarse de una simple estampada de su firma, el mandatario hizo de este anuncio una puesta en escena considerando que logró un hito para su Gobierno al darle vida a la primera norma que saca adelante ejerciendo funciones de Jefe de Estado.
Con este evento, realizado el 4 de noviembre pasado y bautizado como “Asamblea General de Gobierno”, Petro celebró el cumplimiento de la misión que le puso a su equipo de gobierno y a la bancada oficialista en el Congreso: tener en sus manos la primera ley aprobada antes de cumplirse de sus 100 primeros días del primer gobierno de izquierda en la historia reciente de la República de Colombia.
El Mandatario recurrió a toda esta parafernalia como una expresión de celebración ante la carrera de obstáculos que le ha representado el trámite en el Congreso de las ambiciosas reformas que propuso en campaña, como ya lo evidenció con la tributaria, que ya se concilió, pues a pesar de que cuenta con las mayorías, ha tenido que ceder a las peticiones y reclamos de los partidos aliados.
Y es que en este primer centenar de días el Jefe de Estado tuvo que lidiar con varias ‘papas calientes’.
Uno de los más controvertidos fue el ‘mico’ que iba incluido dentro de la Ley 418 para amnistías a los manifestantes detenidos en el marco del ‘Paro Nacional’ que inició en abril de 2021. Fue tanta la controversia que el artículo tuvo que ser eliminado. Además, el presidente del Partido Liberal, César Gaviria, amenazó con votar negativamente la tributaria si no se cedía ante una serie de líneas rojas que le puso al proyecto.
Petro genera optimismo moderado, pero sus propuestas aún no calan
EL COLOMBIANO se dio a la tarea de recoger lo más significativo de la gestión del Presidente en sus primeros 100 días en el poder, que se cumplirán este martes, los cuales han estado marcados por una serie de hechos que contrastan, pues en ese lapso de ese tiempo ha mostrado progreso en algunos temas que puso entre sus prioridades, pero hay asuntos que todavía siguen estancados.
En materia de avances, por ejemplo, sobresalen temas como la retoma de diálogos de paz con el ELN, el restablecimiento de las relaciones comerciales con la reapertura de la frontera con Venezuela, y el acuerdo con el gremio ganadero para la compra de tierras. Pero –en contraste– siguen generado ruido asuntos como la economía (marcada por un dólar que fluctúa alrededor de los $5.000 ), la incertidumbre en el sector de hidrocarburos, su pelea con los empresarios, así como la utilización de figuras como el “enemigo interno” ante la imposibilidad de poner en marcha sus promesas de campaña rápidamente.
Además, en estos 100 días ha tenido a su lado como coequiperas a dos figuras femeninas que han tratado de sobresalir con sus agendas propias. La primera dama, Verónica Alcocer, ha dejado en evidencia que quiere mostrar su talante político y por ello se le ha visto incluso en los pasillos y debates del Congreso como escudera del Gobierno. Eso sí, no se escapó de las polémicas debido a sus viajes al Reino Unido, Japón y Noruega, a eventos diplomáticos.
Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez emprendió una serie actividades dentro y fuera del país para promover políticas públicas del Gobierno Petro en materia de paz, ambiente y en defensa de la población indígena, negra, afrocolombiana, raizal y palenquera. A pesar de que se llegó a hablar de una ruptura con Petro, este panorama se fue aclarando y sus reclamos se apaciguaron al confirmarse el trámite para la creación del Ministerio de la Igualdad, que quedará en sus manos.
100 días de contrastes
En el detrás de cámaras del rimbombante anuncio de la primera ley sancionada hay asuntos en los que el Gobierno Petro todavía está en deuda con el país. En particular, el tema que más ha suscitado debates y controversias es el económico, pues en estos más de tres meses el precio del dólar se disparó rompiendo sus topes históricos y la barrera de los $5.000, sumado a la incertidumbre que se ha generado frente a la explotación y exploración de petróleo, la principal fuente de divisas por exportación de Colombia.
Y es que si bien el precio del dólar depende en gran medida de factores externos, expertos han señalado que podrían influir los insistentes –y a su vez contradictorios– anuncios sobre la detención de la exploración petrolera y gasífera, así como el interés por la rápida desescalada de actividades mineras y extractivas. Al respecto, Petro ha insistido en que pesan más los factores externos y ha responsabilizado a Estados Unidos.
En contraste, el Jefe de Estado ha dejado claro en sus casi 100 días en el poder que tiene una apuesta decidida por avanzar en la búsqueda de la paz. En ese sentido, logró aprobar en el Congreso el marco jurídico para su plan de “paz total”, y confirmó que está por retomarse la mesa de diálogo con el ELN.
Sin embargo, estas iniciativas no han estado exentas de críticas, ya que se le abrieron las puertas al cabecilla narcodisidente alias Iván Márquez, quien volverá a tener la posibilidad de negociar a pesar de haber abandonado el Acuerdo de Paz de 2016. “Es un mal mensaje para el país y peligroso mensaje para futuras negociaciones”, apuntó el senador Humberto de la Calle.
A esto se le suma el rápido restablecimiento de las relaciones con Venezuela a finales de septiembre, una acción con amplias expectativas en materia de comercio y reactivación de las zonas fronterizas tras 7 años de cierre, pero que a la fecha no ha garantizado el cierre de los cruces ilegales, más conocidos como trochas. “Al cabo de un mes por allí sólo han pasado 2,5 millones de dólares en productos para aquí y para allá. ¿Y el resto de los productos por dónde están pasando?”, cuestionó Petro.
Esta normalización de las relaciones bilaterales con Venezuela también ha permitido una lectura en materia diplomática, pues el mandatario asumió los eventuales costos políticos al reunirse con Nicolás Maduro –con quien se reunió en Caracas y en Egipto–, y fue clave para la reactivación de la mesa de diálogos entre el chavismo y la oposición venezolana. Además, le ha mostrado los dientes al gobierno de Estados Unidos al tildar la política antidrogas como un “fracaso”, buscando así que se replantee en los próximos años.
También se destaca el acuerdo firmado con la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), con la que el Gobierno pactó la futura compra y titulación de 68.000 hectáreas de tierra en 19 departamentos de Colombia, para entregarles tierras a las asociaciones campesinas. “Es un pacto que a mí me parece histórico porque, ni más ni menos, podría permitir hacer la reforma agraria en Colombia”, expuso el mandatario.
Entre tanto, aunque se destacan avances en materia de educación –aumentando su presupuesto de $49 billones en 2022 a $54,8 billones en 2023 y asegurando $8.000 millones para condonación de créditos de Icetex–, en otra materia como la salud sigue en deuda con la llegada de las vacunas contra la viruela del mono, así como la falta de claridad sobre lo que será el grueso de la reforma a la salud que presentará el próximo año.
¿Opiniones de alto calibre?
A pesar de que ya dejó su curul de oposición en el Senado y ahora su labor es gobernar para todo el país, el presidente ha mantenido la estrategia de subir el calibre de sus palabras en pronunciamientos públicos. Entre lo más cuestionado ha sobresalido su comparación del petróleo con la cocaína, así como su predicción del fin de la humanidad si el país sigue extrayendo carbón, y el hecho de haber asegurado que Colombia tiene el peor sistema de salud del mundo, aunque haya estudios internacionales que digan lo contrario.
A estas controversiales opiniones se le sumó la crisis de las comunicaciones en Palacio, pues ante los desaciertos y contradicciones en las afirmaciones de varios de sus jefes de cartera, antes de cumplir los 100 días en el poder el Jefe de Estado se vio obligado a delegarle la vocería al ministro del Interior, Alfonso Prada, quien será el único que se pronunciará frente a los temas más trascendentales que se ejecuten en la Casa de Nariño.
En este periodo ha tenido una percepción mayormente positiva en mediciones sobre la aprobación ciudadana. Por ejemplo, Invamer reveló una encuesta donde registró 49,7% de aprobación y 42,7 de desaprobación, mientras que la del Centro Nacional de Consultoría mostró una imagen positiva del Presidente del 61% y negativa del 23%
Este panorama será resumido el martes, pues para el cumplimiento de estos 100 primeros días de gobierno el presidente seguirá con su tradicional puesta en escena, ya que tiene previsto un evento de “celebración” que se realizaría ante 1.500 personas en el Teatro Colón, de Bogotá, como una especie de acto para el corte de cuentas, que estará acompañado por marchas de sus simpatizantes en las calles de ciudades capitales.
Una economía que inquieta
El principal dolor de cabeza para Petro en los primeros 100 días de su gobierno ha sido la economía, pues recibió una inflación por encima del 10% anual, y un nivel de deuda superior al 50% del PIB. El mandatario asumió el poder con el reto de estabilizar las finanzas del Estado, pero gran parte de su apuesta ha estado en aumentar el gasto especialmente para elevar el gasto social en materia de subsidios y comprarle tierras al gremio ganadero.
Para tratar de equilibrar la chequera del Estado logró que se aprobara la reforma tributaria que subirá impuestos a los más ricos y a alimentos de consumo diario. A pesar de haber pasado con éxito esta reforma por el Congreso, se vio obligado a ceder en aspiraciones como la de cobrarles impuestos a las pensiones más altas y tuvo que bajar de 50 a $20 billones la meta de recaudo.
Uno de los asuntos que más ha generado preocupación ha sido la disparada del dólar, que superó los $5.000. En materia económica ha surgido incertidumbre por la insistencia de Petro y su equipo de Gobierno en la posibilidad de acabar con los contratos de exploración de hidrocarburos, pues las exportaciones de hidrocarburos generaron recursos por 19.700 millones de dólares solo en 2021. Desde el Gobierno se asegura que con la aprobación de la reforma tributaria, que se concretó este mes, la economía se estabilizaría. Dio un giro en la diplomacia
Desde el atril central de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Petro destapó a finales de septiembre su apuesta en materia de relaciones internacionales, que enfocó en la lucha contra el cambio climático y la articulación de las naciones latinoamericanas. A esto se le suma el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, asunto en el que ha tenido que hilar delgado porque ha enfocado su diálogo con Nicolás Maduro en el interés de que ese país convoque a elecciones. Está en deuda en nombramientos, pues aunque prometió que la mayoría de embajadas serían de carrera diplomática, han primado los nombramientos de carácter político para aliados suyos como Armando Benedetti (en Venezuela) y León Fredy Muñoz (en Nicaragua).
Apuesta decidida por la paz
Mientras las Naciones Unidas advertían que Colombia alcanzó una cifra de 204.000 hectáreas de coca sembradas en su territorio, el presidente Gustavo Petro remaba contra la marea para tratar de darle un giro a la lucha antidrogas, partiendo del abordaje del problema desde la base (con los cultivadores) y pidiéndole cambios a Estados Unidos en su enfoque frente al narcotráfico.
En estos 100 días el Jefe de Estado le ha solicitado al gobierno de Joe Biden que se replantee el acuerdo de extradición de narcos, para tener margen de maniobra en la negociación con estos delincuentes. En materia de paz logró la retoma de la mesa de diálogo con el ELN, pero sus opositores le han reprochado que permitió que el disidente alias Iván Márquez pueda entrar en su proyecto de paz total.
Todavía está en deuda en materia de protección de líderes sociales, que fue uno de sus principales reclamos antes de llegar al poder, y cuya cifra alcanzó los 35 homicidios en sus primeros tres meses en el poder. También hay interrogantes abiertos en materia de seguridad ciudadana, pues se ha registrado una seguidilla de crímenes en Bogotá y su reto hacia adelante estará en el aterrizaje de su política de “seguridad humana” para salvar vidas. Además, después de hacer un barrido de generales en las Fuerzas Militares y la Policía, tiene en mente reformas institucionales en búsqueda de fortalecer la formación de los uniformados, por ejemplo, en materia de derechos humanos.
Consolidó una aplanadora en el Congreso
A partir del 20 de julio, en la posesión del nuevo Congreso, Petro alcanzó uno de los acuerdos más claves para poder tramitar y aprobar las ambiciosas reformas que prometió en campaña. Ese día se confirmó su alianza en el Congreso con partidos políticos tradicionales. Esta alianza no fue gratuita, ya que, por ejemplo, tuvo que entregar los ministerios de Justicia y Vivienda a los liberales, el de Transporte a los conservadores y el de las TIC al Partido de la U.
Antes de llegar al poder se reunió con sus principales opositores: Álvaro Uribe, Germán Vargas Lleras e incluso su exrival en la contienda, Rodolfo Hernández. Estas alianzas le permitieron tener de su lado al menos a 79 de los 108 senadores y a 140 de los 188 representantes a la Cámara, que aprobaron el marco legal de la ‘paz total’, la reforma tributaria, así como la ratificación del Acuerdo de Escazú.
Desprestigió el sistema de salud del país
El ruido que ha generado el Gobierno en torno al sistema de salud colombiano obligó a la ministra Carolina Corcho a acudir a un debate de control político en la Cámara el pasado 3 de noviembre. Corcho trató de calmar los ánimos al asegurar que la reforma a la salud que se tramitará en 2023 no tocará la medicina prepagada y los planes complementarios, pero dejó abierta la puerta a la posibilidad de intervenir las EPS y no dejó claro cuándo llegarán las vacunas contra la viruela del mono, que siguen en deuda.
Este debate ha estado cargado de controversias por afirmaciones como la del Jefe de Estado, que planteó que el sistema local es el “peor del mundo”, a pesar de que The Economist lo ubicó entre el top 10 mundial de los más inclusivos. El gobierno espera aclarar este panorama al presentar la reforma a la salud en marzo de 2023.