Por Gerney Ríos González.
Director Corporación Transparencia Jurídica Internacional
Bogotá. News Press Service. El Procurador General de la Nación es el guardián de la Moral Pública, el defensor de los derechos humanos y ciudadanos, le corresponde la vigilancia de la conducta oficial de quienes desempeñan funciones del Estado y el máximo juez disciplinario de todos los servidores públicos.
No es de poca monta entonces la responsabilidad del Consejo de Estado que, escuchó en Sala plena y en audiencia virtual el pasado martes 4 de agosto, a sus diez candidatos Preseleccionados, con miras a integrar la terna para la elección del Procurador General.
Ante todo porque es ya una costumbre dentro de la dinámica política del equilibrio de poderes, que el Senado elija para el Ministerio Público, al candidato ternado por el máximo tribunal Contencioso Administrativo. Los otros dos son postulados por la Corte Suprema de Justicia y el Presidente de la República.
Claramente, la audiencia, transmitida por el Canal institucional y canales oficiales, resultaba una feliz oportunidad para que el país conociera las propuestas y programas de los candidatos.
Pero ante todo su personalidad y su carácter. El perfil de quién debe asumir por cuatro años, en este crítico periodo del país, la defensa de los derechos ciudadanos, y la lucha contra la corrupción rampante.
Al finalizar la audiencia con una gama de candidatos, en su mayoría de robusta hoja de vida y limpia trayectoria pública, académica y jurídica, se proyecta un candidato excepcional: Gregorio Eljach Pacheco.
Se trata de un abogado Payanes con varias especializaciones, experimentado funcionario público y respetado académico, con el beneplácito de la comunidad internacional. Pero ante todo un hombre de carácter, de determinaciones firmes y recto criterio.
Eljach propone una Procuraduría con rostro humano, defender el hábitat, el entorno, el sustrato dónde reside el ciudadano. Promete intervenir decididamente en la protección ambiental, hacer uso de la tecnología para prevenir la corrupción, potenciar la conciliación para la resolución de conflictos, agilizar la justicia y buscar soluciones de tipo legislativo en el orden Constitucional, con el apoyo de las Cortes.
Gregorio Eljach fue el que más se acercó a proponer todos los temas que urgen implementarse en la Procuraduría. Es ético, providente y visionario.
Es hombre de palabra y obra. Ha cumplido a cabalidad cada misión que se le ha encomendado. En la Academia, en el Senado como su Secretario General. En la dirección del Centro de Altos Estudios legislativos CAEL, el proyecto que más le encariña. Con sus documentos deja huella, verbigracia, el texto de consulta, La Pérdida de Investidura de Congresistas, un análisis en vigencia de la Ley 1881 de 2018, con prólogo del profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia, Augusto Hernández Becerra, Ex consejero de Estado.
En resumen, Gregorio Eljach, parece destinado a ser el nuevo Procurador General de la República. Porque genera credibilidad, quiere y puede. Tiene la maleta para ese viaje. Y los votos en el Senado para ser elegido.