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Medios Aliados
Fernando Pabesso
A pesar de que fueron legendarios y legítimos propietarios de praderas y tierras sin fin, se convirtieron en dueños de su desolación y menosprecio, pero no les han podido borrar la memoria a los pueblos nativos de Norteamérica ni han sucumbido frente al inminente avance de la civilización. Se recuerdan nombres de valientes líderes apaches, que es el nombre cultural con el que se conoce a un grupo de naciones indígenas de Estados Unidos, como Nube Roja, Caballo Loco, Trueno que retumba en las montañas, Viento Veloz y muchos otros, todos con una historia de resistencia y heroísmo que apenas conocemos.
En esa ofensiva de exterminio contra los indígenas norteamericanos, se unieron en varias ocasiones los gobiernos de ese país y el de México, que los atacó en la frontera norte. En una de esas masacres, surgió un gran líder indígena llamado Gerónimo, quien junto a otro famoso jefe apache llamado Cochise, se lanzó a la lucha y durante años enfrentaron la política de exterminio de ambos gobiernos. Los dos jefes rebeldes y 4.000 bravos guerreros apaches, iniciaron los ataques a sus enemigos, pero después de muchos años de resistencia heroica y cultural (1829-1909), se vieron obligados a rendirse al ejército norteamericano.
A finales del siglo XX estas naciones indias fueron obligadas a vivir en una reserva en medio del desierto, desterrados a una zona estéril y desértica llamada reserva de Arizona, luego a Florida y Alabama, donde fueron sometidos a trabajos forzados. Los líderes recorrieron los pueblos arengando a su gente para que se unieran a la lucha y luego dirigieron las operaciones de guerrillas y obtuvieron para su tribu un territorio en Oklahoma. El gobierno de los “hombres blancos” arremetió con un tercio del ejército nacional, unos 3.000 soldados, para reprimir la insurrección de los pueblos indígenas rebeldes, donde la mayoría falleció a causa de las precarias condiciones de salubridad.
La larga historia de lucha de los pueblos rebeldes indígenas, ha querido ser silenciada por los gobernantes. Su destino ha mermado la población y hoy solo quedan unos cinco millones de indígenas en unos 500 pueblos distintos y reservas situadas en Arizona, Nuevo México y Oklahoma y, otros grupos minoritarios viven en la frontera norte de los estados mexicanos de Chihuahua, Sonora, Coahuila y grandes llanuras de México y Estados Unidos, que tienen unas 400 lenguas, habladas por menos del 10% de sus pobladores, es decir, unos 400.000 indígenas, porque a la mayoría les han impuesto el idioma inglés. Solo en 1925, los legendarios pobladores de aquellos inmensos territorios, fueron reconocidos como ciudadanos norteamericanos, pues antes eran considerados extranjeros invasores en lo que fueron durante miles de años sus antiguas tierras. Los recordamos porque “ellos y todos los pueblos del mundo, tienen derecho a un lugar bajo el sol y a un espacio sobre la tierra”. (Ricardo Vera Pabón)