
Las proyecciones de población son clave para anticipar y planificar la demanda futura de servicios esenciales como educación, salud, vivienda, transporte y pensiones, y para evaluar la sostenibilidad fiscal.
El DANE actualizó recientemente las proyecciones de población y se evidencia un cambio importante en el crecimiento poblacional. Previamente se estimaba una caída en la población de 0,4% anual en 2070, con la revisión la contracción es ahora más marcada y alcanza 0,75%, es decir, una diferencia de 0,34 puntos porcentuales en la tasa proyectada.
Estas nuevas proyecciones demográficas evidencian que la población colombiana se está envejeciendo rápidamente, lo que modifica la relación entre población activa y dependiente, incrementando la presión sobre diferentes variables como el sistema de pensiones, la atención en salud y la oferta de cuidados de largo plazo.
Las proyecciones de población son clave para anticipar y planificar la demanda futura de servicios esenciales como educación, salud, vivienda, transporte y pensiones, y para evaluar la sostenibilidad fiscal.
El DANE actualizó recientemente las proyecciones de población y se evidencia un cambio importante en el crecimiento poblacional. Previamente se estimaba una caída en la población de 0,4% anual en 2070, con la revisión la contracción es ahora más marcada y alcanza 0,75%, es decir, una diferencia de 0,34 puntos porcentuales en la tasa proyectada.

Bogotá, agosto de 2025. News Press Service. Estas nuevas proyecciones demográficas evidencian que la población colombiana se está envejeciendo rápidamente, lo que modifica la relación entre población activa y dependiente, incrementando la presión sobre diferentes variables como el sistema de pensiones, la atención en salud y la oferta de cuidados de largo plazo.
Las proyecciones del DANE, también basadas en el censo poblacional de 2018, anticipaba para ese año una caída más moderada de -0,41%, lo que implica una diferencia de 0,34 puntos porcentuales.
En línea con esto, el pico poblacional, que en la proyección anterior se alcanzaba en 2051 con 57,7 millones de personas, se adelanta a 2043 con 56 millones.
Esto, sumado a la mayor tasa de decrecimiento prevista, confirma la aceleración en el ritmo de reducción poblacional en el país.
Con estas nuevas cifras resulta interesante analizar la evolución de la población por grupos de edad: de 0 a 14 años, de 15 a 64 años (población en edad activa) y de 65 años o más.

Se observan cambios significativos no sólo en las proyecciones sino en los datos de los años 2018-2024. Por ejemplo, según las proyecciones anteriores, en 2024 la población infantil había registrado una variación de -0,6% anual; en la nueva proyección la caída se profundiza a -0,9% anual. En el grupo de 15 a 64 años, el crecimiento pasa de 1,0% en la proyección anterior a 1,2% en la más reciente, mientras que en los adultos mayores de 65 años disminuye de 4,1% a 3,4%.
Las diferencias se amplían hacia 2070: la población infantil pasa de decrecer -1,3% a -1,9%, la población en edad activa de -0,9% a -1,5%, y la de adultos mayores de crecer 0,9% a 1,2%. Estos cambios sugieren una reducción más acelerada en los nacimientos y un envejecimiento más rápido de la población.
Los datos absolutos confirman esta tendencia. En la proyección anterior, para 2024 los menores de 15 años representaban el 21,9% del total, mientras la población de 15 a 64 años correspondía al 67,8% y los mayores de 65 años al 10,3%.
Estas cifras cambian ligeramente en la nueva proyección, pasando a 22,5%, 67,3% y 10,1%, respectivamente (Gráfica 2). En contraste, para 2070 las diferencias entre las dos proyecciones son un poco más marcadas.

En la proyección anterior se estimaba que los menores de 15 años alcanzarían el 12,1% de la población total, la población en edad activa el 58,5% y los mayores de 65 años el 29,3%.
Ahora las proyecciones sugieren que los menores de 15 años serían tan solo el 10,3% de la población total, mientras la población en edad activa ascendería a 60,6% y los mayores de 65 años se mantendrían alrededor del 29%.
Al analizar estos datos resulta preocupante evidenciar la caída tan marcada que habría hacia 2070 de la población infantil, así como la disminución en la población en edad activa, lo que se refleja naturalmente en un crecimiento significativo de la población mayor.
El índice de dependencia refuerza este panorama.
Esta evidencia una transición demográfica marcada por el cambio en el peso relativo de la dependencia infantil y la de personas mayores entre 2018 y 2070, permitiendo además comparar cómo han variado las proyecciones recientes frente a las anteriores.
El índice de dependencia infantil, que en 2020 se ubicaba alrededor del 36,6%, muestra una tendencia descendente sostenida hasta estabilizarse cerca de 17% hacia 2070, con una caída más acelerada en las primeras décadas.
Las proyecciones anterior y reciente son similares, aunque la más reciente presenta valores levemente más bajos en el largo plazo, reflejando la disminución en la población infantil frente a lo estimado previamente.

De manera similar, la dependencia de personas mayores en los primeros años de las proyecciones no difiere mucho. En ambos casos se observa que en 2020 el índice de dependencia era cercano a 14% y crecería de manera acelerada a partir de la década de 2030–2040, superando a la infantil hacia mediados de la al 50,1% de la proyección anterior.
El índice de dependencia total adopta una forma en “U” acostada: desciende inicialmente por la caída de la dependencia infantil, pero luego se incrementa cuando el peso de la población mayor compensa y supera esa disminución.
La menor dependencia total en la proyección reciente se explica por la reducción acelerada de la población, impulsada por un envejecimiento más rápido derivado de la baja natalidad.
Esto último se corrobora al observar las tasas brutas de natalidad y mortalidad: para 2018, la tasa de natalidad asciende a 15,13 por cada 1.000 habitantes, pero para 2070 esta cifra cae rápidamente a 5,84.
Por otro lado, la tasa de mortalidad pasa de 7,21 en 2018 a 13,63 en 2070, casi el doble. Para concluir, las proyecciones demográficas más recientes evidencian que Colombia se encamina hacia una fase de envejecimiento acelerado y reducción poblacional, con implicaciones profundas para su desarrollo social y económico.
La disminución sostenida de la natalidad y el aumento de la mortalidad asociada al envejecimiento modificarán de manera estructural la relación entre población activa y dependiente, incrementando la presión sobre diferentes variables como el sistema de pensiones, la atención en salud y la oferta de cuidados de largo plazo
ANIF