
Los buses eléctricos reducen 73% las emisiones de CO2 comparado con buses a diésel y gas natural.
El transporte representa el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Bogotá, y su electrificación es una medida urgente de salud pública al reducir 31% de las emisiones de PM2.5.
Estudios de costo total de propiedad (TCO) muestran que los buses eléctricos pueden reducir costos en más de 10%,, considerando la inversión y los costos operativos, gracias principalmente a un menor consumo energético y de mantenimiento.

Bogotá, Colombia, mayo de 2025. News Press Service. La electrificación del transporte público se consolida como una solución estratégica frente a los retos económicos, ambientales y energéticos que enfrenta Colombia. En el país, el transporte representa cerca del 12% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, aumentando, considerablemente, los niveles de contaminación con una carga aún más alta en las zonas urbanas. Por ejemplo, en el caso de Bogotá, el sector transporte representa 40% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.

Este sector impacta considerablemente la calidad del aire en la ciudad, siendo responsable del 31% de las emisiones de PM2.5, contribuyendo a una problemática de salud pública. Aunque el transporte público en Bogotá es una de las fuentes móviles que menos contamina en este segmento, su electrificación contribuye a reducir las emisiones de contaminantes del aire y mejorar la salud pública. Frente a esta realidad, el país ha logrado avances importantes, posicionándose como referente en movilidad eléctrica en América Latina.
“Dentro de este panorama, los buses urbanos desempeñan un papel crítico: aunque constituyen una fracción del parque automotor, son responsables de una proporción de las emisiones locales de material particulado y gases contaminantes.
Dado su uso intensivo y su impacto directo en la salud pública, electrificar y modernizar el transporte público urbano — especialmente el de buses — no solo es una estrategia clave para alcanzar los compromisos climáticos de Colombia, sino también una oportunidad urgente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos», destacó Sarah Arboleda, Jefa de Implementación UCAP-CAI, de C40 Cities.
De acuerdo con estudios realizados por la iniciativa ZEBRA (Zero Emission Bus Rapid-deployment Accelerator), liderada por C40 Cities y el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), en donde comparan las emisiones en términos de dióxido de carbono equivalente (CO2equi) de buses fabricados y operados con baterías eléctricas, diésel y gas natural que operan en Colombia.
Los resultados indican que éstos producen como mínimo 73% menos emisiones de dióxido de carbono equivalente en contraste a sus similares de diésel y gas natural, siendo los vehículos a gas natural los que presentan las mayores emisiones principalmente por las emisiones fugitivas de metano durante su producción.
Para discutir sobre estos resultados, ZEBRA realizó un conversatorio en el que compararon los impactos ambientales y el costo total de operación de buses eléctricos, diésel y a gas natural, desde una perspectiva de ciclo de vida ambiental, considerando las emisiones desde la producción de los combustibles hasta la operación de los vehículos.
El análisis abarca diferentes tipologías de buses urbanos y confirma que la tecnología eléctrica supera ampliamente a las opciones convencionales, incluso en términos económicos, gracias a menores costos de mantenimiento, menor consumo energético y mayor confiabilidad.
“El primer grupo de emisiones se denomina las emisiones del “Well to Tank – WTT” que son la sumatoria de las emisiones desde la extracción de recursos naturales hasta que llegan al tanque de combustible de los vehículos, y el segundo, las emisiones “Tank to Wheel – TTW” que son las emisiones propias del uso del combustible para convertirlo en trabajo.
Adicionalmente, se tienen en cuenta las emisiones para la fabricación de los vehículos, de las baterías para el caso de buses eléctricos, y del mantenimiento de los vehículos. Para el caso de los combustibles, se toma en cuenta las emisiones de la producción de gas natural, diésel, biodiesel y energía eléctrica en Colombia.
El análisis se realiza para tres tipologías vehiculares, buses urbanos entre 8 y 11 m (busetas y busetones), entre 12 y 15 metros (padrones), y entre 18 y 27 metros de longitud (articulados y biarticulados)», destacó Oscar Delgado, del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT).
Desde el punto de vista financiero, los análisis de Costo Total de Propiedad (TCO), que considera costos de inversión y de operación de los vehículos, han demostrado que la tecnología eléctrica ha alcanzado la paridad de costos con las tecnologías a combustión.
Esta paridad se ha comprobado en la práctica no solo en Colombia sino en los diferentes proyectos de buses eléctricos implementados en Latinoamérica. Dependiendo del tamaño vehicular evaluado se pueden observar reducciones del TCO incluso mayores al 10% al utilizar tecnología eléctrica. Lo anterior, gracias a la reducción de los costos del energético y de mantenimiento, y al relevante aumento de la confiabilidad operacional que reduce sanciones y aumenta el cumplimento de los planes de operación programados.
Asimismo, Colombia cuenta con un marco normativo robusto que regula la disposición y reciclaje de baterías, asegurando una transición sostenible y circular. “Los nuevos materiales y desarrollos de baterías permiten predecir que su reciclabilidad está garantizada y la cadena de la circularidad está regulada por las normas de responsabilidad y gestión de residuos de aparatos electrónicos, desarrollada en la ley 1672 del 2013 y en su decreto nacional 284 del 2018, principalmente.», concluyó Oscar Delgado, del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT).
La electrificación del transporte público ya no es una promesa, sino una realidad en la ciudad capital del país. Su impacto ambiental, económico y social convierte a los buses eléctricos en una apuesta estratégica hacia un futuro más limpio, saludable y eficiente para todos los ciudadanos.