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Colombia recibió la noticia que dos de las cuatro calificadoras le bajaron el grado de inversión. Ahora, la pregunta que queda es: ¿cuál es el camino que tiene el país para recuperar su credibilidad y garantizar su sostenibilidad fiscal en medio de una de las peores crisis de su historia?
Según el plan del Gobierno y lo que señalan los expertos, Colombia debe recobrar la confianza inversionista extranjera a través de un plan más claro para reducir el déficit fiscal, que se definiría a partir de la reforma tributaria que el Minhacienda presentaría en la próxima legislatura, a partir del 20 de julio.
Ante sus decisiones Fitch y Standard & Poor’s (S&P) advirtieron sus preocupaciones con respecto a Colombia. “La rebaja refleja el deterioro de las finanzas públicas con grandes déficits fiscales en 2020-2022, un nivel de deuda pública en aumento y una menor confianza en la capacidad del Gobierno para colocar de manera creíble la deuda en una trayectoria descendente en los próximos años”, aseguró Fitch tras dar a conocer su decisión la semana pasada.
Por eso es que uno de los caminos que está tomando el Ejecutivo, en el corto plazo, luego de que Fitch anunciara que le rebajó la nota soberana a Colombia de BBB- a BB+, es una visita a Estados Unidos para reunirse con el sector público y privado de ese país y dar credibilidad a las políticas nacionales.
De acuerdo con el Minhacienda, la gira se realizará en Nueva York y Washington y tiene como propósito principal reafirmar en el ámbito internacional la confianza, apoyo y compromiso del Gobierno y los empresarios colombianos hacia la institucionalidad. “Buscamos visibilizar aspectos como el crecimiento económico de la clase media, la transición energética y la inversión social”, dijo el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.
SOSTENIBILIDAD
Ante el desafío que tiene por delante el país, los expertos afirman que se debe asegurar y planificar bien la recuperación en el corto, mediano y largo plazo para que la confianza inversionista no se debilite y el país no pierda atractivo.
Para, Jens Arnold, economista de la Ocde para Colombia, “si bien ahora no es el momento para retirar apoyo fiscal, si lo es para pensar y planificar este proceso, y legislar una reforma para crear confianza de que el ajuste se va a hacer. Aumentar los impuestos va a ser necesario, ya que Colombia solo recauda unos 20% del PIB, lo cual es poco en comparación internacional, inclusive en América Latina”.
Para la economista Cecilia López, el camino que debe tomar el país es precisamente el de reducir la pobreza, que el año pasado alcanzó el 42,5% de la población.
“Necesitamos replantear un modelo para que no solo el Estado se haga cargo de reducir la desigualdad y que el sector privado también lo haga. Necesitamos eso para mejorar la confianza y que se impulse la reactivación”, apuntó López.
LO QUE SE VIENE
Y pese a que todavía hay incertidumbre fiscal para el mediano y largo plazo,
las calificadoras que le bajaron el grado de inversión a Colombia, analistas y
el mismo Gobierno ha sido más optimista para la recuperación económica de este
año. Y esa tendencia al alza dependerá también
de las medidas que el Ejecutivo tome en las próximas semanas.
De hecho, recientemente S&P reiteró su optimismo con el
desempeño de la economía colombiana. “Actualmente proyectamos un crecimiento del PIB de 7%
este año, un aumento de un punto porcentual con respecto a nuestra estimación
anterior”, indicó, y agregó que “las protestas en curso sobre un proyecto de
ley fiscal crean un panorama político muy desafiante e impredecible antes de
las elecciones del próximo año, que consideramos pospondrá las decisiones de
inversión hasta que haya más visibilidad de las políticas”.
Y en esa misma línea, Fitch
también subió su estimación para el crecimiento de la economía de 4,9% a 6,3%
en 2021.
Y además de ese optimismo que hay para la economía este año, los analistas
apuntan a que el efecto de la rebaja de la nota soberana de una segunda
calificadora por ahora no tendrá un efecto tan abrupto.
En un análisis que hicieron desde Credicorp, creen que “tras la volatilidad del corto plazo que
generaría la decisión de Fitch, un buen comportamiento del mercado de TES
podría ser observado posteriormente una vez las ventas forzadas habrán quedado
atrás y en línea con lo observado históricamente con otros países que han
perdido del grado de Inversión”.
Ante esa foto que tiene el país en estos momentos, tanto los mercados como las
otras dos calificadoras están a la espera de que el Gobierno mande señales
positivas que den mayor confianza, se siga impulsando la reactivación y la creación de
empleos, y se asegure un camino para bajar la deuda pública, que estaría en
niveles del 60% del PIB en los próximos 10 años.