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Mientras el mundo celebraba el fin de 2019 y el inicio del 2020, con el que terminaba una década de grandes cambios, marcada por el avance tecnológico, un ‘enemigo’ silencioso acechaba.
El 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas notificaban a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la existencia de 20 casos de neumonía, ligada a un nuevo y por entonces desconocido virus en la ciudad de Wuhan, a orillas del río Yangtsé.
Sin saberlo, aquel virus, cambiaría al mundo para siempre.
“Teníamos entonces poca información, pero sí la experiencia suficiente para entender que era una situación grave”, recuerda el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Pese al desconocimiento sobre las causas y el rápido avance del virus, la OMS puso entonces en marcha su sistema de respuesta con el que declaró la emergencia sanitaria internacional el 30 de enero.
Posteriormente, el 11 de febrero de 2020, la OMS bautizaría esta enfermedad como covid-19 (acrónimo en inglés de ‘enfermedad por coronavirus de 2019’). Un mes después, el 11 de marzo, la declaraba oficialmente una pandemia.
Dos años después, el virus ha contagiado a más de 280 millones de personas y ha causado 5,4 millones de muertes. Y aunque hay avances en la vacunación, la variante ómicron amenaza con recrudecer el panorama, pues en los últimos días, el mundo registra cifras récord de nuevos contagios que tienen en vilo al mundo.
No obstante, las mismas cifras registran una estabilización de los fallecidos diarios, lo que alienta las esperanzas de que la nueva variante sea mucho menos letal.
‘VACUNAS, UN ARMA PODEROSA’
Aunque los temores persisten y el director de la OMS advierte que “tenemos un muy duro invierno delante nuestro”, numerosos expertos en sanidad pública consideran que el mundo dispone ahora de las herramientas y la pericia para dominar el virus.
“La evolución de esta pandemia está en nuestras manos”, dijo recientemente Maria van Kerkhove, encargada de la lucha contra el covid-19 en la OMS.
Y agregó que “¿Podemos alcanzar un estado en que controlemos la transmisión en 2022? ¡Absolutamente!”.
Según ella, las vacunas disponibles han demostrado su eficacia contra las formas más graves de la enfermedad, y aunque es consciente de que no frenan completamente su transmisión, lo cierto es que estas sí son fundamentales en la lucha que enfrenta el mundo contra el covid.
De acuerdo con los cálculos de las autoridades, la producción mundial debe alcanzar los 24.000 millones de dosis en junio, una cantidad en teoría más que suficiente para inmunizar a toda la población mundial. Por ahora se han administrado 8.500 millones de dosis, pero sobre todo en países ricos que, pese a los discursos solidarios, distribuyen vacunas para sus niños y de refuerzo, mientras naciones menos favorecidas siguen con amplios porcentajes de población desprotegida.
SU EVOLUCIÓN
El coronavirus ha sabido evolucionar a variantes como la delta o la ómicron más contagiosas y que las vacunas no logran neutralizar por completo.
Esta evolución del virus, facilitada por la desigual de la distribución de las vacunas, ha provocado que este segundo año haya tenido cifras oficiales de contagios y fallecimientos mayores incluso a las de 2020.
De los 280 millones de casos de covid-19 confirmados desde finales de 2019, más de dos tercios (195 millones) se detectaron en 2021, y el número de fallecidos por la enfermedad este año casi duplicó al del año anterior (3,5 millones en 2021, 1,9 millones en 2020).
O TODOS O NADIE
Aun así, los expertos confían que la etapa de pandemia puede llegar pronto a su fin. Como en el caso de la gripe, el mundo podría continuar conviviendo con el covid como una enfermedad endémica, pero controlable, asegura Andrew Noymer, epidemiólogo de la Universidad de California Irvine.
Para eso urge entonces romper las brechas entre países ricos y pobres frente al acceso de vacunas.
“Nadie está seguro si no lo está todo el mundo”, insiste el director de la OMS.
Los países ricos demostrarían “miopía pensando que vacunándose ellos se libran del problema”, adviritó Gautam Menon, profesor de biología y física en la universidad Ashoka, en India.
Una hipótesis de escenario catastrófico recientemente elaborado por la OMS como advertencia plantea una pandemia del covid fuera de control provocada por mutaciones cada vez más peligrosas, que se junta a otra pandemia tipo zika.
En este escenario, la confusión, la desinformación y las crisis migratorias desencadenadas por las enfermedades reducen a la nada la confianza en las autoridades políticas y científicas y hunden los sistemas sanitarios.
Es un planteamiento todavía más inquietante considerando que «tenemos un virus en el origen de la pandemia actual y numerosos candidatos para la siguiente», señaló Michael Ryan, director de la OMS para las situaciones de urgencia.
“No es ciertamente el último de los patógenos peligrosos”, apuntó Jamie Metzl, especialista en las ciencias y la salud. Sea como sea que evolucione el covid, “está claro que nosotros ya jamás nos podremos desmovilizar”, agregó.
Mientras se cumplen dos años desde la aparición de los primeros casos de covid y se avanza en la lucha por contener su avance, el mundo confía que el 2022 sea el año en el que la humanidad venció al virus.