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Banco Mundial
Saber lo que la inteligencia artificial (IA) es capaz de hacer y en qué se diferencia de las herramientas digitales anteriores nos proporciona una forma de concebir vías a través de las cuales esta tecnología podría impulsar el desarrollo humano.
Todos los países confrontan este dilema, pero aquellos con un índice de desarrollo humano (IDH) más bajo encaran el desafío adicional de que los caminos de desarrollo tradicionales basados en el sector manufacturero orientado a la exportación se están reduciendo.
Los países con un IDH bajo continúan diferenciándose de los países con un IDH muy alto (ver el gráfico a continuación), al tiempo que se saltan los tipos de transformación estructural que se implementan a través del sector manufacturero, al hacer que el empleo se desplace directamente de la agricultura a los servicios en lugar de desplazarse a la manufactura.
Entonces, ¿cómo podría ayudar la IA? ¿O la difusión de la IA dejará aún más rezagados a los países con un menor IDH? Estas preguntas se analizaron en el Informe de desarrollo humano 2025 (i) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Sin duda, existen motivos para preocuparse de que la IA pueda dejar aún más rezagados a los países con un menor IDH. La automatización de tareas rutinarias redujo el empleo en ocupaciones intensivas en dichas tareas en relación con ocupaciones que requieren una gran cantidad de tareas no rutinarias.
Desde 2006, en la mayoría de los países, se han creado más puestos de trabajo en ocupaciones intensivas en tareas no rutinarias que en ocupaciones intensivas en tareas rutinarias, independientemente del nivel de ingresos o la estructura económica.
El desplazamiento de la proporción de mano de obra desde tareas rutinarias a tareas no rutinarias perjudicó aún más a muchos países de ingreso bajo y mediano, ya que aumentó el valor de los conocimientos avanzados, que se requieren para muchas tareas cognitivas e interpersonales no rutinarias y que son más escasos en los países de ingreso bajo.
La capacidad de la IA para llevar a cabo trabajos que antes se consideraban exclusivamente pertinentes al ámbito humano —como tareas cognitivas o creativas complejas— podría implicar que la automatización se extendería aún más, más allá de los trabajadores menos cualificados que se dedican a tareas rutinarias.
En el gráfico a continuación, el análisis económico tradicional de las tareas expuestas a la automatización diferencia entre tareas rutinarias y no rutinarias.
Las herramientas digitales anteriores a la IA expusieron las tareas rutinarias a la automatización, y la IA ahora extiende esa posibilidad a algunas tareas no rutinarias, como representa el óvalo que se extiende más allá de las tareas rutinarias a algunas tareas no rutinarias.
Sin embargo, existen al menos cuatro motivos para creer que la IA es algo más que simplemente una tecnología predestinada a potenciar la automatización.
En primer lugar, el hecho de que la IA —y en particular la IA generativa como los modelos de lenguaje de gran tamaño— sea muy competente en algunas tareas (o aspectos de tareas) no significa que pueda reemplazar a los seres humanos.
Una razón clave: muchas tareas que parecen fáciles de automatizar requieren, si se examina de manera más detenida, la presencia humana.
El aporte humano puede ser particularmente valioso en situaciones en las que incluso pequeñas desviaciones en los resultados de la IA tienen una amplia gama de consecuencias (desde extraordinariamente buenas hasta catastróficas) y un alto riesgo. A diferencia de la IA, los seres humanos se involucran y tienen la capacidad única de apreciar y sopesar el valor de los riesgos y los beneficios, algo que pueden aportar especialmente en contextos de alto riesgo.
Estas características presentan una oportunidad crucial para que se complementen los seres humanos y la IA.
Algunas situaciones de alto riesgo son evidentes (la vida o la muerte), pero en última instancia, los humanos determinan qué decisiones son de alto riesgo y tendrán que decidir qué contextos requieren solo máquinas, solo humanos o una combinación de ambos.
Cabe destacar que estas valoraciones dependen del estado de la IA y sus capacidades, pero no se definen por estas, así que ninguna manifestación de la IA omitirá la necesidad de considerar detenidamente cuándo es necesaria la evaluación humana de la IA.
Eso implica que es imposible o inconveniente automatizar completamente numerosas decisiones, pero abre un conjunto ilimitado de oportunidades para mejorar las capacidades humanas en lugar de sustituirlas.

En segundo lugar, las novedosas capacidades de la IA —en particular la IA generativa, que muestra avances notables en la generación de contenidos y las tareas creativas— también generan nuevas oportunidades para que los seres humanos interactúen con la IA de forma que puedan acelerar la investigación y la innovación y activar las nuevas fronteras de la creatividad.
La IA es, según el historiador económico Nicholas Crafts (i), un invento de un método de invención. Esta tecnología puede aumentar el nivel y, posiblemente, la tasa de productividad en materia de innovación.
En tercer lugar, además del potencial para mejorar la creatividad y sobre la base de internet como un repositorio de conocimientos, la IA proporciona un medio novedoso de acceder a esa información y recombinarla de manera que se reduzcan los obstáculos para acceder a los conocimientos avanzados.
Ya existen beneficios tangibles del acceso a los conocimientos especializados a través de la IA. Por ejemplo, la mejora del desempeño de los trabajadores con menos experiencia y menos cualificaciones en los centros de atención telefónica.
Los beneficios disminuyen hasta ser indetectables entre los trabajadores con más experiencia. Se han documentado resultados similares en las tareas de redacción, el desarrollo de software y la consultoría de gestión, entre otras áreas.
En cuarto lugar, como se ha demostrado en la última década, para bien o para mal, la IA puede personalizar y adaptar los servicios de manera rápida y a gran escala.
La mayor parte de la atención hasta ahora se ha centrado en la capacidad de personalizar los mensajes para fines de persuasión política y marketing.
Pero la personalización bien utilizada puede abrir nuevas oportunidades para proporcionar educación y atención médica personalizadas.
Si estas posibilidades de personalización se desplegaran de manera que mejoraran considerablemente la calidad, podrían aumentar la productividad en sectores de servicios, como la atención médica y la educación, que han ido a la zaga del resto de la economía en términos de aumento de la productividad.
Esto puede ser importante en los países de ingreso bajo y mediano, donde el empleo se expande más rápido en el sector de los servicios que en otros sectores, sobre todo en entornos donde la transición a través de empleos en el sector de las manufacturas es débil o difícil.
Además, la personalización también puede mejorar la eficacia del aprendizaje y el acceso a la atención médica en los países de ingreso bajo y en entornos de bajos recursos. El despliegue de la IA para impulsar la personalización de la atención médica y la educación podría aumentar, en lugar de reducir, la demanda de trabajadores sanitarios y maestros.
Una encuesta realizada para el Informe de desarrollo humano 2025 sugiere que las personas esperan que la IA desempeñe un papel más amplio que simplemente aumentar la automatización.
En todos los países y ocupaciones, aunque los encuestados prevén que aumentará la automatización, también esperan que la IA se utilice para mejorar las capacidades humanas en lugar de sustituirlas, y el sesgo va en esta última dirección.
En general, 4 de cada 10 encuestados esperan verse afectados tanto por la mejora de las capacidades como por la automatización, por lo que, si bien creen que sus trabajos actuales cambiarán sustancialmente debido a la IA, también esperan que esta tecnología cree nuevas funciones que no existen hoy en día.

En el Informe de desarrollo humano 2025 se sostiene que la IA va más allá de solo ofrecer herramientas digitales más poderosas que conducirán inexorablemente a una mayor automatización y diferencias dentro de los países y entre ellos.
En la publicación se presentan nuevas formas de explorar el potencial de la IA para promover el desarrollo humano. Sin ser exhaustivos, he aquí algunas posibilidades:
- La IA puede permitir que las personas, las organizaciones y las empresas accedan no solo a información, sino también a conocimientos técnicos.
- Hay más oportunidades de generar efectos secundarios positivos producto de las inversiones en IA que se extienden por toda la economía. Las inversiones en IA podrían generar efectos indirectos no solo en el sector donde se utiliza, sino también en todos los sectores, creando oportunidades de diversificación económica.
- La IA abre nuevas posibilidades de ampliación del comercio y aumento de la productividad de los servicios.
- La flexibilidad de la IA puede empoderar a las personas para buscar y repetir soluciones a sus problemas o actividades que se adapten a contextos diversos y locales e incluso a la especificidad de empresas individuales.
- A diferencia de la electricidad o el internet, el acceso a la IA no requiere infraestructura física adicional; es accesible de manera inmediata para aquellos que están en línea. El inconveniente es que las personas que no están conectadas se enfrentan a una desventaja aún mayor.
Hay muchas vías posibles en las que la IA puede mejorar el desarrollo humano, y es posible que las descritas anteriormente no den resultado. Junto con el potencial, existen riesgos de que la utilización de la IA no favorezca a los trabajadores.
Pero eso se verá determinado por las decisiones políticas, no por las posibilidades que ofrece la tecnología de la IA. Independientemente de lo que depare el futuro, las políticas de desarrollo deben basarse en la naturaleza distintiva de la IA.
Visualizar de qué manera la IA impulsa el desarrollo humano puede inspirar el rumbo general hacia el cual dirigirse, siendo flexibles para adaptarse a los contextos nacionales y locales únicos y encontrar formas de que la IA beneficie a las personas.