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Un experimento revolucionario permite transferir energía entre átomos sin ningún medio físico. Lo que parecía ciencia ficción, ahora es física cuántica real
¿Es posible que la energía llegue a un lugar sin que nada se mueva entre un punto y otro? Para la física clásica, eso sería impensable. Pero un grupo de investigadores ha conseguido lo que hasta ahora solo vivía en la ciencia ficción: teletransportar energía entre átomos sin usar partículas, fotones o calor. Y lo han hecho en condiciones controladas de laboratorio, gracias a un fenómeno conocido como teleportación cuántica de energía.
El hallazgo es tan asombroso que ha comenzado a despertar el interés de expertos en computación cuántica, refrigeración avanzada e incluso física del espacio-tiempo.
Energía que aparece como por arte de magia

En lugar de transmitir energía usando un cable o un rayo de luz, el nuevo protocolo cuántico permite que la energía aparezca en un lugar sin haber viajado físicamente. Se logra gracias al entrelazamiento cuántico: dos átomos quedan conectados de manera que una acción sobre uno afecta al otro, incluso a distancia.
Uno de los participantes del sistema, llamado Alice, realiza una medición en su átomo y luego envía por un canal clásico (como un mensaje) los resultados a Bob, que opera con su propio átomo. Sin que se transfiera ninguna partícula, Bob consigue extraer energía. Y lo hace antes de que pueda haber llegado cualquier forma de energía por medios convencionales.
Primeras pruebas: del laboratorio al ordenador cuántico

Esta teoría ya ha sido probada. En un primer experimento, los investigadores usaron una molécula especial y técnicas de resonancia magnética para crear el efecto entre átomos reales. En otro caso, lo simularon con éxito en ordenadores cuánticos de IBM, confirmando que la energía podía extraerse sin que hubiera viajado.
Además, lograron romper un principio conocido como “pasividad local fuerte”, según el cual no se puede obtener energía de una parte del sistema sin intervenir el todo. La clave es el uso de información: solo al recibir el resultado de una medición, el sistema se activa y permite liberar energía.
¿Para qué sirve? De refrigeración cuántica al control del espacio-tiempo
Las posibles aplicaciones son muchas. Desde enfriar procesadores cuánticos sin contacto físico hasta generar energía negativa, algo que en teoría podría afectar el espacio-tiempo. Incluso, este protocolo podría usarse en el futuro para crear redes de comunicación energética a gran escala sin cables, calor ni radiación.
En el ámbito de la computación cuántica, esta técnica permitiría reducir la temperatura de ciertos qubits sin desconectarlos del sistema, una mejora respecto a los métodos actuales de refrigeración.
Y aunque aún es muy pronto para hablar de “máquinas del tiempo”, la física teórica sugiere que este fenómeno podría ayudar a crear entornos con densidades de energía negativa, necesarias para estabilizar conceptos como los agujeros de gusano.
¿Cuánta energía se puede extraer?
El estudio también explora los límites del sistema: cuánto se puede extraer, cuán rápido se puede hacer y qué factores influyen en la eficiencia. Aunque las cantidades de energía son aún pequeñas, el avance sienta las bases para futuros desarrollos en tecnología cuántica aplicada.
Lejos de ser una curiosidad teórica, la teleportación cuántica de energía se perfila como una de las herramientas más poderosas para los científicos del siglo XXI.Por Lucas Handley