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LAVANGUARDIA
Se trata de un hallazgo totalmente inesperado que ha sorprendido a todos los expertos.
Es cierto que el Imperio romano hizo cosas increíbles, como una gran muralla o un desarrollo de las infraestructuras y las grandes vías que nos ha permitido crear un Google Maps del Imperio Romano. Ahora, parece que un grupo de investigadores ha encontrado algo casi imposible de hallar en un yacimiento en Italia, concretamente en Aquileia.
Se trata de un cristal que solo se puede construir hoy en día con tecnología nanoscópica, por lo que las dudas sobre cómo ha podido llegar a ese contexto son muy grandes.
Una tecnología revolucionaria en una época inesperada
Un estudio de la Universidad de Tuft ha explicado que se han encontrado cristales fotónicos en un yacimiento del Imperio Romano. Esto quizás suene a algo natural y poco interesante, pero se trata de un tipo de material que solo se ha construido en el siglo XXI ya que hace falta tecnología vanguardista para elaborarla.
Giulia Guidetti y Fiorenzo Omenetto han sido los encargados de descubrir este hallazgo desde la Universidad de Tuft. En principio estos objetos parecían restos de vidrio de jarrones fabricados hace dos milenios, pero lo cierto es que tenían un misterio mucho mayor que unos simples vidrios fabricados en aquella época mediante los procesos propios del Imperio romano.
Ha sido en el yacimiento de la ciudad de Aquileia, actual L’Aquila, dónde una tecnología nanoscópica ha sido hallada en el yacimiento. Se trata de un cristal que filtra y refleja la luz a nivel atómico de una manera muy concreta, algo a lo que, por supuesto, los romanos no tenían acceso ya que se necesita un sistema muy refinado para producirlos. En general este hallazgo totalmente inesperado ha sorprendido a los dos investigadores que estaban simplemente de visita y no son realmente arqueólogos, sino que desempeñan sus actividades en el campo de la física. De hecho, no cabe duda de que es un cristal con estas características ya que:
Es un ejemplo de libro de texto de componente nanofotónico – Giulia Guidetti.
Por esto, se trata de un caso asombroso. Normalmente hay ejemplos de este tipo de vidrio en la naturaleza. De forma común en peces que cambian los colores de sus escamas de forma iridiscente gracias a estos cristales. Sin embargo, verlo en un yacimiento del Imperio romano resulta realmente sorprendente e inesperado para los expertos. Además, su estructura, en forma de pilas de Bragg fue también una sorpresa, ya que se trata de un fenómeno en el que las capas de sílice de alta y baja densidad se intercalan para dar lugar a este fenómeno y que da como resultado un inesperado reflejo dorado.
En cualquier caso, este tipo de producto suele cultivarse en un laboratorio, por lo que no se sabe cómo ha podido acabar en un contexto de hace aproximadamente dos milenios. De hecho, podría servir en un futuro para entender cómo se pueden hacer este tipo de vidrios de una forma más normal y revolucionar nuestra tecnología. En cualquier caso, el principal uso que tiene esta tecnología es para cuestiones militares y para tratar de conseguir el camuflaje perfecto para volvernos invisibles.
Ahora, resta preguntarse cómo ha podido llegar hasta ahí, aunque parece ser que pudieron ser los propios romanos que lo crearan. Se levantan así muchas hipótesis posibles sobre esta curiosa tecnología. Pero, de momento, todo apunta a que el Imperio romano ha vuelto a darle una dosis de humildad a la avanzada tecnología de hoy en día. En cualquier caso, Roma nos es relativamente fácil de conocer, pero a veces nos llevamos algunas sorpresas por satélite.