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El Economista
Justo cuando Pakistán se encuentra pasando por serios apuros económicos: inestabilidad política, bajo crecimiento económico (para un país en vías de desarrollo) y problemas para devolver su deuda en dólares… las autoridades de Pakistán han anunciado el descubrimiento de una enorme reserva de petróleo y gas (se especula que podría ser la cuarta mayor del mundo) tras años de sondeos y exploración.
Este descubrimiento podría ser como ‘agua de mayo’ para esta economía que lucha por mantener un crecimiento y poderío militar equiparable al de su gran enemigo: la India. Según informan medios especializados y de la prensa local, el descubrimiento se ha realizado en un importante yacimiento de petróleo y gas natural en sus aguas territoriales. Se dice que es tan grande que puede cambiar el destino del país, según los analistas locales.
El descubrimiento, verificado mediante un estudio de tres años en colaboración con una nación amiga, tiene el potencial de alterar drásticamente la suerte económica de Pakistán, según un alto funcionario de seguridad citado por DawnNews TV y la CNBC. No obstante, en estos primeros momentos resulta importante mantener la cautela, puesto que no sería la primera vez que se anuncia un gran descubrimiento de petróleo que se queda en ‘agua de borrajas’ por la dificultad para explotarlo o extraer su petróleo a un precio competitivo.
El extenso estudio geográfico ha señalado con precisión la ubicación de los depósitos, y los organismos pertinentes han informado al gobierno sobre esta noticia. El estudio marca el comienzo de lo que los funcionarios llaman una iniciativa para beneficiarse de la «economía de las aguas azules», que incluye no sólo el petróleo y el gas, sino también otros minerales valiosos del océano. Los expertos explican que aunque los primeros estudios son ‘ilusionantes’, aún no se puede determinar con certeza el volumen ni la cantidad de reservas de hidrocarburos halladas bajos las aguas.
Las propuestas de exploración y licitación están bajo revisión, pero la extracción real puede llevar varios años. El proceso de excavación de pozos y extracción de petróleo y gas podría ser un esfuerzo (y una inversión) a largo plazo, que requiere más inversiones y desarrollo de infraestructura, probablemente con ayuda de empresas extranjeras que tengan mayor experiencia en este campo.
Pakistán apenas produce crudo. Según los datos oficiales, su producción de petróleo es de unos 60.000 barriles diarios, mientras que necesita importar más de 700.000 barriles cada día para satisfacer la demanda interna.
Precisamente, en los últimos años, Pakistán ha sufrido importantes crisis energéticas como consecuencia de la necesidad de importar grandes cantidades de combustible caros, la escasez crónica de gas natural y electricidad, y el uso de unos sistemas de transmisión y distribución insuficientes. El Banco Asiático de Desarrollo mostró cómo la prolongada escasez de energía redujo el PIB entre un 2 y un 3% en 2013, por ejemplo, según recoge la Agencia de la Información de la Energía de EEUU en un documento sobre Pakistán.
Además, Pakistán lleva ya bastante tiempo luchando contra una deuda creciente y una inflación atascada y depende en gran medida de la ayuda extranjera, que a menudo resulta volátil. La deuda pública del país se encuentra en niveles máximos de los últimos 30 años, superando el 90% del PIB, mientras que la inflación se ha atascado en una tasa del 10%.
Aunque esta deuda pueda parecer pequeña en comparación con la de algunos países de Europa, EEUU o Japón, el coste de mantenerla es muy superior. Pakistán tiene que pagar más de 13% de interés para colocar sus bonos a 10 años, por ejemplo, lo que provoca que el coste del servicio por intereses (los costes financieros) se coma una parte importante del presupuesto.
Para empeorar las cosas, la inestabilidad política y el creciente poder de varios grupos terroristas en algunas provincias no hacen más que agravar la difícil situación económica del país. Ahora, el descubrimiento de grandes cantidades de petróleo y gas podría funcionar como una suerte de ‘game changer‘ o cambio radical para la economía de Pakistán.
El futuro dirá si este cambio es para mejor o para peor, dada la experiencia de otros países en desarrollo, donde el hallazgo de petróleo ha sido una maldición que ha exacerbado la corrupción y los conflictos.
El petróleo y el gas como esperanza
La noticia del descubrimiento de reservas de petróleo y gas ofrece evidentes esperanzas para Pakistán, pero esas esperanzas están todavía enterradas en el fondo del mar. Aunque la ilusión ayuda a lidiar mejor con los problemas, estos miles de millones de barriles de petróleo no pueden ayudar a Pakistán a superar su crisis económica actual, pero sí pueden allanar el terreno del futuro.
Un ex miembro del regulador de petróleo y gas de Pakistán ha asegurad DawnNewsTV que, aunque el país debería seguir siendo optimista, nunca hay una certeza del 100% de que las reservas se descubran como se espera.
Cuando se le preguntó si estas reservas son suficientes para satisfacer las necesidades energéticas del país, este experto señaló que el hallazgo es muy esperanzador por la cantidad de crudo y gas que se cree que alberga, pero todo dependerá de la tasa de recuperación, es decir, no de cuánto petróleo hay, sino de cuánto se puede recuperar de forma rentable. «Si se trata de una reserva con más gas, puede reemplazar las importaciones de GNL y si se trata de reservas de petróleo, podemos sustituir el petróleo importado».
¿Del algodón y el textil al petróleo?
La economía de Pakistán es ‘pobre’ en términos relativos y se encuentra un tanto obsoleta. El sector agrícola ha sido históricamente la columna vertebral del país, empleando a una gran parte de la población, aunque su participación en el PIB ha disminuido con los años.
El trigo, el arroz y el algodón son los cultivos más importantes, y Pakistán es uno de los mayores productores mundiales de algodón. La ganadería y la pesca también tienen un peso significativo. La producción de petróleo gas supondría que el país escalaría hacia una etapa productiva de un bien con mayor valor añadido que el algodón, lo que generaría unos mayores ingresos por unidad vendida.
La industria ha ganado terreno, particularmente en textiles, productos químicos, cemento y acero. El sector textil, en particular, es un pilar clave de las exportaciones del país, representando cerca del 60% de sus ingresos por exportación. También se observa un crecimiento en la manufactura ligera y en la industria automotriz, aunque este último aún enfrenta desafíos relacionados con la infraestructura y la inestabilidad política.
En cuanto al sector servicios, su peso en el PIB ha aumentado considerablemente, impulsado por áreas como las telecomunicaciones, las finanzas y la tecnología de la información, este último con un crecimiento acelerado en los últimos años, lo que ha convertido al país en un destino atractivo para la subcontratación de servicios. No obstante, este sector aún se encuentra en una etapa de desarrollo.
Es cierto que Pakistán ocupa un lugar importante en Asia, siendo la quinta economía más grande del continente en términos de población y una de las más grandes en paridad de poder adquisitivo de Asia Meridional. Sin embargo, se enfrenta desafíos significativos, incluidos altos niveles de deuda externa, un déficit comercial considerable y problemas estructurales como la baja recaudación fiscal y la ineficiencia en la gestión de los recursos públicos. La economía se encuentra en una encrucijada, con la necesidad de reformas estructurales para aprovechar su potencial económico en el futuro. El petróleo y el gas podrían ser la salvación futura de este país… o su condena final.
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