Se escucha por la Doble W, de lunes a viernes, de 1:00 a 3:00 p.m.
News Press Service
Por Elías Prieto Rojas
El Magazín Deportivo nos agrada por varias razones. La primera, porque iniciar un programa con una canción, es como brindarle de entrada una copa de vino al invitado: «Bienvenido, para nosotros es un honor contar con tu presencia». Y entonces, de ahí hacia delante, con música de fondo, afloran recuerdos, reminiscencias, la nostalgia de un tiempo pasado que nos invade, y aprieta, y sacude, agitándonos de sensibilidad… Y luego el comentario de quién en ese momento decanta el sentimiento -Peláez-, nos sumerge en la historia breve y precisa de un anacoreta, artista, creativo, o trotamundos, da lo mismo; lo decisivo es que ya estamos de cabeza y pies en toda la pista de baile: «Y a brillar chapa se dijo», es el tácito mensaje. Acto seguido ingresa en el dial un comunicador ciclón con dinamita, y de la buena, en sus labios, -Martin-, para destacar el tino y la elección del ritmo y sus notas y la calidad del intérprete… Y De Francisco prosigue y felicita a quien eligió la canción. En ese momento percibo a mi estimado Hernán, angustiado, cómo un padre esperando el halago de su hijo. (Casi siempre el hijo felicita al padre, en muy pocas ocasiones he escuchado lo contrario) … Y luego se producen los comentarios de rigor, u orden del día, para involucrar al radioescucha a punta de expectativas; y nosotros, los comensales, dispuestos a devorar cuanta información actualizada se nos brinde. Y arrancan dos locomotoras bien engrasadas dispuestas a rodar por los rieles y vericuetos del universo futbolero y algo más, donde se habla de todo con propiedad: «Qué el mejor equipo del mundo, Millonarios, va a contratar a Falcao», (no me tomen tan a pecho, pero parece que es la verdad, lo digo yo); y después, en todo el punto de la media hora del programa irrumpe el rock pesado: «De las profundidades de la tierra se escucha el reclamo herido de la juventud, grito indómito; su poder y su capacidad»… y guitarras rebeldes y coros estridentes y alaridos y rayos y centellas y caballos galopando por un mar de cristal: se rompe la calma para darle un nuevo aire al magazín, a la vida y al amor; mientras tanto, nos imaginamos al Doctor Peláez, el mejor comentarista deportivo del país, moverse atortolado con ese ácido y agreste metal; y es ahí cuando en medio de sutiles provocaciones del sabio para su partner, un efusivo y desquiciado ¡gal gal gal gal! nos para de cabeza y nos despierta (las palabras cuando son bien utilizadas producen sopor, sueño: nos sentimos arrullados), porque cuando se rompen paradigmas se nos provoca y antojados reímos, nos regocijamos y hasta nos tiramos de los pelos, vaya usted a saber: «Un mortal disparo, asesino, letal como un ataque cardíaco, penetró en el área con la regla del siete, ocho y nueve, tres jugadores; y tín, marín, de tres pingué, el pobre cancerbero ensortijado se desmayó entre dos palos nauseabundos, mortecinos, el arquero Ederson sólo alcanzó a decir: «¡Me morí!»… Arsenal en el mítico estadio de la Copa Mundo Inglaterra 66, triunfa 2 por 1 ante su majestad el Manchester City». ¡Gal gal gal gal!… son testigos los radioescuchas de un creativo programa que está arrasando con la sintonía allende los cuatro puntos cardinales. Tremendo concierto de Fútbol y algo más’. Jamás, pero jamás había sentido tanta inquietud y regocijo, y del bueno, por un programa radial. Felicitaciones a quien craneó la idea. Dos finos interpretes ajustan sus micrófonos en este momento. Fútbol y algo más