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BBC Mundo
Durante una visita al país norteamericano, Francisco se dirigió a las diversas naciones nativas del territorio canadiense durante un discurso pronunciado en Maskwacis, en la provincia occidental de Alberta.
«Pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas», dijo el pontífice de 85 años al reconocer formalmente que «muchos miembros de la Iglesia» han cooperado en «la destrucción cultural y la asimilación forzada».
Miles de niños indígenas fueron separados de sus familias y llevados a internados dirigidos por sacerdotes y religiosas católicos desde finales del siglo XIX y hasta la década de 1990, como parte de un programa que pretendía crear una integración cultural de los nativos con la cultura blanca gobernante.
Se calcula que unos 150.000 niños fueron llevados a 139 internados administrados por la Iglesia.
En las últimas tres décadas, este accionar del gobierno canadiense y la Iglesia católica ha sido investigado y calificado como una separación que implicó la muerte, violencia física, abusos sexuales y asimilación forzada de miles de menores.
Los indígenas lo califican como un «genocidio cultural».
El gesto del Papa -algo que había sido pedido durante muchos años por los pueblos afectados- fue recibido con aplausos en Maskwacis, una comunidad indígena al sur de Edmonton en la que se dieron cita miles de personas de las naciones originales, mestizos y católicos blancos.
Estuvieron presentes el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y Mary Simon, la primera gobernadora general indígena del país.
Muchos bajaron los ojos, se secaron las lágrimas o se apoyaron y abrazaron con quienes estaban a sus costados. Los líderes indígenas colocaron después un tocado de plumas tradicional sobre Francisco.
«El lugar donde estamos reunidos renueva dentro de mí el profundo sentimiento de dolor y remordimiento que he sentido en los últimos meses», dijo el Papa, reconociendo el «abuso físico, verbal, psicológico y espiritual» de los niños a lo largo de décadas.
«Significa mucho para mí» que él haya venido, dijo Deborah Greyeyes, de 71 años, miembro de la nación Muskeg Lake Cree, el grupo indígena más grande de Canadá.
«Creo que también tenemos que perdonar en algún momento», le dijo a la agencia AFP.
Desde mayo de 2021, se han descubierto más de 1.300 tumbas sin marcar en los sitios de las antiguas escuelas, lo que conmocionó a todo Canadá, que poco a poco ha comenzado a reconocer este largo y oscuro capítulo de su historia.
El papa Francisco hizo el viaje mientras convalece de un dolor en la rodilla que lo ha obligado a usar un bastón o una silla de ruedas.
«Lloras amor»
Antes del mensaje de Francisco, Andre Carrier, de la Federación Metis de Manitoba, dijo que su grupo étnico anticipaba este encuentro con esperanza.
«Esta nación originaria cree que si lloras, lloras amor. Entonces atrapas las lágrimas en un trozo de papel y lo vuelves a poner en esta bolsa», explicó sobre un ritual que realizarían.
Quienes participan en esto deben recoger las bolsas y luego quemarlas con una oración especial, «para devolver las lágrimas de amor al creador», dijo.
Luego de mucho tiempo de renuencia, el Vaticano recibió en abril de este año a una delegación de pueblos indígenas que se reunió con el Papa, tras lo cual hubo una primera disculpa y el compromiso de este viaje a Canadá.
El que se diera en suelo canadiense fue de gran importancia para los sobrevivientes y sus familias, para quienes la tierra de sus antepasados es de particular importancia.
Recorrido por Canadá
La visita papal, aunque muy esperada, también es motivo de controversia para algunos.
Muchos esperan que Francisco haga gestos simbólicos, como devolver algunos de los artefactos indígenas que se han mantenido en el Vaticano durante décadas.
Después de una misa ante decenas de miles de fieles en Edmonton el martes, Francisco se dirigirá hacia el noroeste a un importante lugar de peregrinación, el lago Sainte Anne.
Tras una visita del 27 al 29 de julio a la ciudad de Quebec, finalizará su viaje en Iqaluit, capital del territorio norteño de Nunavut y hogar de la mayor población inuit de Canadá, donde se reencontrará con antiguos alumnos de internados, antes de regresar a Italia.
Francisco es el segundo papa en visitar Canadá, después de Juan Pablo II, quien lo hizo dos veces en la década de 1980 y nuevamente en 2002.