
Bogotá, octubre de 2025. News Press Service. Eduardo Montealegre ha renunciado de manera “irrevocable” al cargo de ministro de Justicia.
En una carta presentada ante el presidente Gustavo Petro, el jurista asegura que hay “una sola razón” para su dimisión: la absolución del expresidente Álvaro Uribe en segunda instancia.
“Como víctima de Uribe, debo retomar el ejercicio de mis derechos para impedir que sus actos queden en la impunidad”, ha indicado.
El abogado cree que “es predecible” que la Corte Suprema de Justicia, que resolverá definitivamente el futuro del exmandatario, “lo absuelva”.
Por eso, sostiene, acudirá a los tribunales internacionales para denunciar al exmandatario: “Necesito total libertad para continuar a la caza de un criminal que anda, y seguirá, por ahora, suelto”.

Al margen de sus argumentos para dimitir, Montealegre tenía varias controversias a su alrededor.
La Procuraduría, en cabeza de Gregorio Eljach, abrió hace pocas semanas una investigación disciplinaria en su contra por presunta participación en política, tras sus declaraciones en una entrevista con la revista Semana, en las que calificaba la candidatura del ultraderechista Abelardo de la Espriella como “caricaturesca”.
Montealegre acusó a Eljach de censura y prevaricato, e incluso pidió medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para evitar que el proceso disciplinario “limitara el derecho a la libertad de expresión e igualdad ante la ley”. Según había adelantado W Radio, el presidente Gustavo Petro pidió la renuncia de Montealegre por este choque.
En su carta de renuncia, el jurista le dedica unas palabras a Eljach. “[Uribe es] protegido también en este momento por un funcionario oscuro, aliado del abogado mafia: el procurador general de la nación, perteneciente a la clase política más corrupta de Colombia”, dice.
Además, lamenta que “sectores del Pacto Histórico” lo hayan apoyado en su elección como procurador.
También, Montealegre se enfrentaba a una moción de censura en el Congreso convocada por el opositor Centro Democrático. La senadora y precandidata presidencial uribista Paloma Valencia había anunciado la radicación del debate del voto de confianza por el anuncio de un proyecto de ley para convocar una Asamblea Nacional Constituyente, muy resistido por la oposición y las bancadas independientes.
Según algunos senadores, como la verde Angélica Lozano, la moción contaba con los votos suficientes para prosperar.
La Constituyente es una propuesta que ha defendido Petro en varias ocasiones. El año pasado avanzó en la idea tras ver estancadas sus apuestas sociales en el Congreso.
Esta semana, la ha vuelto a revivir tras la exoneración de Álvaro Uribe en el proceso en su contra por soborno a testigos y fraude procesal.

“Daremos comienzo a un proceso constituyente que transforme el país y le brinde nuevas instituciones que respondan a las necesidades del siglo XXI. Algunas del 91 se volvieron obsoletas. Otras son utilizadas por sectores profundamente retardatarios para destruir las conquistas sociales. Esto debe cambiar”, dijo Montealegre en un video compartido esta semana, en el que anunciaba el inicio de una campaña de recolección de firmas para “el poder constituyente”.
El jurista dimisionario lidiaba, además, con una crisis en el seno del Gobierno. Montealegre estaba enfrentado con el ministro del Interior, Armando Benedetti, uno de los hombres de mayor confianza del presidente.
A inicios de octubre se filtraron varios chats de un grupo de WhatsApp en el que están varios miembros del Gabinete de Petro. Benedetti tachó de “tibios” a los ministros que no renunciaron a la visa de Estados Unidos en solidaridad con Petro, en plena crisis con Estados Unidos.
En un duro intercambio de mensajes, Montealegre le reprochó a Benedetti ser un “tibio con la paz total”. “Solo le interesan titulares de prensa y desprestigiar a los compañeros de gabinete.
Ahora posa de macho alfa del Gobierno. Benedetti: ya ha causado muchos daños. No sea fantoche. ¡Váyase ya! No más. Este ministerio le quedó grande, sea serio”, alegó el jurista.
La carta de Montealegre concluye con varios elogios para Petro, acompañados de algunas advertencias: “Usted es un hombre ético —como diría Borges— honesto. Mucha de su gente no”, se lee en la misiva.
“Cuídese mucho: en el palacio [Casa de Nariño] hay traidores que acechan con dagas peligrosas. Un abrazo”, se despide.
Con su salida, el secretario jurídico de la Presidencia, Augusto Ocampo, será el encargado del Ministerio de Justicia hasta que Petro elija a un nuevo jefe de cartera.
Montealegre apenas duró cuatro meses en el cargo. Había llegado en junio en reemplazo de Ángela María Buitrago, quien también renunció en medio de una disputa judicial contra Armando Benedetti.
CARTA
Paris, octubre 24 de 2025
Compañero Gustavo Petro Urrego
Presidente de la República
Gustavo:
Presento a usted, a partir de la fecha, renuncia “irrevocable” a mi cargo de ministro de Justicia y del Derecho.Una sola razón motiva mi retiro: la profunda indignación por el prevaricato en que incurrió el Tribunal de Bogotá al absolver un criminal de guerra, un corrupto: Álvaro Uribe Vélez. Un ilícito avalado por el establecimiento de Colombia y un premio nobel de la paz servil ante él, pusilánime. Como víctima de Uribe, debo retomar el ejercicio de mis derechos para impedir que sus actos queden en la impunidad. Esto implica que, es mi deber, acudir a los tribunales internacionales para clamar por el fin de su violencia sistemática contra el pueblo humilde y trabajador. Es predecible que la Corte Suprema, cooptada por el verdugo de la justicia que en el pasado la ultrajo y doblego, lo absuelva. También es claro que, la Fiscalía General de la Nación, no actuara para sancionar los delitos de lesa humanidad del Aro y la Granja realizadas por Uribe, ni las vinculaciones de él y su familia con el paramilitarismo. Uribe es al amo de la justicia, y ella, como esclava, se inclina sumisa ante su inmenso poder. Yo no lo hare.
Ante la ignominia, debo preparar de inmediato lo único que me acompaña: el poder de los argumentos, y, la autoridad ética para pedir a la justicia universal que impida la impunidad de las graves violaciones a los derechos humanos de un hombre tenebroso. Un hombre que ha sembrado de terror y violencia a nuestro país.Un político vinculado al narcotráfico. No puedo guardar silencio. Necesito total libertad para continuar a la caza de un criminal que anda, y seguirá, por ahora, suelto. Protegido también en este momento por un funcionario oscuro, aliado del abogado mafia: el procurador general de la nación, perteneciente a la clase política más corrupta de Colombia. Increíble: con el respaldo de sectores del pacto histórico que dicen impulsar la transparencia.
Agradezco presidente la confianza que depositó en mí, al designarme como ministro. Cuente con mi modesta colaboración para continuar la lucha que ha emprendido por la transformación de Colombia. Usted es un hombre ético- como diría Borges- honesto. Mucha de su gente, no. La constituyente de iniciativa popular es el único camino que nos queda para derrotar el establecimiento y la nueva gobernanza paramilitar que quiere imponerse de nuevo sobre nuestro país. Gobernanza liderada por Álvaro Uribe, amparado por sectores de la justicia. Cuídese mucho: en palacio hay traidores que acechan con dagas peligrosas. Un abrazo
