Las alertas tempranas no están funcionando, la política de prevención sigue sin beneficiar a los damnificados.
Evadir el control de los 2.1 billones destinados a cubrir la situación de desastre de carácter nacional pone en riesgo la vida de miles de colombianos que hoy sufren los efectos devastadores del invierno.
Bogotá noviembre 22 de 2022 News Press Service. La Representante a la Cámara por el partido de la U, Saray Robayo Bechara, se mostró indignada ante la ausencia del director de la UNGRD al debate de control político citado en la Comisión Tercera de Cámara desde el mes de octubre ante la urgencia de miles de colombianos afectados por la ola invernal.
De acuerdo con Robayo, el Ministerio del Medio Ambiente y UNGRD deben asumir la planeación, definir estrategias y armonizar esfuerzos a nivel regional y nacional en las áreas afectadas, facilitando la movilidad de los expertos, los organismos encargados de la seguridad ciudadana, bomberos, Defensa civil, para que actúen de manera coordinada en las zonas consideradas de prioridad y hacerle frente a este tipo de contingencias.
Robayo afirmó que a nivel nacional se han registrado 3.794 eventos de emergencia, 268 fallecidos, 61 desaparecidos y 721.755 personas que conforman 217.380 familias afectadas, según lo indica la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. Además, afirmó que en Córdoba las personas damnificadas son 53.095, esto de 21.077 familias.
“No se entiende como en el país cada vez que sucede alguna tragedia los gobiernos regionales y el nacional entran en crisis”, lo que demuestra que no existe una política pública para prevenir y enfrentar con eficacia los retos y contingencias que viven las poblaciones cada vez que llega el invierno.
La congresista dijo que, hay que dejar tanto discurso y actuar. “Los efectos de la actual ola invernal estaban cantados por el IDEAM desde hacía meses y nada pasó”. Ahora estamos en una tragedia con miles de damnificados que nos muestra que no existe prevención y que los grupos encargados de hacerle frente a estas calamidades simplemente no dan abasto y no tienen la capacidad de respuesta que se requiere ante la crudeza del invierno. No se puede seguir con el juego buscar culpables y mirar cómo eludir las responsabilidades cada vez que hay una tragedia, subrayo la congresista.