
La creación del Jiu Tian, el portadrones chino apodado «diosa de la guerra», pone en alerta a las potencias globales, al inaugurar una nueva era en la guerra con enjambres de drones capaces de transformar radicalmente el equilibrio militar global.

News Press Service
En un escenario mundial marcado por la rápida evolución tecnológica y la creciente importancia de los sistemas no tripulados en el ámbito militar, China ha dado un paso decisivo con el desarrollo del Jiu Tian,
Este es un vehículo aéreo no tripulado (UAV) que recibió el apodo de la «diosa de la guerra» por su capacidad para El Ji Tian es un portadrones aéreo que representa un verdadero salto cualitativo en la guerra y plantea un desafío directo a las potencias rivales, que observan con preocupación su avance y posible impacto en futuros conflictos, incluyendo una hipotética Tercera Guerra Mundial.revolucionar el combate moderno.
Cómo es Jiu Tian, la nueva diosa de la guerra de China
El sofisticado Jiu Tian es un UAV de gran tamaño diseñado para actuar como una nave nodriza aérea capaz de transportar hasta seis toneladas de municiones y drones más pequeños.

Su envergadura alcanza los 25 metros y su peso máximo al despegue es de 16 toneladas. Propulsado por un motor a reacción ubicado sobre el fuselaje, puede operar a altitudes de hasta 15.000 metros y recorrer distancias superiores a los 7.000 kilómetros, lo que le permite superar sistemas de defensa aérea de alcance medio y mantener una ventaja táctica significativa.
Lo que resulta más innovador y temible en el Jiu Tian es su capacidad para desplegar enjambres de hasta 100 drones simultáneamente desde compartimientos ventrales intercambiables.
Estos drones, coordinados y operando en conjunto, pueden saturar y abrumar los sistemas antiaéreos enemigos, dificultando su neutralización y aumentando la efectividad de ataques ofensivos o misiones de reconocimiento.
Esta capacidad de saturación aérea convierte al Jiu Tian en una plataforma de comando autónoma que puede cambiar radicalmente la dinámica.
El proyecto, que fue desarrollado por la Aviation Industry Corporation of China y es construido por Xi’an Chida Aircraft Parts Manufacturing, fue presentado en 2024 y se espera que realice su vuelo inaugural tan pronto como en junio de 2025.
Si bien todavía no ha comenzado su producción en serie, su avance refleja la apuesta estratégica de China por la guerra no tripulada y la inteligencia artificial aplicada a operaciones militares. Su diseño modular le permite asumir múltiples roles, desde transporte seguro y defensa de fronteras hasta operaciones de rescate o interferencia electró Drones: el presente y futuro de la guerra moderna
El rol clave de los drones en la guerra moderna ha quedado evidenciado en conflictos recientes, como la guerra en Ucrania, donde ambos bandos han empleado drones para reconocimiento, ataques y apoyo a la artillería. Los drones permiten identificar objetivos con rapidez, optimizar el uso de municiones y reducir costos.
Los Ataques masivos con drones, como el lanzado por Rusia con alrededor de 270 unidades Shahed el 18 de mayo, han demostrado el impacto estratégico que estos sistemas pueden tener en escenarios de alta intensidad.
El surgimiento del Jiu Tian y su capacidad para lanzar enormes enjambres de drones representa un cambio en el balance de poder global.
Hasta ahora, Estados Unidos e Israel dominaban la tecnología de drones de combate, pero China ha emergido como un competidor formidable, impulsando una carrera tecnológica que obliga a las potencias rivales a reajustar sus estrategias de defensa y vigilancia.
La proliferación de drones está redefiniendo el concepto de campo de batalla, que se vuelve multidimensional y sin fronteras claras, incrementando la complejidad de los conflictos y la competencia geopolítica.
. La aeronave Jiu Tian, la «diosa de la guerra«, simboliza la transformación irreversible de los conflictos armados hacia un modelo dominado por sistemas autónomos y coordinados. Su capacidad para desplegar enjambres de drones desde gran altitud y a largas distancias lo convierte en un arma estratégica que puede alterar la supremacía aérea y la defensa convencional.
Mientras China avanza en su desarrollo y producción, las potencias globales se mantienen en alerta, conscientes de que el futuro de la guerra ya no se librará solo con soldados y aviones tripulados, sino con temibles enjambres invisibles y coordinados que redefinirán el poder militar en este siglo.
El Cronista