Bogotá. News Press Service. Conocí a Lovecraft por un exquisito cuento titulado “La Música de Erich Zann”, una precisa narración que como su nombre lo canta, es pura melodía y ritmo sobre los aconteceres de un hombre que vive en una buhardilla, sólo, triste, amargado y alejado del mundanal ruido. Y su música, su música… tiene algo que se respira, que vive y se dilata, como una gelatina que se contonea con sus malabares y artilugios propios de un portentoso narrador que en un algún momento perturba, pero que con su inspiración distrae, nos saca de este mundo de penurias; Howard Phillips Lovecraft, nace un 20 de agosto de1890 en Providence, Rhode Island, Estados Unidos, para de alguna forma redimir la angustia, por aquella fórmula algebraica que precisa “menos por menos, da más”; el terror que cualquier ciudadano de a pie siente, en Lovecraft es música de otra parte, de otro suelo, de otra tierra; puede ser extraterrestre, o cósmico, o en algún momento diabólico; terror después de todo. Adrenalina que muchos aman y para eso también, y como dicen los comerciantes, cuando alguien pregunta acerca de un producto que necesitan comprar: “se le tiene”. Y en Lovecraft cuando alguien necesite un poco de terro, en Lovecraft: “se le tiene”. Tres de sus mejores obras: “La llamada de Cthulhu”; “En las montañas de la locura” y “El horror de Dunwich”. Y para destacar que Batman también ha ganado dinero con Lovecraft, quien murió en la pobreza…
21. VIII. 20. ELÍAS PRIETO ROJAS