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Banco Mundial
El índice de precios del gas natural que elabora el Banco Mundial subió casi un 4 % en noviembre, alcanzando su nivel más alto desde diciembre de 2023.
Este aumento fue impulsado principalmente por un incremento del 8 % en el valor de referencia europeo, y es un reflejo de un descenso más pronunciado de lo previsto en los niveles de almacenamiento y una mayor incertidumbre en torno al transporte ucraniano de gas ruso.
En Estados Unidos, los precios del gas natural experimentaron un fuerte repunte a fines de noviembre, después de haber alcanzado mínimos históricos a principios de mes.
De cara al futuro, se prevé que los precios del gas natural europeo aumentarán en 2025, antes de moderarse en 2026, en tanto que los precios estadounidenses aumentarán significativamente en 2025 y seguirán subiendo en 2026.
Los riesgos al alza para las previsiones incluyen la escalada del conflicto en Oriente Medio, la evolución geopolítica general, una mayor competencia por los envíos del gas natural licuado (GNL), la interrupción del suministro de gas natural ruso a Europa y las temperaturas más frías. Entre los riesgos a la baja figura un crecimiento menor en Asia oriental.
El consumo mundial de gas natural vuelve a registrar el crecimiento anterior a la pandemia. Se prevé que la demanda mundial de gas natural crecerá aproximadamente un 2,5 % en 2024.
Tras la conmoción provocada por la COVID-19 y la invasión rusa a Ucrania, las proyecciones indican que el crecimiento del consumo mundial de gas natural en 2024, 2025 y 2026 volverá al nivel promedio de 2015-19.
El crecimiento está impulsado principalmente por la región de Asia y el Pacífico, Oriente Medio y Eurasia. Se prevé que el crecimiento del consumo será similar en 2025 y 2026, se moderará la demanda de Eurasia y se estancará la demanda de Europa y América del Norte.
Como resultado, los países europeos no podrán depender de la baja del consumo en 2025 y 2026, como lo hicieron en 2022 y 2023, para reducir la exposición a los mercados mundiales de gas natural. Dado que la sustitución del gas natural ruso en Europa ha aumentado la competencia del bloque con Asia Pacífico por los envíos de GNL, el fuerte aumento de la demanda de gas natural de esta región en 2025 y 2026 representa un claro riesgo de subida de los precios en Europa.
Se proyecta que la escasez del suministro de gas natural en 2024 persistirá en 2025 y 2026.
En consonancia con las proyecciones de la demanda, se prevé que la oferta mundial de gas natural, que aumentó aproximadamente un 1,6 % en 2024, crecerá más de un 2,3 % tanto en 2025 como en 2026.
Se anticipa que el crecimiento en 2025 provendrá de diversas regiones, entre ellas Asia Pacífico, Eurasia, Oriente Medio y América del Norte.
En cambio, se estima que el 60 % de la oferta adicional en 2026 se originará en Oriente Medio y América del Norte.
También es probable que se produzca un reequilibrio de los suministros a Europa. Las importaciones de gas natural europeo de fuera del bloque ya disminuyeron más de un 10 % en el tercer trimestre de 2024 (en términos interanuales), especialmente de Argelia, Qatar, Túnez y Estados Unidos.
Además, existe un riesgo importante de que se produzcan nuevos descensos en 2025 si no se renueva el acuerdo para el transporte de gas ruso a través de Ucrania, un escenario muy probable.
Si esto ocurre, más del 5 % de las importaciones de gas de Europa deberán obtenerse de proveedores de GNL alternativos.
El almacenamiento de gas natural en la Unión Europea está bajo la presión de las altas tasas de retiro.
En la primera semana de diciembre, los niveles de almacenamiento en Europa se situaban en el 82 % de la capacidad, una disminución del 15 % desde el nivel máximo, luego de que las retiradas en noviembre fueran mayores de lo esperado.
Si los pronósticos actuales de que Europa experimentará el invierno más frío desde 2020 resultan ciertos, esto exacerbaría la escasez de suministro, especialmente dado el cese anticipado del flujo de gas natural a través de Ucrania.
Por el contrario, los inventarios de gas natural en Estados Unidos alcanzaron el nivel más alto en ocho años en noviembre, situándose casi un 10 % por encima del promedio de 2017-21.
La sólida producción de gas natural ha respaldado la fortaleza constante de los niveles de almacenamiento de Estados Unidos.